lunes, 25 de marzo de 2013

cultura

**Tu Creación** Aquí me tienes, soy yo, que después de tanto tiempo te vengo a rescatar, de este lugar húmedo, oscuro y solitario; olvidado de la mano de un poeta y payador. Tu nombre es Pompeya y eres mi guitarra favorita, que tantas veces tus cuerdas vibraron, en mis manos, cantándole al amor… No es que te he olvidado, es que estuve enamorado de la más bella y dulce mujer, que las manos del Señor creó; cuantas veces con tus cuerdas, quisimos conquistar a una mujer; algunas veces lo conseguimos y en otras, ni con la misma bordona, pudimos llamar la atención… Hoy he vuelto, Pompeya, cabizbajo y arrepentido por haberte dejado en el olvido; me enamoré de una mujer, que me sacó la copla, de la noche y me dio el sol de su corazón. Dejé la barra, amigos, muchachos y sólo tuve voz e imaginación para ella, a la que tanto amé y con los poemas más románticos, conquisté… Hoy que he quedado sólo, vengo por tu presencia y oír tus cuerdas templadas, para que lloremos los dos. Me abrazaré a tus curvas, que tanto conozco, mis oídos en tu cuerdas, escuchará la suave canción, mientras de mi boca, sutilmente, te contaré como la quise, como la amé… Fue una diosa, fue dulce y hermosa. Y tu, Señor, que la creaste y más tarde me la quitaste, para que no pueda disfrutar de su amor… ¿ Acaso tu también te enamoraste de tu propia creación… Mario Beer-Sheva