viernes, 5 de octubre de 2012

Éxito es obtener lo que quieres; felicidad es querer lo que obtienes.

L
La fiesta de Sucot, conocida como el "Tiempo de nuestra Felicidad", marca el clímax del año judío. Durante los siete días de esta festividad, los judíos tienen un mandato Divino de estar completa y exclusivamente alegres (Deuteronomio 16:15). ¡Es una orden bastante exigente! Obvio que nos encantaría estar felices por siete días de corrido, pero la pregunta es ¿cómo lo hacemos? Podemos aprender mucho sobre Sucot y el secreto de la felicidad del Dr. James H. Clark, un hombre que probablemente nunca escuchó de esta festividad. Jim, como lo llaman sus amigos, es un genio emprendedor y un billonario auto-generado. En 1981 dejó su prestigiosa posición como profesor de ciencias de la computación en la Universidad de Stanford para establecer su primera compañía, Silicon Graphics. El mundo académico era lindo, pero él quería más. En ese entonces, dijo que una fortuna de $10 millones de dólares lo haría feliz. "Cuando tenga más que Larry Ellison estaré satisfecho". Silicon Graphics se convirtió en el indisputado líder mundial en tecnología de gráficos de computación. Las cosas se veían bien para Jim – había logrado su sueño de 10 millones de dólares. Pero por alguna razón, no estaba satisfecho. En 1994, invirtió $5 millones de dólares para crear Netscape, una interfaz para acceder al entonces naciente “Internet”. Jim dijo que una fortuna de $100 millones de dólares lo haría feliz. Netscape fue un éxito rotundo. A los pocos meses la compañía comenzó a cotizar en la bolsa de valores a $28 dólares por acción y terminó a $75 dólares en el primer día de operaciones, lo cual fue el récord de todos los tiempos de ganancia en el primer día de cotización. La ganancia se duplicó en cada trimestre de 1995. Jim Clark estaba teniendo una ola de éxito que pocos han experimentado en su vida. Pero quería más; dijo que harían falta $1.000 millones de dólares para hacerlo feliz. Healtheon se convirtió en otra compañía billonaria, pero no hizo que Jim entrase al club de los billonarios. Sin embargo, Netscape sí lo hizo en 1999. De hecho, ¡hizo que su fortuna llegase a $2.000 millones de dólares! Eso fue excitante pero, por alguna razón, Jim Clark todavía no estaba satisfecho. Dejó Netscape y fundó MyCFO. ¿Por qué? Bueno, como él mismo dijo, "cuando tenga más que Larry Ellison estaré satisfecho". La última vez que James Clark estuvo en la lista de billonarios que elabora la revista Forbes fue en el año 2007, cuando fue clasificado en el lugar número 840. Desafortunadamente para él, Larry Ellison ocupó el undécimo puesto en ese entonces, y actualmente ocupa el sexto lugar. Estoy seguro que eso debe haber sido una gran desilusión para Jim. La buena noticia es que aparentemente él encontró otras ambiciones. En 2006 se divorció de su tercera esposa – después de 15 años de matrimonio – y comenzó a salir con una modelo australiana 36 años menor que él. En el año 2009 ella se convirtió en su esposa número cuatro. Espero realmente que Jim esté feliz actualmente, pero sospecho que no lo está. Como Rav Noaj Weinberg acostumbraba decir: "Si no eres feliz con lo que tienes, nunca serás feliz con lo que obtengas". "Si no eres feliz con lo que tienes, nunca serás feliz con lo que obtengas". Recuerdo cuando leí en la universidad el clásico de Eliahu Goldratt, "La Meta". Uno de los puntos del libro es que uno debería tener siempre en mente el objetivo final, que en el caso de los negocios es ganar dinero. Mientras que eso puede ser cierto para una empresa, como seres humanos nunca deberíamos considerar al dinero como el objetivo final. El dinero es sólo un medio para alcanzar un fin, y deberíamos aconsejarnos bien para evitar el error que cometió Jim Clark al ignorar la advertencia bíblica milenaria: "Quien ama el dinero nunca se saciará con él” (Eclesiastés 5:9). Todos queremos felicidad, pero a menudo cometemos el error de confundir la felicidad con el éxito. Éxito es obtener lo que quieres; felicidad es querer lo que obtienes. Como lo enseñaron nuestros sabios: “¿Quién es rico? Aquel que está contento con su porción” (Pirkei Avot 4:1). La felicidad no es algo que nos pasa; es una decisión que tenemos que tomar, y podemos ser tan felices como decidamos serlo. Haz clic aquí para recibir gratis el email semanal de AishLatino.com. Dado que el mandato en Sucot es estar "completamente felices", estamos obligados a tomar esa decisión; ésta requiere que contemplemos una de las grandes paradojas de la vida: Por un lado, independientemente de quién seas, por el solo hecho de estar vivo tu vaso está rebosando. Pero por el otro lado, siempre podrías tener un vaso más grande. Elige obtener placer por lo que tienes, y habrás encontrado el secreto de la felicidad. Elige enfocarte en la búsqueda de un vaso más grande, y siempre te va a faltar algo. No sólo es el secreto de la felicidad, sino que también es el mensaje central de la festividad de Sucot – la cual es llamada así por la sucá, aquella estructura temporaria escasamente techada en la que vivimos durante los siete días de la festividad. Este año, repitiendo lo que hemos hecho por más de 100 generaciones, los judíos de todo el mundo abandonarán sus hogares y comodidades para buscar la felicidad en débiles chozas amobladas con poco más que sillas plásticas y colchones de goma espuma. ¿Qué mejor lugar podría haber para recordar que la verdadera felicidad no viene de todo lo que tenemos, sino de lo que nos queda después de ser despojados de todas nuestras cosas? Este año, mientras nos regocijamos en nuestras sucot bajo las estrellas, les deseo que Dios continúe bendiciéndonos a todos – y que nosotros podamos continuar apreciando todas Sus bendiciones.