viernes, 29 de marzo de 2013
Erdogan bajó del árbol para reconstruir su objetada posición
Erdogan bajó del árbol para reconstruir su objetada posición
de Cidipal (Notas) el martes, 26 de marzo de 2013 a la(s) 0:13
Danny Ayalon
A veces, en la diplomacia, el deterioro genera el fin de la crisis. El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama alcanzó un logro estratégico para su país y un logro personal al provocar el fin de la crisis en las relaciones israelíes-turcas a partir de la flota del Mavi Mármara. Durante largos meses la solución dependía de tres despachos: Jerusalem, Ankara y Washington. En base a la solución propuesta en su momento, en el marco del diálogo estratégico con Estados Unidos, ambos líderes fueron empujados a la línea a decirse, uno a otro, lo que fuera y al término de la conversación cada líder dirigirse a su pueblo para enfatizar el medio vaso lleno y obviar el medio vacío. Esa es la diplomacia popular clásica que Henry Kissinger acostumbraba a practicar.
Hace tiempo, la parte israelí estaba madura para esa solución, pero la oposición venía de parte de Erdogan que se negaba a aceptar la llamada del Primer Ministro Netanyahu. Pero, desde entonces, ocurrieron cambios que abonaron el acuerdo, por parte de Erdogan, para finalizar la crisis. Los cambios geopolíticos en el quebrado Medio Oriente (en Túnez, Libia, Egipto, Siria e Irak), que se derivan a la seguridad nacional turca y además la tensión entre Turquía y sus vecinos: Grecia, Chipre y Armenia, objetó la posición de Turquía en la región. Pero todo eso no alcanzó a mover a Erdogan y hasta, parecía, que endurecía su posición.
Hace tres semanas, en el encuentro sobre la tolerancia interreligiosa en Viena, Erdogan denominó al sionismo, como “delito contra la humanidad”, atravesando así una línea roja desde el punto de vista de los jugadores centrales de la comunidad internacional. Erdogan, fue objeto de condenas, por parte del Presidente de Estados Unidos y su canciller, del secretario de la ONU y también de líderes europeos.
La pesada presión internacional, ejercida sobre Erdogan a partir de sus expresiones que fueron tomadas como antisemitas, lo llevó a la conclusión que debía reconstruir la posición de Turquía. La visita del Presidente Obama a Israel generó los circunstancias adecuadas, desde el punto de vista de Erdogan para “bajarse del árbol”. Obama, llevó adelante un proceso similar frente a los chipriotas después que, 24 soldados pakistaníes, murieran por error del ejército de Estados Unidos, mientras Pakistán exigía una disculpa. Una negociación rígida, compleja y difícil al término de la cual, Estados Unidos expresó su pesar que los pakistaníes lo definieron como disculpa. Estados Unidos no negó la interpretación pakistaní.
Obama supo exigirle a Netanyahu y, también, a Erdogan que se sienten a ambos lados de la línea telefónica para poner fin al asunto con el mismo modelo con el que cada parte ve lo positivo.
Las relaciones con Turquía no retornarán a la cercanía que tuvieron antes del período Erdogan pero los beneficios estratégicos-económicos, para ambos países, serán logrados y es claro que ambos países saldrán más beneficiados por ello.