miércoles, 12 de septiembre de 2012

El genocida islámico Omar Al-Bashir, candidato al Consejo de Derechos Humanos de la ONU

El genocida islámico Omar Al-Bashir, candidato al Consejo de Derechos Humanos de la ONU En otra evidencia palmaria de su inutilidad, total desvirtuación de su esencia y propósito por el que fue creado, para la elección de 18 candidatos para ser miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDDH)- que se llevará a cabo durante el 67° Período de Sesiones de la Asamblea General, del 12 al 16 de noviembre de 2012- está postulado el conspicuo violador de los derechos humanos, Omar Al Bashir, actual presidente de Sudán, dictador y asesino sobre el que pesa un pedido de detención solicitado por la Corte Penal Internacional, que lo acusa por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en la región occidental de Sudán, Darfur, donde murieron cerca de 400.000 personas y fueron desplazadas otras 2.770.000. La deplorable candidatura del genocida sudanés, el musulmán sunita Omar Hasan Ahmad al-Bashir, se acordó merced a que el Grupo de Estados Africanos de la ONU consensuó, a puerta cerrada, apoyar las nominaciones de Sudán, Etiopía, Gabón, Côte d’Ivoire (Costa de Marfil) y Sierra Leona. Debido a que África ya hizo arreglos para que cinco países tengan el mismo número de escaños asignados, la elección de Sudán está prácticamente asegurada. La eventual incorporación de la República del Sudán al verdadero esperpento que es el Consejo de Derechos humanos de la ONU, se produciría a pesar de violar ese país la Resolución 60/251 de la Asamblea General, que estableció el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2006. Los Miembros de la Asamblea General están obligados a elegir al Consejo “tomando en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos y las promesas y compromisos voluntarios hechos en consecuencia.” La resolución también dispone que se deba tener en cuenta si el candidato puede cumplir con las obligaciones de los miembros del Consejo, que incluyen (a) “las normas más estrictas para la promoción y protección de los derechos humanos” y (b) “cooperar plenamente con el Consejo.” Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, una ONG (Organización No Gubernamental) con sede en Ginebra, cuyo mandato es supervisar la actuación de las Naciones Unidas por el rasero de su propia Carta, manifestó que elegir a Sudán para el puesto más alto de la Comisión de Derechos Humanos de la Comunidad Internacional es como poner a Jack el Destripador a cargo de un albergue para mujeres”. En julio, UN Watch pidió a las Naciones Unidas y a su Secretario General, Ban Ki-moon, al Alto Comisionado para los Derechos Humanos, la sudafricana Navi Pillay, a la Secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton y a Catherine Ashton de la UE, que denuncien y luchen contra el entonces reporte de la candidatura de Sudán. “Lamentablemente, no se recibió respuesta”, dijo Neuer. “Todavía no es demasiado tarde; sin embargo, seguimos instándoles a hablar de la moral básica y del sentido común en las Naciones Unidas.” La ONG ya encabeza una campaña internacional de grupos parlamentarios y grupos de derechos humanos que se oponen a las candidaturas de Venezuela y Pakistán. El mes pasado, los EE.UU. no pudieron conseguir que el Consejo aprobara una condena de lo que, se dijo, era la candidatura de Siria para el 2014. El oprobioso historial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, está pletórico de hechos inconcebibles. En abril de 2010, antes de ser objeto de un escarnio internacional, la República Islámica de Irán, espontáneamente, sabiendo que su ominosa candidatura para constituirse en miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas -el principal organismo multilateral que vela por su promoción y aplicación- sería mayoritariamente rechazada, retiró su grotesca postulación para el escaño que anhelaba obtener al igual que Libia y Mauritania, en la votación de la Asamblea de las Naciones Unidas que llevó a cabo el 13 de mayo de ese año en la ciudad de Nueva York. El régimen teocrático de Irán, consuetudinario y sistemático violador de las libertades humanas fundamentales, sin resignarse del todo, aspiró en cambio cínicamente, a integrar la Comisión para proteger los Derechos de la Mujer de la ONU. La cooptación del CDDH por parte de los países islámicos y sus adherentes, es notoria. Prueba concluyente de ello es que Israel es el único país que ha sido condenado por el Consejo. Hasta el 24 de enero de 2008, el Consejo condenó Israel 15 veces. En abril de 2007, el Consejo había tomado decisión de nueve resoluciones condenando a Israel, durante el mismo periodo que Sudán había cometido el genocidio en Darfur, en Cuba se había encarcelado ciudadanos disdentes, Chávez había limitado al máximo la libertad de expresión en Venezuela y el dictador Robert Mugabe, actual presidente de Zimbabue cometía asesinatos políticos. Las únicas Sesiones de Emergencias han sido convocadas acerca de Israel. El 30 de junio de 2006 el Consejo votó para tener una discusión acerca de crímenes alegados contra la humanidad, supuestamente cometidos por Israel como un evento único en cada sesión del Consejo. Es la única discusión permanente ahora obligatoria para todos los encuentros del organismo. El Relator Especial del Consejo acerca de este asunto es el único que tiene el cuerpo, sin límite temporal. La histórica animosidad e inquina contra Israel es tan manifiesta, que el 20 de junio de 2007 se pronunció al respecto el Secretario General de la ONU: “El Secretario General está muy decepcionado con la decisión del Consejo, por elegir un único asunto regional para tratar, dada la extensión en la que los derechos humanos son violados en el mundo”. Harto de las manipulaciones e injustas condenas de los inicuos que debieran ser condenados y no acusadores, el 26 de marzo de 2012 el gobierno de Biniamín Netanyahu, en un ejemplo a imitar, comunicó la decisión de Israel de suspender todo tipo de relación diplomática con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, compuesto por muchos países que no tienen la menor autoridad moral para integrarlo. “No vamos a permitir que los miembros del Consejo de Derechos Humanos visiten Israel. Nuestro embajador ha recibido instrucciones de ni siquiera contestar las llamadas telefónicas”, había explicado un alto responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en declaraciones bajo condición de anonimato al diario israelí Haaretz. La Coalición de ONG’S por una gestión efectiva del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, hastiada de la hipocresía, ha iniciado una campaña internacional para evitar la reelección de países como Azerbaijan, China, Cuba, Rusia y Arabia Saudita como miembros del Consejo, por no haber colaborado al cumplimiento de las garantías fundamentales. Ante la renovación de 18 de los 47 miembros del Consejo de DDHH, esta red de más de una decena de organizaciones ciudadanas de derechos humanos exhortó utópicamente a la Asamblea General de la ONU a elegir como miembros del Consejo sólo a los Estados que han cumplido los estándares exigidos en materia de derechos humanos. Rubén Kaplan http://www.rkpress.com.ar/