martes, 27 de diciembre de 2011

AÑO DE SORPRESAS EN MEDIO ORIENTE

AÑO DE SORPRESAS EN MEDIO ORIENTE

Zvi Gabay

La historia definirá, con seguridad, al año 2011 como el de las sorpresas en Medio Oriente. No logramos alcanzar a digerir un solo acontecimiento y ya cae sobre nosotros otro, sorprendente. Los tunecinos, los egipcios y, también, los sirios. Los pueblos árabes quebraron la barrera del miedo. Salieron a las plazas de las ciudades y sorprendieron con levantamientos masivos contra sus tiranos líderes. Las revueltas revelaron profundas diferencias en las características de los pueblos árabes, en el estilo de sus gobernantes y en la actitud de sus ejércitos.

En Egipto nos enteramos en enero de la presencia de la “Primavera Árabe”. Muchos obtuvieron el estímulo - ante la nostalgia de la nación árabe- por reformas concretas. ¿Cómo ocurrió que el pueblo egipcio se animó a salir a la Plaza Al Tahrir, en el centro de El Cairo, para levantarse en masa? Los revoltosos clamaban “libertad ante la plaza del pan”, que hasta eso les faltaba y el ejército egipcio sorprendió al incorporarse a ellos. En lugar de reprimirlos, puso flores en los rifles y cantaron, juntos, la canción: “Amo la vida en libertad”. En corto tiempo, cayeron los regímenes en Túnez, Libia y en Egipto. Fue derrocado Hosni Mubarak y llevado a juicio como cualquiera del pueblo; fenómeno que sorprendió profundamente a cualquiera que conoce al gobernante” todopoderoso”. Pero los revoltosos no se conformaron y, otra vez, salieron a manifestarse y obligaron a los gobernantes militares a celebrar, por primera vez, elecciones libres y generales. El resultado de las elecciones, para defensa de los revoltosos, es el “Invierno islámico”: 75% de los electores votaron en las dos primeras rondas a favor de los partidos islámicos (Hermanos Musulmanes y Salafíes) mientras, el bloque liberal-laico, el que promovió y condujo el levantamiento, recibió el resto de los votos y, de hecho, representa la minoría.

El éxito de los elementos islámicos en las elecciones de Túnez y Egipto y su control en Libia, llegó gracias a su influencia creciente bajo el régimen dictatorial. Una visita a los países árabes demuestra la gran influencia del islam en su pueblo. Sorprende ver, a la hora de las plegarias del mediodía de los viernes, a las masas, en especial los jóvenes apurados por orar en las afueras de la ciudad. La influencia islámica se amplió, en parte gracias a las campañas de distribución de alimentos a los necesitados. Así fue creado un eslabón triunfante en las elecciones para los elementos islámicos.

¿Cuál fue la causa para los levantamientos en los países árabes? Los intelectuales árabes, sin duda, fueron quienes sembraron, durante años en sus países y, en especial, fuera, las semillas del temblor actual. Sus escritos críticos, de cuya influencia se abstuvieron los gobernantes, son los que abonaron el terreno para los estallidos masivos. Los poetas y escritores demostraron a sus pueblos la represión a la libertad, al pensamiento y la libertad de expresión y clamaron ante el aprovechamiento de “Palestina” como excusa para el control de sus pueblos.

Llamaron a los revoltosos a exigir, en primer lugar, la suspensión del control sobre las ideas y la vida.

La libertad, entonces, es lo principal para toda la humanidad.

En éstos días volvió el fuego a Egipto. Los jóvenes, que provocaron la destitución de Mubarak y aspiraron a la democratización, quedaron frustrados. El proceso de las elecciones demostró la debilidad cuantitativa y temen que sus probabilidades de determinar la agenda del día en Egipto son pocas. Es por ello que, cabe suponer, continuarán expresando su amargura, en especial en presencia del daño a las instituciones culturales del país.

El Medio Oriente, entonces, no es lugar para “naives” o predicadores de buenos deseos. Aún no se consolidaron pueblos homogéneos en los países árabes que fueron creados, de modo arbitrario o artificial, a manos de las potencias occidentales en la primera mitad del siglo XX. Los pueblos luchan por sus deseos. Mientras eran gobernados por déspotas dictadores, los países se mantenían en calma. Pero al quedar frenado el gobierno, los elementos islámicos surgieron con gran influencia y tomaron el control en Túnez y Libia. Vemos un fenómeno similar en Yemen, Egipto y, cabe suponer que, también, en Siria.

Entonces, debemos mantener abiertos los ojos y evitar cualquier referencia oficial a los sucesos en los países árabes. Nuestras noticias será aprovechada por elementos hostiles, para desviar la atención de los difíciles problemas internos en dirección a Israel: odiado por sus almas. Al, mismos tiempo, debemos intentar localizar elementos moderados a fin de proteger, junto a ellos, la estabilidad geopolítica regional.

¿Que nos espera en el 2012? Los días por venir lo determinarán.



Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs



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