martes, 23 de diciembre de 2014


Ese dulce idish que brotaba de las bocas de mis abuelos


Yo crecí en un hogar donde se escuchaba este dulce idish que brotaba de las bocas de mis queridos abuelos rusos ashkenazim. (Dos lebn iz nisht mer vi a jolem, ober mer mich nit oif. La vida no es más que un sueño, pero no me despiertes).

El ídish (ייִדיש o (אידיש es el idioma original de las comunidades judías del centro y este europeo denominadas Ashkenazim, derivado del hebreo medieval de Alemania: "Ashkenaz". (Az me ken nisht vi me vil, tut men vi me ken. Si no puedes hacer lo que quieres, haz (entonces) lo que (sí) puedes).

El Idish nació hace mas de mil años cuando los judíos de Italia, de Francia y de los restos del Imperio Romano comenzaron a desplazarse hacia la zona del río Rin en lo que hoy es Alemania, por causa de las persecuciones de las cruzadas (Ein Got un azoi fil soinim. Un Dios y tantos enemigos), que empujaron al idioma hacia el centro de Europa Central. 

Luego la archiconocida intolerancia religiosa (*Er zol hobn Pare’s makes bashotn mit Iov’s krets. Que tenga las plagas de Faraón matizadas con las pústulas de Job) hizo que este idioma tan peculiar se expanda hacia Polonia, Ucrania, Bielorrusia, Hungría, Lituania, Estonia y Letonia.

Rindo así, mi más sentido homenaje a ese dulce idish que brotaban de las bocas de mis abuelos. 

Espero que esta historia fuese de tu entera gratificación, sino sería como: "Red tzum lomp / tzu de vant. Háblale a una lámpara / la pared (¡como si ella te fuera a escuchar!).

Dr. Guido Maisuls
Escritor y periodista.
Periodismo de opinión e investigación.

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