lunes, 1 de octubre de 2012
Jordania, próximo objetivo del radicalismo islámico
Jordania, próximo objetivo del radicalismo islámico
El integrismo islámico, agazapado detrás de “La Primavera Árabe” -ejemplo de revolución democrática como se empeñaron en definir ingenua y torpemente muchos gobiernos occidentales comandados por la nefasta Administración Obama- tiene ahora en su mira al Reino Hachemita de Jordania.
Acicateada por el éxito en Egipto, donde la Hermandad Musulmana (HM) encaramó como presidente a su representante Mohamed Morsi, la filial del grupo radical islámico en Jordania que ha avanzado en su rol de propaganda de la oposición, del debate y la presión política al activismo contra el trono, notificó al rey Abdullah II que tiene tiempo hasta octubre para someterse a su demanda de transformar el Reino Hachemita en una monarquía constitucional o de lo contrario, enfrentarse a la presión de la gente en las calles hasta su abdicación. Lo llamativo y contradictorio de la demanda es que el sistema de gobierno de Jordania es una monarquía constitucional con una Asamblea Nacional Bicameral, compuesta por la Cámara de Diputados, de 80 miembros, electos mediante sufragio directo, y el Senado, de 40 miembros nombrados por el Rey. El Rey y su Consejo de Ministros configuran el Poder Ejecutivo y el Rey debe aprobar todas las leyes. Sin embargo, su poder de veto puede ser anulado por 2/3 de las dos cámaras de la Asamblea Nacional. Ergo, la pretensión de la Hermandad Musulmana es sustituir la monarquía constitucional en un régimen islámico que imponga la Sharia como legislación.
Preparando el terreno para la insurgencia, el 7 de septiembre cientos de personas salieron a las calles en la capital de Jordania, Amán y en otras ciudades del país para pedir la dimisión del Gobierno y la disolución del Parlamento por su incapacidad para implantar verdaderas y eficaces reformas económicas y políticas. Los manifestantes, pertenecientes en su mayoría a partidos de izquierda e islámicos (frágil convergencia) coincidieron en el pedido de inmediata renuncia del Primer Ministro jordano, Fayez Tarauneh, por las medidas económicas que impulsó, entre las que se destaca el alza de los precios de los combustibles. Manifestaciones similares se sucedieron, también, en otras ciudades de Jordania donde los participantes criticaron las políticas gubernamentales y exigieron cambios en la nueva ley electoral que, alegan, dista de ser proporcional. Ese “viernes de ira” se produjo tras una serie de multitudinarias protestas populares en el país árabe que vienen desarrollándose desde finales de enero de 2011, inspiradas en las revoluciones de la región y lideradas por la Hermandad Musulmana.
Temeroso de su destino, según fuentes de la corte real, Habdullah II quiere reunirse pronto con los líderes de la Hermandad Musulmana para apelar a la calma después de años de disputas y acalorados debates. Según el portal DEBKA, la mayoría de los observadores creen que ya es tarde para el acercamiento del monarca, puesto que la HM tiene el bocado entre los dientes.
De acuerdo a un memorando interno filtrado al periódico árabe Al-Hayat, la Hermandad Musulmana ya ha fijado el 10 de octubre como fecha para las manifestaciones masivas contra el Rey y ordenó a sus miembros trabajar juntos para movilizar al menos 50.000 manifestantes en protestas diarias contra Habdullah y la familia real hasta que se incline ante su voluntad. El oficio dice: “Todos los miembros deben estar dedicados a comunicarse con sus familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo y varios grupos islámicos y patriotas”. También hace un llamamiento para la formación de “focos que se centren en la participación de los grupos afiliados a universidades, escuelas y organizaciones de mujeres”. A los manifestantes también se les aconseja en las tácticas para superar las medidas de fuerza y operaciones de seguridad.
El rey Abdalá II, hijo de madre inglesa, llamada Antoinette (Toni) Gardiner, fue muy cuestionado por los islamistas desde que subió al trono. Atento a las manifestaciones de activistas del partido Frente de Acción y otros grupos opositores que en julio pasado cantaban consignas contra su gobierno y pedían reformas políticas, dijo que la Hermandad es parte del sistema por ser un partido político y formar parte de una amplia gama del mosaico y espectro de la comunidad jordana diversa, si bien no tiene esa legitimidad en otros países árabes. En una entrevista con The Daily Show, el rey dijo que la Primavera Árabe ha comenzado a causa de las difíciles condiciones económicas que enfrentan los pueblos árabes, y pronto se convirtió en demanda de libertad y democracia. “Vamos a ver en Jordania con el inicio del próximo año un nuevo Parlamento”, después de las enmiendas clave en los artículos de la Constitución y el establecimiento de un órgano independiente para las elecciones y la aprobación de la ley electoral, y que pronto será lanzado el Tribunal Constitucional.
El diario jordano Assabeel, fundado en 1993, apelando a la judeofobia característica de los musulmanes como método de distracción de masas disconformes, y para congraciarse con la Hermandad Musulmana que pretende derrocar al rey, sugestiva y oportunamente publicó un repugnante artículo incitando al asesinato y exterminio de los judíos al que tituló “Los judíos corruptos por naturaleza” donde comienza citando versículos antijudíos del Corán y continúa con una descripción de la historia de la corrupción de los judíos asesinos de profetas. La nota sostiene que los judíos creen únicamente en el camino de la guerra y que se especializan en “la destrucción, el despojo y la corrupción”. El libelo, además de otros disparates, dice que la corrupción intelectual está profundamente arraigada entre los judíos y, además de ser sistemática, está basada en la esencia de la visión del virus sionista y el sionismo cristiano contemporáneo. Por su causa es que creemos que la única forma de enfrentarse a la ponzoñosa víbora judía es cortándole la cabeza. El nauseabundo panfleto contiene además una larga lista de versículos que glorifican la Jihad y la lucha en nombre de Alá.
A la amenaza que constituye Irán contra Israel, al Estado judío le genera un recelo y justificada aprensión adicional, el avance del islamismo alrededor de sus fronteras, Egipto y Libia al sur y Siria al norte, con consecuencias impredecibles con respecto a la población palestina de Jordania. Curiosamente otro tanto ocurre con el régimen teocrático salafista de Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos y en disputa hegemónica con los persas.
Miles de artículos en la prensa árabe en el último año han predicho que después que la Hermandad Musulmana tome el poder en Damasco, Amman sería el próximo en la mira seguido de Riyadh.
Es un interrogante la posición que asumirá el presidente Barak Hussein Obama con el rey Habdullah, quien ha sido además de un firme aliado estadounidense y amigo, su apoyo principal en muchas de las crisis regionales. La actitud que tuvo el presidente norteamericano con Hosni Mubarak no debe generarle muchas expectativas, puesto que Obama considera a los Hermanos Musulmanes, como el eje de su política exterior de acercamiento al mundo musulmán.
Rubén Kaplan
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