lunes, 25 de marzo de 2013
¿La libertad es un beneficio?
¿La libertad es un beneficio?
Al observar el mundo que nos rodea y las conductas de la gente y sus inclinaciones, nos damos cuenta de que todos quieren ser libres y de que muchas personas piensan que lo son. Por Itzjak Iosef Vodovosoff Pribilas.
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Tienen, en muchos de los casos, todas las comodidades que les ofrece este mundo competitivo, como la última tecnología que el mercado les brinda.
En un principio eran los adultos los que tenían la facultad de acceder a los adelantos que se renovaban con el paso de cada época, pero en los últimos años, nos damos cuenta de que los más jóvenes, es más, los mas chicos demandan los elementos de “última generación” o la “tecnología de punta” con lo que se genera una carrera para satisfacer las necesidades más inmediatas; y la frustración de no alcanzar lo último que salió a la venta, provoca insatisfacción, angustia y hasta depresión.
Más aun cuando los parientes, amigos o conocidos alcanzaron la “meta”, hasta se puede sentir celos, codicia o envidias.
Los personajes mediáticos que aparecen en los medios, ya sean deportistas, políticos, actores, periodistas y toda la “fauna” famosa donde también hay personas que se transforman en famosas por haber protagonizado hechos indecorosos y aberrantes reñidos con toda moral sana.
También en ellos se percibe insatisfacción en sus vidas, a tal punto, de que a pesar de tenerlo “todo”, sus ambiciones desmedidas los hacen incursionar en las adicciones más variadas para llenar ese vacío interior y en hechos de corrupción para poseer más y más.
De todos los ejemplos descriptos anteriormente, todos, sin duda piensan en su interior que son libres y hacen lo que se les da la gana, pero en realidad no hacen más que competir desmedidamente, envidiar, codiciar, odiar, pelear, pasarle por encima al “enemigo” a cualquier precio. En síntesis, ser esclavos de sus pasiones.
La salida de Egipto que vamos a celebrar los próximos días, nos muestra un aspecto muy diferente de lo que es la libertad.
Primero, que en ningún lugar de la Torah se habla explícitamente de la libertad, sino de la salida de Egipto o la redención, la salvación Divina, el tomar al pueblo de Israel de dentro de la tiranía e inmoralidad del Faraón, venir a la tierra que el Eterno nos otorgó para no ser más esclavos del tirano egipcio, pero sí, ser servidores del Creador.
D-s puso pautas claras a poner en práctica mediante la Torah y los preceptos incluidos en ella, seguir los parámetros de honestidad, moralidad, ética y compromiso con la causa de nuestros antepasados en todas las épocas y bajo toda circunstancia.
Por eso, durante el seder de Pesaj no relatamos cronológicamente la historia, sino una consecución de hitos determinados y seleccionados de la Torah, el Talmud y el Midrash en los que se combina el pasado para saber de dónde venimos, el presente para tener en cuenta adónde y en qué estamos parados, y el futuro para tomar conciencia de hacia qué lugar nos encaminamos; todo esto siguiendo el modelo pautado por el Creador.
En hebreo, la palabra “ebed” no tiene solamente una acepción. Significa “esclavo” y también significa “servidor”. En el momento de la salida de Egipto se pasó de la categoría de esclavos a la de servidores del Eterno.
Por eso, la libertad sin rumbo, para satisfacer las propias pasiones que después dejan un vacío mayor de lo que se tenía antes de saciar cada una de las ambiciones, no conduce a nada más que a la falta de contenido en la vida. En cambio, si somos servidores del Creador, comprometidos con Su obra y mandatos, seremos concientes de que lo que hacemos es para “ayudarLo” con nuestras acciones y méritos, sabiendo que en el pasado hubo redención que es el antecedente más claro para tener en cuenta que en el futuro también llegará la redención plena para seguir nuestro compromiso y llevar la luz a toda la humanidad.