miércoles, 4 de noviembre de 2015

La historia de un jordano llamado Isaac Rabin

En pleno fervor por el acuerdo de paz, dos padres musulmanes de jordania llamaron a su hijo Isaac Rabin. El joven, de 19 años, hoy vive en Israel.
Isaac Rabin Namsy es, según aparenta, un israelí normal. Al igual que muchos jóvenes de su edad se encuentra completando su servicio militar. Sin embargo su historia de vida no es nada corriente, empezando por el hecho de que nació en el Reino Hachemita de Jordania, en el seno de una familia musulmana.
Obligado a huir de su país junto con sus padres cuando todavía era un bebe, hoy vive exiliado en la ciudad israelí de Eilat, todo a causa de su nombre.

Isaac nació en enero de 1996, en la ciudad de Irbid, al norte de Jordania, apenas dos meses después del asesinato del lider israelí a manos de un extremista judío que se opone a la paz con los palestinos.
Miriam decidió nombrar a su hijo en honor al ex Primer Ministro israelí que había firmado en 1994 la paz con Jordania.
Los problemas comenzaron casi de inmediato. Los medios de comunicación, tanto de Jordania como en todo el mundo, se enteraron de su plan, y el Ministerio del Interior Jordano le advirtió que no aprobaría ese nombre. Sólo la intervención personal del Rey Housein permitió a la pareja imponer su deseo.
La oposición local no disminuyó. La familia fue acosada sobre todo por los palestino-jordanos que se oponían firmemente a cualquier reconciliación con Israel. Los padres y su bebé fueron obligados a trasladarse de un lugar a otro como fugitivos, incluso pasaron noches en estaciones de colectivos y encontraron refugio temporal en la casa de un tío en Ammán.
Alemania, país donde el padre había residido, ofreció asilo, pero Miriam no quería vivir tan lejos de su familia. 
Finalmente Leah Rabin, viuda de Isaac, llegó a Jordania y "los adoptó", según palabras de la propia Miriam. "Sólo queríamos tranquilidad y no podíamos seguir viviendo en Jordania", concluyó la madre.
La ex Primera Dama incentivó a la pareja a emigrar y les ayudó en sus primeros años en Israel con el trabajo y los trámites burocráticos que debieron enfrentar. Pero luego del fallecimiento de Leah en el 2000, llegaron a la familia tiempos difíciles.
Isaac asistió a una primaria árabe-isaelí, donde fue tildado como "el niño cuyos padres perdieron la cabeza". Miriam también tuvo problemas con sus compañeros de trabajo palestinos, que conocían la historia de la familia.
La historia se tornó más trágica cuando un grupo de palestinos asesinaron en Jordania al hermano de Miriam en venganza por el nombre de su sobrino.
Miriam no pudo asistir al funeral de su hermano. Al intentar cruzar la frontera un grupo de manifestantes la esperaba con intenciones de no permitirle ingresar al país. Volvío a Israel con varios cortes y moretones. Fue la última vez que piso su país natal.
Buscando una vida más tranquila la familia se traslado a la ciudad de Eilat, que ha sido su hogar durante los últimos 12 años. Isaac asistió a una escuela judía y creció como un israelí más. 
El año pasado Isaac y su madre recibieron oficialmente la ciudadanía israelí. Desde su llegada a Israel estuvieron viviendo bajo el status de residente temporal.
"No me arrepiento de mi elección", dice Miriam sin dudarlo. "Yitzhak [Isaac] fue un profeta para Judios y musulmanes. ¿Y Rabin? La mayoría de los jordanos quieren la paz. Así que ¿por qué debería lamentarlo? ".
Fuente: theatlantic

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