miércoles, 16 de abril de 2014

ACTUALIDAD

Los consejos del Council 
El Council of Islamic Ideology onsidera contraria al islam la legislación que prohíbe el 'nikah', el matrimonio con niñas
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Tengo el honor (o no) de presentarles el Consejo de Ideología Islámica, cuya misión terrenal es, según su web, la de avisar al Gobierno pakistaní sobre las leyes que son "repugnantes" para el islam. Como el Consejo es un organismo semioficial, sus decisiones no son irrelevantes, ni inocentes. Por suerte, no son de obligado cumplimiento, pero en el frágil y complejo Pakistán, es evidente que no son avisos menores. No olvidemos que Pakistán está considerado la madre de todos los problemas vinculados al integrismo islamista. Si, por tanto, el órgano que los asesora en la delicada relación entre las leyes civiles y la charia islámica dice lo que dice, la dimensión del problema se dispara.

Hagamos las presentaciones de este interlocutor entre la palabra de Dios y la del Gobierno pakistaní. Estas son las últimas lindezas consideradas antiislámicas: no acepta los rastros de ADN como pruebas en violaciones porque debe mantenerse el precepto islámico de "cuatro testigos oculares varones". Es decir, si no violan a la chica en público, no hay castigo. También se ha negado a penalizar a los que hacen falsas acusaciones de blasfemia, hoy por hoy impunes. Si se tiene en cuenta la persecución de cristianos y otras minorías bajo esa acusación, y la muerte de muchos de ellos, la cuestión tampoco es menor.

Y, por sumar, el Consejo también ha protestado contra la idea de que el hombre que quiera casarse con otra mujer -la poligamia para los hombres es legal- deba pedir permiso a las mujeres de la casa. Pero lo que me lleva a sacar a colación tan simpático organismo es su última bondad, la de considerar contraria al islam cualquier legislación que prohíba el nikah, es decir, el matrimonio con niñas. En su extrema misericordia, consideran que no se puede perpetrar el rukhsati, es decir, la consumación sexual, si aún no tienen la regla, aunque se sabe perfectamente que ni ese sutil principio se cumple. La mala noticia, pues, de lo que ocurre en el islam es que estos consejos de la santa inquisición en versión musulmana no están proscritos a la categoría de friquis extremistas, sino que conforman el cuerpo legal de muchos países del islam. La buena noticia, es que cada día tienen más rechazo. Por ejemplo, el Parlamento de Sindh, una de las cuatro provincias de Pakistán, ha pedido la disolución del Consejo, y también se han movilizado decenas de entidades de derechos humanos. Si la mujer, pues, es el centro de la maldad de esta ideología misógina y violenta, también es el centro de las luchas de los musulmanes que quieren acabar con el poder del integrismo. Deberían tenerlo claro en nuestro país los practicantes del buenismo, que en su afán por defender la multiculturalidad acaban convirtiendo a estos radicales en los interlocutores de la comunidad. Porque criticar a Rouco es fácil, pero desenmascarar a algunos imanes es imprescindible.

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