jueves, 28 de marzo de 2013

Días difíciles

Barak o Bibi. Nada de dejar la espalda descubierta Días difíciles ha tenido que vivir antes de Pesaj nuestro respetable Primer Ministro, Benjamín Netanyahu. En primer término se vió obligado a formar gobierno en forma apresurada y seguramente no muy a su gusto. Tuvo que pagar en carne propia, dos gruesos errores que cometió a fines del año pasado. El llamado anticipado a elecciones anticipadas fue el primero. Aún le quedaba resto que cortar en el anterior donde se movía sin ninguna oposición y el único problema evidente era el presupuestario, que si bien no es poco, es manejable, sobre todo por él, un entendido de los tejes y manejes con los partidos religiosos. El segundo error, y fundamental, es haber decidido, casi por voluntad propia, y no consultando a sus partidarios en forma democrática, ya que exigió la votación a mano alzada y no por consulta secreta, unir las listas del Likud con Israel Beiteinu. El partido de Lieberman fue un lastre de plomo. Nadie duda, ni antes ni después, que por separado hubiesen logrado mayor cantidad de parlamentarios que los pobres 31 que lograron en forma conjunta. En política no siempre uno más uno es igual a dos. Los 42 a 45 probables mandatos que esperaban ambos líderes se han visto disminuidos en forma considerable. Mucha gente del Likud no estaba dispuesta a votar a Avigdor y muchos extremistas de derecha, que abundan entre los electores de Israel Beiteinu, no estaban contentos con la política de Bibi, al que lo consideran un tanto blando. El error de cálculo, inexplicable para una persona que se cree conocedor de la voluntad popular le ha salido muy cara. Al conocerse los datos de las elecciones los números no cerraban. Si bien el acuerdo con Tzipi Livni se hizo rápido, una alianza entre Lapid y Benett muy sólida, establecieron “ambos o nada”. No hubo maniobra capaz de disolver esa primera alianza y la posición de estos era, entramos en gobierno pero sin los partidos ultra ortodoxos. En la encrucijada Bibi tuvo que optar por el nuevo núcleo formado en su contra y separarse de sus tradicionales aliados. Eso no gustó y es seguro que en un futuro no muy lejano se lo recuerden en forma efectiva. Luego de seis semanas de intensas negociaciones se encontró una fórmula de gobierno que nadie puede vaticinar a ciencia cierta como funcionará. Está atada con lazos muy débiles y puede resultar sólida o frágil según como se vayan dando las circunstancias. El lunes 18 comienza la odisea final del Primer Ministro. Al informar en la Kneset del nuevo gobierno, al comenzar su alocución, los diputados presentes de Yeadut Hatorá se levanta y se retiran del recinto. Similar postura que adoptaban los países árabes en el pasado cuando el delegado de Israel en las Naciones Unidas hacía uso de la palabra. Las pasiones de los fanáticos son idénticas en cualquier religión. A continuación tuvo que unirse para la foto en un “afectuoso” saludo con Tony Lapid, y luego con Neftalí Benett mientras su esposa, disgustada con el mismo, observaba desde la grada acompañada por sus hijos. Realmente un trago amargo y difícil de digerir. Bibi y Tony se retiraron del recinto abrazados, uno al lado del otro. Nada de dejar la espalda descuidada. La segunda odisea del P.M. comenzó el miércoles 20 en el aeropuerto Ben Gurión. Tuvo que concurrir a recibir al Presidente de los Estados Unidos de Norte América y poner cara de buen anfitrión. Todos conocemos el cariño con que se manejan ambos mandatarios. Las relaciones personales son mucho menos que cordiales y la relación se mantiene a salvo presionada por diversos factores de interés que presionan ambas posiciones. Por un lado Obama es respetado por el ciudadano medio de Israel. Si bien éste no ha logrado ganarse un fervor patriótico como sus antecesores Clinton o Bush, por citar sólo los últimos, el habitante de Israel tiene clara conciencia de la necesidad de una buena relación con USA y la necesidad que tiene el país del coloso americano para poder sobrevivir dentro de un medio francamente hostil. ¿Cuánto podría sobrevivir Israel sin el apoyo americano?. Su bloque de las medidas antisemitas en las Naciones Unidas y su ayuda en equipamiento militar son indispensables para la supervivencia. La protección política es casi tan necesaria como las baterías de defensa que nos proporciona el poderoso país. La Cúpula de Hierro es una buena defensa, pero el poder a veto lo es también. Antes de comenzar su viaje, el presidente Obama aclaró en USA que pese al recorte de los gastos militares de ese país, la defensa de Israel no entra dentro de esos parámetros y se mantendrá inalterable. También el Presidente Obama sabe la influencia de las organizaciones judías sobre todo dentro de su partido. Una buena relación con ella es importante y no está dispuesto a sacrificar su apoyo, tanto económico como político. Obama tiene conciencia que en muy pocos países del mundo será mejor recibido que en Israel. Acá se siente en casa. Ya desde que aterrizó el Air Force One se sacó el saco y poco faltó para que se ponga “sandalim”. Tibios apretones de mano. Con mucha mayor efusión con el Eterno Shimón Peres. Durante 48 horas se sucedieron tres reuniones entre los primeros mandatarios y si analizamos los acontecimientos y las declaraciones podemos sacar las siguientes conclusiones. a)Para los Estados Unidos de Norte América el Medio Oriente no es una preocupación inmediata en estos momentos. Tienen conciencia que el camino entre una Paz entre palestinos e israelíes está distante y les interesa, en estos momentos, su economía y las relaciones con el Lejano Oriente. b)Irán es un peligro para Israel y también para todo el mundo, incluso USA, pero el presidente Obama cree que aún hay tiempo para el dialogo y dejó en claro que no permitirá que Israel inicie una acción militar contra el enemigo común. Se dejó en claro que los sueños belicistas de algunos israelíes por ahora deben controlarse. El tiempo dirá. c)Siria es un doble problema. Por un lado el gobierno de Bashar El Assad tiene armas químicas y se evitará que las mismas se trasladen al Líbano y sean entregadas a las fuerzas de Hesbohala. Por otro lado, la caída de un dictador puede ser la llegada al poder de fuerzas extremistas salafistas, y esto constituye un gran problema en la frontera norte. Es salir de Guatemala y caer en Guatepeor. Gran duda para los gobiernos de Israel y USA. d)Los nuevos gobiernos surgidos de los movimientos revolucionarios de los países de la zona deben entender, según USA que Israel tiene derecho a existir. e)Dijo el Presidente Obama en la reunión con jóvenes israelíes refiriéndose a los niños palestinos: Pónganse en sus zapatos y miren el mundo a través de sus ojos. No es justo que un niño palestino no pueda crecer en su propio Estado y vivan con la presencia de un ejército extranjero que controle los movimientos de sus padres cada día. Frase no muy digerible para muchos israelíes. Todo esto envuelto en abrazos, sonrisas y gestos de mutuo respeto. Políticamente muy lindo pero difícil de tragar por nuestro P.M. si no es con ayuda de un buen digestivo. Pero el golpe de gracia llegó sobre el final. Cuando parecía que la visita de Obama finalizaría sin ningún adelanto, éste “obligó” a Netanyahu, cosa que seguramente ya estaba programada, a comunicarse por teléfono con el Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan para disculparse por la justa defensa de su soberanía del Estado de Israel cuando atacó la mal llamada Flotilla de la Paz. Erdogan, declarado enemigo de Israel, que no dudó en equiparar recientemente el sionismo con el racismo, tuvo que aceptar los pedidos de Bibi y a cambio de eso aceptó retirar todos los cargos que existen en tribunales internacionales contra los líderes de las Fuerzas de Defensa de Israel de ese entonces. Gaby Ezquenazi y sus colaboradores, agradecidos. Se resolvió que se reanudarán las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores y se irán limando asperezas. Las relaciones comerciales siempre continuaron y lo interesante es que el Gobierno Turco se encargue de no seguir fomentando sentimientos hostiles contra Israel en su población. Estados Unidos recordó que Turquía e Israel han sido siempre sus aliados en la zona y que ambos deben permanecer unidos. Conociendo los egos de Erdogan y Bibi, es fácil comprender cuanto les ha costado aceptar la imposición de Obama. Pero todo sea por el bien y la pacificación de la zona. Como escribimos al comienzo, duros días para Bibi. En una sola semana tuvo que abdicar de socios tradicionales, traicionar amigos del partido, abrazar enemigos y pedir perdón. Muchas derrotas todas juntas. Pero él se encargará de mostrar los acontecimientos como grandes hechos positivos. Por suerte la pausa de Pesaj servirá para tranquilizar ánimos, guardar rencores en el último cajón del ropero y comenzar a trabajar nuevamente en lograr los fines que se propuso el nuevo gobierno. Igualdades, soluciones sociales y mejoras a los más necesitados, son los fines. Suerte para el nuevo Gobierno y un Feliz Pesaj para nuestros lectores. Jag Pesaj Sameaj Cr. Víctor Vaisman.