martes, 4 de septiembre de 2012

Los motivos de EEUU para no intervenir directamente en el conflicto sirio

por: Por Daniel Alaluf (Desde Jerusalem) ANÁLISIS. El autor del siguiente artículo, afirma que los motivos por los cuales Estados Unidos no estaría dispuesto a intervenir directamente en el conflicto interno que desangra a la sociedad siria –ya que indirectamente se encuentran involucrados, otorgándoles a los rebeldes apoyo logístico para que puedan seguir combatiendo a las tropas regulares- tiene que ver con cuatro motivos principales: Siria no representa un peligro para los intereses estratégicos de EEUU; la crisis económica que atraviesa la potencia hegemónica; la ubicación geopolítica de Siria y el rol crucial que cumple Irán ante los intereses del país árabe. Generalmente, los analistas argumentan que la razón principal por la cual la administración de Obama se muestra renuente a intervenir militarmente en Siria es la proximidad a las elecciones presidenciales. De acuerdo a esta lógica; Washington intervendría militarmente, si no estuviese sumido en las presiones del calendario político. Si bien las elecciones ejercen influencia sobre la conveniencia política de este tipo de intervención, aún debemos considerar que existe la posibilidad de que el gobierno de Obama no desee actuar militarmente en Siria bajo ninguna circunstancia. Existen al menos cuatro motivos importantes por los cuales los Estados Unidos preferirían el uso de la diplomacia, aún sin tener en cuenta las próximas elecciones presidenciales como un factor determinante. Primero, gran parte de la ciudadanía estadounidense – principalmente los demócratas – no desean ningún tipo de intervención militar futura de su país en Medio Oriente. No olvidemos que Barak Obama ganó las elecciones –parcialmente- gracias a su promesa de "traer de vuelta a casa" las tropas apostadas en Irak. En pocas palabras, los ciudadanos de los Estados Unidos están cansados de las crisis en Medio Oriente. No sólo apoyaban el retiro de las tropas de Irak, sino que hoy en día también están largamente a favor de retirar a su ejército de Afganistán, un lugar íntimamente ligado en el subconsciente colectivo de los Estados Unidos con los ataques terroristas del 11 de Septiembre. Obama solía referirse durante su campaña presidencial en el año 2008 a "una guerra optativa" y "una guerra necesaria". Irak, de acuerdo a esta línea de razonamiento, era una "guerra optativa" mientras que Afganistán es una "guerra necesaria". Si los ciudadanos estadounidenses, quienes comprendían la lógica de esta "guerra necesaria" desean hoy en día retirar a su ejército de ese país, podemos fácilmente deducir que no estarían a favor de una intervención militar en Siria, un país donde los "intereses estratégicos nacionales" del país no se encuentran en peligro inminente. Según algunas encuestas, menos de un 10% de los estadounidenses apoyarían un ataque militar a Siria. El segundo motivo se encuentra relacionado a los problemas económicos que enfrentan los Estados Unidos actualmente. Las campañas militares, incluso aquellas aéreas –sin uso de tropas terrestres- son altamente costosas. El déficit estadounidense crece descontroladamente día a día. En épocas en las cuales los gastos militares se encuentran bajo severas críticas y teniendo en cuenta que el Pentágono enfrentará un importante recorte presupuestario, el costo de una nueva guerra sería aún más elevado. Aquel país se encuentra aparentemente aún en recesión económica (o en un proceso de recuperación extremadamente lento), gastar billones de dólares en Siria no sería una decisión racional para ningún gobierno. El tercer motivo se encuentra relacionado a la ubicación geográfica de Siria. Como suelen decir en Washington "Siria no es Libia". A pesar de lo que muchos analistas piensan, el apoyo de los Estados Unidos a un ataque contra el régimen de Gadafi no se debió principalmente a la capacidad petrolera de este país. Libia suponía una campaña militar geográfica y logísticamente mucho más simple. Y quizás aún más importante es el hecho que en Libia estaban dadas las condiciones para una campaña multilateral. El gobierno de Obama no es partidario a tomar acciones unilaterales. El hecho de que en el caso Libio, tanto China como Rusia estaban a favor de una intervención en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, fue fundamental para la administración de Obama. Cuando Francia e Inglaterra tomaron la iniciativa en la OTAN y cerraron el espacio aéreo libio a fin de asegurar la campaña aérea, los Estados Unidos inmediatamente apoyaron la iniciativa, sin necesidad de liderarla. La situación en Siria es drásticamente diferente, no hay consenso internacional, no hay un objetivo claro a bombardear, el régimen de Al Assad es política y militarmente más fuerte que el de Gadafi, la oposición se encuentra altamente dividida y el país se encuentra en alto riesgo de embarcarse en una guerra civil sectorial. Finalmente, el cuarto motivo, es que en el caso de Siria, a diferencia de Egipto, Libia, Túnez o Yemen; Irán cumple un rol crucial. Cualquier acción militar contra el gobierno de Assad tarde o temprano desencadenará un enfrentamiento militar directo o indirecto con Irán (por medio de sus proxis), siendo esto lo último que dese Washington. Alcanzar una solución diplomática al problema nuclear iraní es en este momento la más alta prioridad del gobierno de Obama. Una guerra en Siria definitivamente se convertiría en una guerra proxi con Irán. Y más aún significaría el final inmediato de las fracasadas negociaciones con Irán allanando el camino para un ataque israelí contra las instalaciones nucleares iraníes. En poco tiempo un ataque a Siria se convertiría en una guerra regional devastadora. Por estos motivos, a pocos meses de sus elecciones presidenciales, es de suponer que los Estados Unidos seguirán buscando una solución diplomática en Siria.