viernes, 29 de noviembre de 2013

OSM. El sueño de 2000 años

OSM. El sueño de 2000 años 28.11.2013 09:33 | OSM. El sueño de 2000 años Ver más imágenes» Por Lázaro (Lalo) Slepoy Itongadol.- El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamaba la resolución 181, más conocida como la “Partición de Palestina”, en dos estados, uno judío y el otro árabe. De esa manera comenzaba a efectivizarse el sueño de 2000 años, de un pueblo que fue desterrado por la fuerza de su patria. De esa manera comenzaba a cobrar vida la profecía del visionario Hertzl, que 50 años atrás había creado un Estado Judío imaginario De esa manera, el Movimiento Sionista veía plasmado en realidad uno de sus principales objetivos: la creación de un Hogar Nacional Judío. En 1947, las Naciones Unidas festejaban sus dos primeros años de vida (en octubre de 1945 fue creada) con una decisión trascendental, la creación de un Estado Judío, por primera vez desde la destrucción del Segundo Templo. En ese entonces, solo 57 países eran miembros de la ONU (hoy son 192) y era necesario recibir la mayoría de los votos para que la decisión fuese aprobada. El resultado final fue de 33 votos a favor (58%), 13 en contra (23%) y 10 abstenciones (18%), entre ellos la Argentina. Los países que votaron a favor fueron: Australia, Bélgica, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Costa Rica, Dinamarca, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, Holanda, Islandia, Liberia, Luxemburgo, Nueva Zelandia, Nicaragua, Noruega, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Suecia, Sudáfrica, URSS, Ucrania, Uruguay y Venezuela. Todos los países musulmanes y Cuba, votaron en contra de la resolución: Afganistán, Arabia Saudí, Cuba, Egipto, Grecia, India, Irán, Iraq, Líbano, Pakistán, Siria, Turquía y Yemen. Los que se abstuvieron fueron: Argentina, Colombia, Chile, China, El Salvador, Etiopía, Honduras, México, Reino Unido y Yugoslavia. Tailandia se ausentó de la votación. No nos tenemos que olvidar que dicha resolución hablaba de la creación de dos Estados. El Estado Judío se levantó en las tierras asignadas criticando la falta de continuidad territorial del mismo, dividido en tres zonas separadas por vértices que lo hacían muy poco viable (y difícil de defender), al igual que el territorio asignado a los árabes. El Estado Árabe nunca llegó a plasmarse por una fuerte oposición de todos los países árabes. Los líderes árabes se opusieron al plan argumentando que violaba los derechos de la población árabe, la cual en ese momento representaba el 67% de la población total (1.237.000 habitantes), criticando además que la mayor parte de la tierra (el 54%, incluyendo el desierto del Néguev, que suponía el 45% de la superficie de todo el país) se adjudicaba al Estado Judío, que consistía en solo el 33% de la población. Apenas dos semanas después de aprobarse la resolución de la ONU, en una reunión pública celebrada el 17 de diciembre, la Liga Árabe aprobó otra resolución que rechazaba frontalmente la de la ONU y en la que advertía que, para evitar la ejecución del plan de partición, emplearía todos los medios a su alcance, incluyendo la intervención armada. La amenaza árabe, que finalmente cumplió, no tuvo ninguna respuesta por parte de Naciones Unidas. El Reino Unido se negó a aplicar el plan de partición, argumentado que era inaceptable para las dos partes implicadas. Además rechazó compartir la administración de Palestina con las Naciones Unidas durante el periodo de transición recomendado por el plan, y abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, fecha en que expiraba el Mandato Británico y un día después que Ben Gurión leyese la Declaración de Independencia en el museo de Tel Aviv (declaración que se adelantó un día a la salida del Alto Comisario Británico para que no coincidiese con el shabat). En esa misma sesión del Consejo del Pueblo se aprovechó para derogar las leyes represivas y anti inmigratorias del Mandato Británico. De esta manera comenzaba la gran ola migratoria, la Aliá de judíos de todo el mundo que regresaban a la tierra de sus tatarabuelos para construir un Estado para sus tataranietos. El Movimiento Sionista pasaba a la segunda etapa, en la que todavía nos encontramos hoy: la construcción de un Estado ejemplar, que irradie luz al resto de las naciones del mundo, que inspire a los demás países por su adelanto, su justicia, su tecnología, su calidad humana. Mucho hemos logrado desde aquel 29 de noviembre de 1947, mucho aún nos queda por hacer, pero la certeza de estar en el camino correcto es la que nos sigue impulsando hacia nuevos logros. Todos juntos podemos. Si lo queréis….