jueves, 24 de octubre de 2013
Irán miente: El alivio de las sanciones conducirá a la bomba
Irán miente: El alivio de las sanciones conducirá a la bomba
Dr. Yaron Friedman
Israel se encuentra ocupado, en los últimos años, en la atemorizante pregunta sobre cuánto tiempo queda, hasta completar la bomba iraní. Sin embargo, la carrera contra el tiempo, es común a Israel e Irán por igual. Los recursos económicos de Irán no son interminables y paga un precio cada vez más alto por sus aspiraciones regionales. Si Estados Unidos no remedia las sanciones, la República Islámica deberá renunciar gradualmente a sus bienes estratégicos.
El presidente de Siria, Basher Assad, acepta acordar sobre el tema de las armas químicas. El presidente de Irán, Hassan Rohani se dirige hacia Occidente con tono conciliador y Hezbollah libera barreras para traspasarlas al ejército de Líbano. ¿Cuál es la “interpretación” de todos esos “gestos”? Nadie piensa con seriedad que el mundo Shi’ita y el régimen alawita decidieron cambiar una política de guerra por una negociación o pasar de la agresividad al apaciguamiento. Assad continúa pulverizando las ciudades de Siria, el líder espiritual supremo de Irán, Ali Khamenei continúa promoviendo el proyecto nuclear y Hezbollah no persigue ninguna intención de cesar su control sobre Líbano. Los cambios externos en el Medio Oriente se refieren todos, al agujero negro que traga ciudadanos, combatientes y mucho dinero – la guerra en Siria.
La estructura del régimen es conocida. Se compone de dos capas: interna y externa, oculta y revelada. La interna, es la que decide sobre todos los temas y no cambia - el líder espiritual Khaminei, reemplazó al promotor de la revolución del Ayatollah, Rohalla Jomeini. La parte externa no es más que un aspecto de democracia, con historia de siete presidentes anteriores.
Irán intenta engañar al mundo con el método, con el que los ejércitos árabes lograron confundir a Israel antes de la Guerra de Iom Kipur: agresividad y retirada. En cada gestión, fue elegido una candidato de diferente carácter: el Presidente Mohammad Khatami, “moderado” (1997-2005), luego Mahmud Ahmadinejad, “extremista” (2005-2013) y ahora, Rohani “otro líder moderado en algún modo”. Lo común a todos los presidentes, es el enfoque en el fortalecimiento de relaciones con Rusia y la promoción del proyecto nuclear.
Rohani fue secretario del presidente Khatami y responsable de las relaciones nucleares con Rusia. Esa hipocresía fue característica no sólo del régimen de los ayatollahs sino también de la religión Shi’ita en general. El principio de la religión Shi’ita de (alerta) impone a los shi’itas actuar hacia el exterior de manera de tranquilizar a sus oponentes para auto-defenderse. Ese principio fue determinado en el Siglo VIII a manos de uno de los grandes de entre los sabios de la secta. El Imam Yafar a-Sadiq. Sadiq, aspiraba a defender a los shi’itas de las persecuciones del régimen sunita.
La designación del “moderado” Rohani, no es casual en absoluto. Está al servicio del régimen, para fines internos y externos. Hacia el interior, su objetivo consiste en brindar a los iraníes la esperanza vana de liberalización e impedir la protesta popular por la situación económica en deterioro. Hacia el exterior, su designación, está destinada a aliviar las sanciones económicas que ahogan a la economía iraní, aún más. No es para nada considerable que ocurra un cambio esencial en la ideología del mismo régimen que abandonó durante muchos años, el nivel de vida de sus habitantes, a favor del desarrollo de la industria de armas y el proyecto nuclear.
La empresa nuclear iraní exige años y un enorme presupuesto debido a su carácter particular. La muy costosa extensión de los reactores nucleares a lo largo de Irán está destinada a impedir la repetición de la única explosión israelí, en versión de Irak, 1981 y Siria en 2007. La mentira sobre “reactores con fines pacíficos” es clara, dado que Irán, segunda productora de petróleo en el Medio Oriente y quinta en el mundo, no requiere de energía nuclear. ¿Por qué se genera tanta urgencia para el alivio de las sanciones justamente ahora? La respuesta radica en la crisis siria que le cobra al régimen iraní un alto precio, casi como la construcción de reactores.
Hezbollah más en Siria y menos en Líbano
La crisis siria, no sólo que vacía la caja de Irán sino que afecta también la estructura de la organización Hezbollah, alistada por Irán para el rescate del régimen de Assad. A partir de los atentados en Dahiya, distrito de Hezbollah, al sur de Beirut, la conducción de la organización llegó a la conclusión que su sistema de seguridad fue dañado y que es mejor transferir el control de los cruces a manos del ejército libanés. Así, la organización diluye la crítica del sector sunita sobre el control de Hezbollah en el país y desaloja a cientos de combatientes que ocupaban posiciones de inspección de los cruces, para la ofensiva en Siria.
El traspaso de la responsabilidad de seguridad al ejército de Líbano es un fenómeno excepcional y no ocupaba un lugar central, desde el ascenso de la fuerza de Hezbollah, en los años ‘90. Los soldados del ejército de Líbano se extendieron en zonas chiitas, en los cruces en los que hasta ahora, no había acceso en general, como en BaalBek y al sur de Beirut. Hay evaluaciones según las cuales, Hezbollah transfirió la atribución al ejército para no confrontar en los cruces con los traficantes de drogas chiitas y perder su apoyo.
La organización de Hassan Nasrallah toma un riesgo calculado, basado en la confianza adquirida en el ejército de Líbano, a partir del ataque a sus enemigos en Zidón, el Sheikh sunita salafita Ahmed al-Asir y sus hombres. Parece que la organización se dispone al término de la crisis en Siria, a retornar y controlar los cruces. Sin embargo, la guerra en Siria exige a Hezbollah la inversión en recursos humanos y económicos que se agotarán a medida que la guerra se prolongue. Irán, no podrá, bajo las sanciones actuales con: la inversión nuclear, la guerra en Siria y con la manutención de la organización Hezbollah, viéndose obligado a renunciar a uno de sus “gastos”.
Egipto e Irak no quieren ser Siria
Otra batalla, vinculada indirectamente a la crisis siria es la guerra de boicot, declarada por el ejército egipcio contra “Los Hermanos Musulmanes”, fuera de la ley, que se encuentra ahora en debate en la Corte. Al mismo tiempo, el ejército se concentra en ataques y detenciones de los hombres de la organización y el ataque a bases terroristas islámicas en Sinaí.
La luz verde recibida por el ejército egipcio, por parte de Occidente, para perpetrar la masacre contra la Hermandad, y eliminar a cientos de activistas islámicos al norte de Sinaí, se vincula al temor de occidente por el escenario sirio. La lucha contra el régimen de Assad, capaz de elevar la fuerza de las organizaciones de la oposición liberales, creó en Siria una burbuja terrorista islámica en la que intervienen al-Qaeda, Los Hermanos Musulmanes y las organizaciones salafitas. El ejército egipcio que sigue tras los acontecimientos en Siria, ejerce la plenitud de su poder a fin de impedir una burbuja islámica más en Sinaí, y un eslabón más en la cadena de sedes de al-Qaeda después de Siria e Irak.
Las organizaciones islámicas en Siria e Irak cooperan desde hace más de un año. Irak podría ir tras los pasos de Siria a partir del ritmo de los graves atentados que la azotan. El Primer Ministro de Irak llamó esta semana a la comunidad internacional a colaborar con su país contra el terror islámico. Según sus palabras, el régimen en Bagdad ya no puede enfrentarse con la creciente violencia.
Hamas, último en la cadena del presupuesto
El movimiento Hamas en Gaza manifestó la semana pasada su sorpresa ante las amenazas del canciller egipcio, según las cuales, el ejército de Egipto actuará directamente contra el movimiento en la Franja. Los líderes de Hamas sostienen haber descubierto recientemente documentos difundidos por la organización Fatah, que vinculan al movimiento con el terror en Sinaí. El objetivo de la difusión de los documentos fue complicar entre Hamas y el ejército de Egipto. Después de la caída del régimen de Mohamed Mursi en Egipto el último verano, Hamas quedó sin patrón y se vio obligado a reanudar sus contactos con Irán para completar su presupuesto. Sin embargo, Irán se verá dificultado de ingresar la manutención de Hamas, a su “canasta de gastos” en este momento. Si llega la ayuda no será significativa, ya que Siria y Líbano son anteriores a Gaza en el mapa de intereses iraní.
Si Estados Unidos se ve persuadido a remediar las sanciones contra Irán, ayudará no sólo a continuar el desarrollo nuclear iraní, sino también a la supervivencia del régimen de Assad, de Hezbollah y de Hamas.
Fuente: CIDIPAL, de Ynet 08-10-2013
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