domingo, 29 de noviembre de 2015

Cientos de mercenarios colombianos combaten la guerra civil de Yemen


Cientos de mercenarios colombianos combaten la guerra civil de Yemen

Mercenarios colombianos en Yemen
Soldados de las milicias prosaudíes, desplegados en el sur de Yemen. FAISAL NASSERREUTERS

La mayoría de ellos son ex militares colombianos que han cambiado la selva por el desierto y la lucha contra las guerrillas de las FARC y el ELN, y los cárteles del narcotráfico por el combate contra las fuerzas proiraníes y Al Qaeda.

PABLO PARDO
Cientos de mercenarios de América Latina han sido trasladados desde Abu Dhabi a Yemen, donde están listos para combatir en la guerra civil de ese país. La mayoría de ellos son ex militares colombianos que han cambiado la selva por el desierto y la lucha contra las guerrillas de las FARC y el ELN, y los cárteles del narcotráfico por el combate contra las fuerzas proiraníes y Al Qaeda. Pero, según el diario ‘The New York Times’, también los hay chilenos, panameños y salvadoreños. En total, son 450. El diario colombiano ‘El Tiempo’ eleva esa cifra a 800. Visten uniformes de Arabia Saudí, pero están bajo el mando de los Emiratos Árabes Unidos, el país del que forma parte Abu Dhabi.
Los primeros llegaron a la ciudad de Aden, la segunda mayor de Yemen, hace algo más de un mes, y se espera que jueguen un papel clave cuando las fuerzas suníes aliadas de los Emiratos y de Arabia Saudí se lancen a la toma de la capital del país, Saná, que está controlada por rebeldes chiíes de la tribu huti, apoyados por Irán. En Yemen también está muy implantada Al Qaeda en la Península Arábiga, a la que EEUU y, sobre todo, Arabia Saudí, llevan combatiendo desde hace cerca de una década.
Son parte de una fuerza de unos 1.800 ex militares que fueron llevados a los Emiratos Árabes Unidos–donde está Abu Dhabi–en 2010 por Erik Prince, el fundador y ex máximo responsable de la empresa más famosa–y controvertida–en este peculiar sector: Blackwater. Fue un contrato por el que Prince se embolsó 529 millones de dólares (498 millones de euros). En la actualidadla operación es coordinada por la empresa colombiana Global Services, que dirige el ex miembro de las Fuerzas Especiales de ese país, Óscar García Batte.
Cuando los colombianos llegaron a los Emiratos, en 2010, fueron registrados oficialmente como trabajadores de la construcción, aunque reciben las mismas prestaciones sanitarias que las personas nacidas en el país. Desde entonces, se han encargado de la protección de puertos, por lo que cobran entre 2.000 y 3.000 euros al mes, y, según ‘El Tiempo’, reciben una asistencia médica comparable a la de los nacidos en el emirato. Los que se han ido como voluntarios a Yemen reciben, además, un plus de peligrosidad de unos 1.000 euros semanales. Según ‘El Tiempo’, a su regreso a los Emiratos recibirán la nacionalidad de Abu Dhabi,que podrán extender también a su familia más cercana.
La inesperada llegada de los colombianos a Yemen pone de manifiesto la incapacidad de Arabia Saudí y de otros países del Golfo Pérsico de defenderse. De hecho, Arabia Saudí no ha sido capaz de evitar que Yemen, un país con el que comparte frontera y que es mucho más pobre, cayera en la órbita de influencia de su enemigo histórico, Irán. Paradójicamente, Arabia Saudí es el mayor comprador de armas del mundo, con cerca de 10.000 millones de euros invertidos en la adquisición de material militar el año pasado.
El recurso a mercenarios es una vieja tradición en la región, y parece haberse acentuado a medida que los países del Golfo han ido desarrollando unas economías basadas en la subcontratación de trabajos a extranjeros. El propio Abu Dhabi es un ejemplo de ello, y que de sus 9 millones de habitantes, el 50% han nacido fuera del país.
Tradicionalmente, la mayor parte de los mercenarios eran de la antigua potencia colonial, Gran Bretaña, de Australia y de Sudáfrica. En Bahréin, el británico Ian Henderson sigue estando al frente de gran parte de la estructura de defensa del país.
Ese país fue invadido por Arabia Saudí en 2011 para frenar la revuelta de la población chií, que constituye la mayoría de ese petroestado. Desde entonces, sus fuerzas de seguridad han contratado a 2.500 pakistaníes suníes, a los que han atraído simplemente por medio de anuncios en la prensa. Otros países que tienen mercenarios en la región son Malasia, Sudáfrica, Somalia y Eritrea. Según publicaciones militares estadounidenses, la gran ventaja de los soldados de fortuna procedentes de países en vías de desarrollo es que son mucho más baratos que los occidentales.
Curiosamente, ‘The New York Times’ se refiere a los colombianos y a los demás latinoamericanos como “mercenarios”, incluso en el titular de la información. Cuando se trata de ciudadanos estadounidenses, el respetado diario estadounidense suele emplear el término “contratistas militares”.
EL MUNDO

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