miércoles, 13 de marzo de 2013

"La Presidenta y Timerman están asociándose con el enemigo"

Rab. Ángel Kreiman JERUSALÉN.- El rabino Ángel Kreiman (67), descendiente de una de las primeras familias de "gauchos judíos", nacido en Buenos Aires -aunque vivió la mayor parte de su vida en Chile-, sabe lo que es ser víctima de la AMIA. El 18 de julio de 1994, del que no logra hablar sin que se le llenen los ojos de lágrimas y se le entrecorte la voz, perdió a su esposa, Susy, madre de sus tres hijas. Hoy, en la Jerusalén que es su hogar desde hace casi un año, se siente engañado por el acuerdo firmado por la Argentina con Irán. -¿Cómo se siente con las noticias que llegan de Buenos Aires? -Le puedo decir que la actitud de la presidenta argentina no me merece ningún tipo de respeto. Vemos cómo, por razones políticas, de conveniencia política, se han involucrado en una causa equivocada. Esta señora nos ha engañado. Y el canciller argentino le está dando la espalda a su origen. Estoy muy decepcionado. Para mí, fue muy duro el asesinato de mi mujer. -¿Qué recuerda de aquella dura mañana de la bomba? -Mi esposa dirigía la Bolsa de Trabajo de la AMIA. La había creado ella junto con Norma Leu. Y ayudaba a mucha gente, no sólo judíos. El día que hablé con ella, diez minutos antes de la bomba, me dijo: "No me llames más durante el día porque hay 54 personas en la fila esperando para pedir trabajo". De esas 54 a lo mejor 10 eran judíos. Pero nunca se les preguntó. -La explosión fue el comienzo de una pesadilla. -A raíz del asesinato, tuve que vivir duras situaciones que nunca olvidaré. Estuve durante ocho días entrando en la morgue de la calle Viamonte para reconocer pedazos. Era una morgue donde se podían poner quizá cinco cuerpos y había pedazos de 85. Gracias a Dios, la mayor parte del cuerpo de mi señora, el tronco, estaba reconocible, y pudimos tener el 25 de julio un entierro digno. -¿Qué secuelas le dejó la tragedia? -Le cuento uno de varios ejemplos. Yo volví luego a Chile. Estaba en la ciudad de Temuco, en el Sur, cuando fue el terremoto de hace tres años. Cuando empezó todo a temblar, yo -que estaba tan acostumbrado a eso de vivir tantos años en Chile- me aferré a la cama y recé la plegaria judía "Shmá Israel". Se movía todo el hotel en el que estaba, se caía todo. hasta que los que estaban en la pieza al lado mío, que eran argentinos que no entendían de temblores, empiezan a gritar: "¡Una bomba, una bomba, una bomba!". Salgo en calzoncillos a la calle y el conserje del hotel me dice: "¿Adónde va rabino?", a lo que yo le contesté: "Voy aquí hasta la AMIA porque parece que otra vez le tiraron una bomba a mi señora". -¿Cómo influye el acuerdo con Irán sobre su recuerdo? -Yo siento que lo que está haciendo la presidenta argentina es como matar de nuevo a mi esposa. Lo que está haciendo esta mujer es quemarlo todo. Me ha terminado de matar todo el recuerdo que yo podía tener de la Argentina. Yo suponía que quienes mataron a mi mujer y a las otras 84 víctimas iban a pagar por ello. Y no hablo sólo por mí. Yo no hago de esto un monopolio mío ni un monopolio judío. Cuando fui una vez a invitar al cardenal Bergoglio para que firme una declaración sobre la AMIA, fui con la mamá de un chiquito que murió a los 5 años que lo único que quería era conocer el subte. Cuando pasó ese lunes por la AMIA, la bomba le arrancó al chico de las manos y a ella le quedó todo el brazo derecho con esquirlas. Con esta actitud de Cristina y de Timerman todo es más difícil. ¿A quién se le puede ocurrir que se va a encontrar a los responsables asociándose a los responsables? No entra en la lógica más simplista y más grotesca. Están asociándose al enemigo. ¿A quién le voy a creer?.