martes, 26 de marzo de 2013
La quinta copa del Seder pertenece al profeta Eliahu
En la noche del Seder de Pesaj bebemos cuatro copas de vino. ¿Cuál es la razón de estas cuatro copas? De acuerdo a la tradición, nuestros sabios establecieron esta ley para recordar las cuatro palabras de la salvación de Egipto. En el libro del Exodo (cap. 6, versículos 6-7) la Torá nos dice: “di, pues, a los hijos de Israel: yo soy Dios y voy a librarlos (vehotzeti) de su esclavitud y de los duros trabajos a que han sido sometidos por los egipcios.
Desplegaré mi poder (vehitzalti) y los salvaré (vegaalti) con grandes actos de justicia. Los tomaré (velakajti) a ustedes como pueblo mío y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy su Dios, que los libro de los duros trabajos que habían sido sometidos por los egipcios”.
Estas cuatro palabras de salvación son la base de las cuatro copas de vino en el seder. Lo que es quizás el centro del Seder. Una copa por cada palabra que recuerda la liberación de nuestro pueblo de la esclavitud en Egipto
Pero, cuando leemos bien el texto bíblico, vemos que está escrita otra palabra que podemos identificar con la salvación de nuestro pueblo. El versículo posterior (8) dice: “os introduciré (veheveti) en el país que prometí a Abraham, a Isaac y a Yaacov, y os lo daré en posesión hereditaria. Yo soy Dios.” Y aquí surge la pregunta: ¿por que os introduciré no justifica otra copa en recuerdo a la salvación?
Se discutió bastante esto en nuestras fuentes. No todos estaban de acuerdo que la quinta palabra justifica otra copa. Y como no lograron llegar a un acuerdo, acordaron de poner otra copa hasta que venga el profeta Eliahu y decida si hay que bendecir una quinta copa.
Realmente la decisión no es exactamente esperar a Eliahu, sino que cuando venga este profeta anunciando la venida del Mesías, todas las dudas desaparecerán. En el Talmud muchas veces no llegan a una decisión y entonces se decide “teiku” (siglas de tishbi itaretz kushiot vesheelot- Eliahu de Tishbi explicará problemas y preguntas) y la quinta copa entro en esta categoría.
Es interesante destacar que en el idioma hebreo moderno se utiliza la palabra “teiku” como empate, es decir que algo no está definido.
Más realmente, ¿no es el término introducir un término de salvación? La salvación del pueblo de Israel no
es heredar la tierra prometida? La Torá está otorgada para cumplirla en la tierra de Israel. Solamente en esta tierra podemos cumplir realmente las leyes divinas, entonces ¿por qué no beber la quinta copa?
La generación que salió de Egipto no llegó a la Tierra Prometida
En esto estoy totalmente de acuerdo con mi gran maestro y mentor, profesor Yeshayahu Leibovitz z“l, cuando explica: “creo que la razón de esto es bien clara, la salvación del pueblo se cumple en las cuatro palabras, mas el quinto termino de salvación no se cumplió, ya que la generación que fue salvada y salió de Egipto, no llegó nunca a la Tierra Prometida; sino que falleció toda en el desierto, por no merecerse el ser introducido a la Tierra de Israel.
De esto debemos llegar a la conclusión que esto es otra demostración que la promesas de Dios no son simples regalos otorgados en forma incondicional; sino que el significado de las promesas divinas es que a los seres humanos nos corresponde demostrar que somos dignos de la gracia de Dios, y sino, no se cumple la promesa”.
Palabras sabias que tienen valor eterno. Puede existir un milagro y que Dios nos ayude, más debemos ser dignos de esa ayuda. Construir un Estado, vivir de acuerdo a leyes que nos limitan, pero a la vez nos dan la posibilidad de ser verdaderamente libres en sociedad, ese es el mensaje de la quinta copa de salvación.
Estamos obligados a luchar y trabajar duro para construir una sociedad digna; una sociedad que respete al individuo y al grupo; una sociedad que santifique el mensaje del Seder de Pesaj; “fuimos esclavos y ahora somos libres” y como seres libres que recuerdan su pasado, leemos, cantamos, alabamos, comemos pan de pobreza, aun cuando podemos permitirnos el mejor pan; y por sobre todo no olvidarnos del “pobre” que no puede festejar su Seder.
Y no solamente pobre es el indigente, sino también aquel que no sabe qué es un Seder, cómo celebrarlo y que se aleja de nuestras filas. Debemos tratar de acercar a todos los “pobres” y ser dignos de todas las cinco copas y cumplir el prologo de la Hagadá de Pesaj: “que todo necesitado venga de nosotros y coma”, y que también vea la quinta copa que no se toma y que todos seamos testigos de la bienvenida del profeta Eliahu y su mensaje mesiánico.