martes, 19 de noviembre de 2013

¿A quién interesaba la muerte de Arafat?

Los análisis de los restos de Arafat apoyan razonablemente la hipótesis de envenenamiento La vida de Yaser Arafat ofreció argumentos suficientes para escribir varias novelas. Y ahora también su muerte. Pero no solo por la causa, extraña y desconocida, que ahora se intenta desentrañar, sino por algo que resulta todavía más sugerente: las personas, grupos o países que podían estar interesados en hacerle desaparecer allá por el año 2004. Hay que remontarse a algo más de una década atrás, a los atormentados años de los atentados contra las Torres Gemelas y la tenebrosa irrupción de AlQaeda en el panorama internacional. El presidente Bush, en plena conmoción, decidió repartir culpas entre el régimen talibán e Irak y sumió a su país en dos guerras en el lapso de un año y medio. El conflicto israelí-palestino pasaba por su peor momento Aunque sin meterlos en el mismo saco, Bush hijo también cargó contra los palestinos, a quienes pidió en 2002 que cambiaran de líder. Aquel dirigente era Arafat. Había cometido el error de apoyar a Sadam Huseín durante la guerra del Golfo de 1991, cuando gobernaba Bush padre, y Bush hijo no podía olvidar aquella afrenta. También estaba Ariel Sharon, primer ministro israelí de la época y probablemente el mayor enemigo que nunca llegó a tener Arafat. Acababan de fracasar unas negociaciones en Camp David en las que israelíes y norteamericanos, con el laborista Barak y el presidente Clinton al frente, creían haber tocado el cielo de la paz en Oriente Próximo. Pero Arafat no quiso firmar lo que le pusieron sobre la mesa porque, según dijo él mismo, “era hombre muerto”. Si hubiera rubricado aquellos acuerdos, que suponían el desgarro del mapa palestino, sus propios partidarios, además de los islamistas de Hamas, habrían querido asesinarle. A partir de ahí, fueron todos los demás los que deseaban su muerte. Especialmente Israel, que bombardeó el cuartel general de Arafat en Ramallah en varias ocasiones y confinó al líder palestino durante dos años y medio en un par de habitaciones, sin luz ni agua. De allí solo pudo salir, ya enfermo, para ser tratado en Francia, de donde volvió en un féretro. ¿Fue alguien de su entorno? Arafat no era un hombre fuerte, pero a los 75 años todavía gozaba de una salud de hierro. En aquellos duros momentos, además, tenía motivos para crecerse ante la adversidad. Pero la situación se prolongaba demasiado y no es descartable que algunos de sus partidarios pensaran en la posibilidad de hacerle caso a Bush. De hecho, si se confirma que Arafat fue envenenado con Polonio 210, dadas las circunstancias tuvo que ser alguien de su entorno quien le administrara una minúscula cantidad de esa sustancia radioactiva en la comida, la bebida, las gotas para los ojos o incluso en la pasta de dientes. También resulta extraña la decisión que tomó su esposa Suha, con la que por aquel entonces mantenía una relación distante, de que a Arafat no se le practicara la autopsia. Más todavía si se tiene en cuenta que los médicos franceses que le atendieron solo pudieron atribuir su muerte a causas desconocidas. La extraña muerte de un auténtico superviviente En abril de 1992 alguien me despertó de madrugada para informarme de que Arafat había desaparecido en el desierto de Libia. Aquella vez se trató de un incidente que obligó a su avión a realizar un aterrizaje de emergencia en aquel inhóspito lugar. Pero también podía haber sido uno de tantos intentos para acabar con su vida. El líder palestino presumía de haber sobrevivido a cuarenta atentados. Sus allegados los reducen a la mitad, pero hubo algunos que estuvieron muy cerca. En 1985 Israel bombardeó el cuartel general de la OLP en Túnez. Causó 73 muertos y Arafat se salvó porque había salido a correr. Unos años antes había sobrevivido a otro bombardeo en Beirut. Al contrario que en aquellas ocasiones, las autoridades israelíes aseguran que no tienen nada que ver con un eventual envenenamiento de Arafat. Añaden, además, que no son concluyentes las pruebas encontradas por los investigadores suizos. Aún así, se las van a trasladar a tres jueces franceses que investigan la muerte del líder palestino. Y aun quedan otras dos investigaciones, una rusa encargada por la Autoridad Palestina, y otra francesa, independiente. Habrá que esperar hasta la primavera de 2014 para tener información concluyente sobre las causas de la muerte de Arafat. Si fue intencionada, lo que nunca se sabrá, me temo, es de quién partió la iniciativa. http://www.teinteresa.es/jesus_martin_tapias/interesaba-muerte Arafat_0_1025299713.html#WaQ1alu2MJxeOFvC