jueves, 14 de noviembre de 2013

Así trabajan nuestras filiales. Carta recibida en la Olei Kfar Saba

Estimada Ariana, Hay momentos en los que uno en la vida se queda sin palabras para poder expresarse y este sin dudas es uno de ellos. Hace un par de días imagino como comenzar a redactar este mail y no logro encontrar las palabras adecuadas, así que simplemente tratare de dejar al corazón hablar. Hace casi 35 anios una pareja jovencita abria las puertas de su corazón y su cálido hogar para mi. Para darme todo lo que ellos tenían para dar. Amor, mas amor, cuidados, más cuidados, educación, valores…en fin una vida plena, preocupándose dia tras día que no me falte nada, que sea feliz. La familia se agrando con la llegada de mi hermano y el amor se multiplico para darnos todo para tratar de hacernos personas rectas, de bien y felices. Mi hermano Daniel y yo sin dudas crecimos en una casa donde el amor y el apoyo siempre estuvieron presentes. A lo largo de todos los años, acompañándonos paso a paso en cada momento, también los más difíciles y los hubo…y apoyándonos con cada decisión. Recuerdo inclusive que en su escalera de cosas fundamentales siempre estuvo en primer lugar tratar de tener una buena obra social para estar siempre seguros que en caso de algún inconveniente estaríamos protegidos y despues, fudamental para ellos tratar de poder tener acceso a recibibamos educación judía en un Shule. Y ahí también nuestros caminos se juntaron y recuerdo con mucho cariño la época donde fuiste nuestra directora en el Wolfsohn, épocas de oro en mi memoria y la de tantos otros J. Mis padres siempre se esforzaron para que podamos ir a un shule y sin duda, la educación judía y sionista que recibí en cada uno de los colegios donde estudie y me forme y cada uno de mis morim marcaron mi camino. Paradójicamente el mismo que elegí yo en mi vida, ser mora. Recuerdo que ya desde chiquita me emocionaba el hecho que sentía que era a través de mi hermano y mío, que mis padres aprendían acerca de los Jaguim y acerca de Israel. Muchas veces me parecía que era en el único “rubro” que mi hermano y yo “le ganábamos” a nivel información y contenido a mis padres y me emocionaba profundamente poder ensenarle a ellos. Se desvivieron por nosotros, porque no nos falte nada. También porque a los 16 años podamos, como muchos de nuestros compañeros llegar a Israel a través de distintos planes educativos. Y así sucedió y ahí mi hermano y yo por vez primera a través nuestro cumplimos su sueño de pisar y conocer Eretz Israel. No puedo dejar de pensar en mi propia historia sin emocionarme, porque ese primer acercamiento fue el inicio de tantos otros planes educativos en Israel que marcarían el rumbo de mi vida. Y aunque el enamoramiento fue inicial, costo, costo varios programas y visitas más para poder animarme y dar el paso final con el cual soñé toda una vida, vivir en Israel. “El desarraigo” y la vida a la distancia, separado de nuestros seres queridos sin dudas no es fácil, todos lo pasamos en carne propia, la familia, los amigos, nuestros afectos, la casa, las calles…y toda una vida de recuerdos y añoranzas. Pero en Eretz uno también está en casa, difícil de explicar, creo que quienes lo pasamos solo podemos entenderlo. Y con el paso del tiempo uno va sintiéndose más y más en casa. Y si, en Eretz hay algo que está en el aire, que…como explicarlo? Que nos sentimos parte, que pertenecemos. Pero de ningún modo esto sería así si no hubiésemos tenido una base, una mano extendida, una cara familiar que nos reciba, que nos ayude, que nos apoye y que sea nuestro “colchón” cuando llegamos. Soy MUY consiente que fui una afortunada de, al momento de la alia haber podido contar con tantos corazones y amigos que hicieron mi llegada mucho más fácil y sin dudas es por ellos que tan solo 4 años después me siento totalmente completa, llena, asentada, segura y en casa. Después de mucho andar, después de algunos golpes médicos familares, de muchos miedos, de muchas dudas y de muchas expectativas, en familia tomamos la decisión de traer a mama y papa a vivir a Israel. Fueron muchos meses, muchas cosas, tramites, preguntas, dudas, pensamientos, miedos…puertas que parecían cerrarse y luego se abrían, hasta que “salio el sol” y juntos llegamos a la que hoy creemos fue la mejor decisión de traer a papa y mama aca, mas cerca nuestro. Y los meses avanzaron y nos acercábamos a la fecha con todo el movimiento que eso implica… Como dije antes, me considero una afortunada total por “el colchón” que yo tuve al momento de mi alia, sin dar nada por obvio, y por el grupo de “amigofamilia” que tengo. El concepto “amigofamilia” es otro de los tantos que solo nosotros, los olim, lo conocemos bien, bien. Y mientras la fecha se acercaba, también tuve la bendición de recibir a mis queridísimos tios, que ya me hacían sentir que verdaderamente seriamos una familia. Tuve el ZJUT Y el KAVOD de, 35 anios después, estar del “otro lado” y poder, de algún modo, junto a mi hermano (a pesar de físicamente encontrarse en Espania), idear, planificar, soniar como seria la casa que papa y mama se merecen, que hogar seguro queremos darle nosotros, ahora que la vida nos dio la posibilidad de “devolverles”. Y claro, de lo que uno imagina, suenia, quiere a lo que uno puede hay una gran distancia y muchas piedras o impedimentos en el camino. Claramente solos no podríamos hacerlo, y ahí estuvieron la familia de aca y de alla, todos esos MARAVILLOSOS amigofamilias , y todos los amigos de alla, acompaniando moralmente. Y juntos sin dudas, nos sentimos más fuertes, con más energía para enfrentar este paso. Y ahí, otra cuota de “suerte”. Haber llegado a la Olei cuando me contacte contigo, desde el mismísimo instante que nos contactamos, tus palabras, tu energía y positividad me dieron una sobredosis de buena onda, de confianza, que tampoco es obvia en momentos en los que muchos, hasta sin quererlo, lo único que resaltan es “lo difícil que va a ser para ellos, para nosotros”. Y eso me hizo muy bien y quería agradecerte mucho al respecto. Y enseguida pusiste manos a la obra convocando a todos los conocidos y no transcurrieron ni 24 horas ya me estabas llamando con buenas noticias. Y sin dudas de pronto sentir tanta CALIDEZ tanta IJPATIUT (que no se como se traduce), tanta AYUDA DESINTERESADA, tanta BUENA ONDA de gente que no conozco pero ya las considero amigofamilia, fue impresionante. No tengo palabras para agradecer todo lo que hiciste y agradecer a través tuyo no solo a LA OLEI KFAR SABA sino también y directamente a cada uno de quienes abrieron sus corazones, a quienes les importa el otro, a quienes con placer y de corazón extienden su brazo. Y fueron tantas personas Ariana! No paro de contarlo y emocionarme!. Y QUIERO y NECESITO por medio tuyo AGRADECERLES en nombre mio, de mi hermano Daniel, de mis tios, de toda mi familia y amigos y por supuesto en nombre de MIS PADRES quienes aún siguen shockeados (para bien, con emoción) del momento del recibimiento y del hogar que tienen. El GRACIAS es SINCERO para TODOS Y CADA UNO de los que al haberse enterado, les importo, dedicaron su tiempo, te contactaron, también ofreciendo algo material, o también cualquier tipo de ayuda y también ser transmisores del pedido o simplemente con palabras de aliento que es UN MONTON! GRACIAS A TODOS! No puedo dejar de nombrar a personas con quien tuve el placer de tener contacto directo, a Dochi, que estuvo al pie del canion! a Mario y su cuniado ( de LaOlei Raanana) que icondicionalmente estuvieron firmes y no pararon de sorprenderme! a FANNY que aunque por teléfono en un dia sentí que la conocía de toda una vida! a Marta que le importo y sola, inclusive antes de contactarla vino hasta el departamento! A Daniela de la Kehila tomejet, y perdón que no nombre a quienes se acercaron directo a ti, que se que fueron muchos, y les estamos igual y enormemente agradecidod POR TODO. Sepan que todos ustedes fueron gran parte en la cadena de corazones que ayudo a que mi hermano y yo cumplamos con ese Zjut y Kavod de darles a mama y mi papa un hogar, calido, comodo, que se sientan acogidos y abrazados con las energías que entraron con cada uno de los objetos físicos, pero por sobretodo con las energías y carinio que nos transmitieron. Mama y papa tienen una casa en Eretz, son dos felices y radiantes olim jadashim ciudadanos de Kfar Saba, aun es un suenio y se los debo también y en gran parte a ustedes. Esperamos encontarnos y conocerlos pronto y sepan que pueden contar con nosotros para todo!!! y las puertas de casa y nuestros corazones tambien estan abiertas! Si pudiera explicarles su cara al ver su casa, imagable, sus caras de emocion al caminar por las calles, cuanta felicidad! cuanta vitalidad les devolvio! cuanta paz, cuantas energias! GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS!!! "Baruj ata Adonai Eloheinu Melej Haolam sheejeianu vekiemanu veigianu lazman aze" Con profundo agradecimiento y carinio, Carolina Meyer (escribiendo en nombre de Daniel, Roberto y Graciela y todos nuestros seres queridos)