sábado, 16 de noviembre de 2013

Fanaticos religiosos: que los hay, los hay

No son muchos en la Argentina. Eso es evidente. Pero, aun siendo pocos, piensan cuidadosamente cuándo y cómo dar sus golpes. Y cuentan con un fuerte apoyo del exterior, tanto político como monetario. Este grupo de trogloditas, ultraconservadores, siguen el camino de un catolicismo ultramontano que fundó Marcel Lefebvre en la década del ’70. En la Argentina, ya dijimos, son unos pocos. Tienen mayor cantidad de seguidores y poder económico en Estados Unidos, Francia y México. El martes, una veintena de estos fanáticos religiosos irrumpió en la catedral metropolitana en la celebración de una ceremonia ecuménica que conmemoraba el trágico inicio del nazismo en la Alemania gobernada por Adolf Hitler. Esto representó algo más que una actitud antisemita que promueven los lefebvristas a cada paso. No fue casual la elección de la catedral para protagonizar un incidente que rápidamente fue reproducido por distintos medios de todo el mundo. Lo hicieron en “la casa” de Jorge Bergoglio. El mundo se enteró de que católicos fanáticos –entre los que se encontraban algunos sacerdotes– interrumpieron con actitudes antisemitas una ceremonia ecuménica en “la casa” del papa Francisco. Después de la ola de repudios que cosechó esa intromisión en la catedral, apareció el representante en la Argentina de la congregación ultraconservadora, el padre Christian Bouchacourt –formalmente, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X–, para reivindicar la manifestación antisemita y dejar algo en claro: “Yo reconozco la autoridad del Papa, pero él no es infalible, en este caso, hace cosas que no podemos aceptar”, dijo. El concepto es claro, no sólo extrañan al anterior papa, Benedicto XVI, porque los reincorporó a la vida institucional de la Iglesia Católica, sino que repudian los intentos de cambio que Francisco pretende imponer en el Vaticano. Esta suerte de guerra santa contra el actual Papa es uno de los motivos que llevaron a estos ultramontanos a ofrecer el espectáculo del martes a la noche en la catedral metropolitana. Estos trogloditas son pocos en la Argentina, pero que los hay, los hay.Fuente: Veintitres