martes, 12 de marzo de 2013

Arabia Saudita: decapitaciones, crucifixiones y condena internacional

Por el presunto robo a una serie de joyerías, un hombre podría ser no solo ejecutado sino crucificado. Sarhan la Mashayej es uno de los siete hombres condenados a muerte en Arabia Saudita, en un caso que ha despertado la indignación de organizaciones de defensa de derechos humanos a nivel internacional. Mashayej podría ser decapitado y su cabeza cosida posteriormente al cuerpo, que sería erigido en forma de cruz en un lugar público, tal como ha sucedido en casos previos en el país árabe. Tras la condena internacional, las autoridades sauditas anunciaron este martes la postergación de la ejecución, que no ha sido suspendida. El caso deja en evidencia las múltiples irregularidades del sistema judicial saudita, según Aministía Internacional (AI), Human Wrights Watch (HRW ) y organizaciones de derechos humanos en el mundo árabe. De los siete condenados, al menos dos eran menores al tiempo de cometer el presunto crimen y su ejecución contradice flagrantemente la Convención de los Derechos del Niño, de la que Arabia Saudita es signataria. La Convención prohíbe imponer la pena de muerte a acusados menores de 18 años. "Típicamente las ejecuciones tienen lugar mediante decapitación. La cabeza vuelve a colocarse al cuerpo y se lo coloca en una plaza como un mensaje de disuasión". Los siete condenados habrían sido además torturados, según denuncias recibidas por AI, HRW y otros grupos, y se les habría prohibido tanto acceder a abogados como incluso comer, beber y dormir en ocasiones. Las organizaciones de derechos humanos apuntan también a otro dato inquietante: Arabia Saudita, al igual que otras naciones que aplican la ley islámica o sharia, no tienen Código Penal y son los jueces los que interpretan con amplia libertad las normas criminales. Pero el caso de Arabia Saudita no es aislado. También en Irán, Yemen y Sudán se ejecuta a personas que presuntamente delinquieron cuando eran menores. Y AI ha recibido reportes de "crucifixiones" en Sudán. Crucifixiones Arabia Saudita es el país con más ejecuciones en el mundo árabe. Según el informe 2012 sobre pena de muerte de AI (el reporte de este año será publicado en abril), se registraron al menos 82 ejecuciones en territorio saudita en 2011. Protestas en Indonesia por la ejecución de una trabajadora doméstica en Arabia Saudita en 2011. Y de las 10 primeras personas ejecutadas en 2013, cuatro eran extranjeras, incluyendo a Rizana Nafeek, una trabajadora doméstica de Sri Lanka que sólo tenía 17 años al momento del presunto delito. En total, AI ha registrado más de 1.700 ejecuciones en el país árabe desde 1985. "Arabia Saudita aplica la pena de muerte por una gran variedad de crímenes que no entran en la categoría de 'más graves' según estándares internacionales", dijo a BBC Mundo Sevag Kachichian, investigador de AI para los países del Golfo. En el caso de los siete condenados, el presunto crimen es la rapiña a una serie de joyerías, sin que se registraran víctimas fatales o heridos. "Acusaciones de brujería o apostasía (rechazo al Islam) han sido utilizadas en Arabia Saudita para imponer castigos por el ejercicio de la libertad de expresión y creencias religiosas", señala AI. Para Sevag Kachichian, "las crucifixiones son vistas como una forma de disuasión. Típicamente las ejecuciones tienen lugar mediante decapitación. La cabeza vuelve a unirse al cuerpo y se lo coloca en una plaza como un mensaje para evitar futuros crímenes. La crucifixión es una fase póstuma de la ejecución". Muchos de los casos de crucifixion no son reportados, pero "definitivamente sabemos que ocurren en Arabia Saudita y ha habido informes similares en Sudán, por ejemplo". "Llegar a la pubertad" "(Debido a la ausencia de un Código Penal), la amplia discreción permite a los jueces sauditas tratar a niños como adultos y se ha impuesto la pena capital incluso a un menor de 13 años" Debido a la ausencia de un Código Penal, los jueces tienen amplia discreción a la hora de imponer penas y no tienen por qué tomar en cuenta fallos previos. "Esa amplia discreción permite a los jueces sauditas tratar a niños como adultos y se ha impuesto la pena capital incluso a un menor de 13 años”, dijo Eric Goldstein, vicedirector para Medio Oriente de Human Rights Watch. Incluso determinar si un acusado es menor es tema de interpretación en Arabia Saudita, según explicó a BBC Mundo Kachichian. "La ley internacional es clara, habla de 18 años, pero los jueces sauditas interpretan esta norma diciendo que lo importante es si un acusado ha llegado o no a la pubertad. Es el juez entonces el que decide si un acusado ha alcanzado o no esa etapa de desarrollo, por ejemplo, a los 15 años”. "En Yemen, donde la ejecución de juveniles es también un gran problema, existe el mismo tema de interpretación a la hora de decidir si un acusado es menor o no". Moratoria Grupos de defensa de derechos humanos pidieron al rey Abdullah que detenga las ejecuciones. Los siete hombres que podrían ser ejecutados tenían todos entre 16 y 20 años en el momento del presunto delito. Su caso ha sido denunciado por organizaciones en el mundo árabe como Al Karama, "La Dignidad", que contactó telefónicamente a uno de los condenados, quien aseguró que las confesiones fueron obtenidas por la fuerza. Pero a nivel general no se han escuchado en el mundo árabe voces masivas de protesta ante las ejecuciones por crímenes cometidos durante la minoría de edad. "Ha habido llamados para poner fin a esas condenas desde hace tres décadas, pero siempre provienen de una minoría de organizaciones o activistas de derechos humanos", dijo a BBC Mundo el periodista Hayyan Yacoub, del Servicio Árabe de la BBC. "Jamás el mundo árabe ha sido testigo de un llamado masivo a poner fin a las ejecuciones en general y las crucifixiones en particular". "Las ejecuciones por crímenes cometidos durante la minoría de edad pueden ser aceptadas durante las oraciones del viernes y condenadas en un debate en un café. Las reacciones varían según el grado de fervor religioso y educación de la gente", agregó Yacoub. AI reiteró este martes su llamado no sólo a una moratoria de todas las ejecuciones en Arabia Saudita sino a un nuevo juicio con garantías mínimas para los siete condenados. A nivel global, al menos 18.750 personas estaban condenadas a muerte a finales de 2011, según AI. Pero la organización asegura que el caso de Arabia Saudita sigue siendo uno de los más graves. Para Sevag Kachichian, "esta nación carece de instituciones judiciales independientes. Pero además se trata de un país con estatus internacional, petróleo y mucho dinero". "No parece sentir ninguna presión por reformar su sistema y hacerlo más acorde a las normas internacionales".