martes, 20 de diciembre de 2011

Balance 2011: ¿Nace un nuevo Egipto?

Balance 2011: ¿Nace un nuevo Egipto?

por: Por Moshé Rozén (Desde Nir Itzjak, Israel)

Egipto, el país más populoso del mundo árabe, donde residen unas 80 millones de personas, comienza a marcar el camino de lo que serán la mayoría de los gobiernos en los países musulmanes de la región, a partir del 2012. En la primera vuelta electoral de fines de noviembre pasado, el "Partido Libertad y Justicia" (brazo político del grupo “Hermandad Musulmana”) obtuvo el 45% de los sufragios, en tanto que los salafistas del Partido Al-Nur (extremistas musulmanes radicalizados) obtuvieron en 20% de los votos. Según se vayan sucediendo las próximas vueltas electoras, estas tendencias, seguramente, se irán profundizando, demostrando cómo se conformará el próximo gobierno egipcio, tras las elecciones que se realizarán el año próximo.







Egipto, el país más populoso del mundo árabe, comienza a marcar el camino de lo que serán la mayoría de los gobiernos en los países musulmanes de la región, a partir del 2012. En la primera vuelta electoral de fines de noviembre pasado, el partido “Libertad y Justicia (sello político del grupo “Hermandad Musulmana”) obtuvo el 45% de los sufragios, en tanto que los salafistas del Partido Al-Nur (extremistas musulmanes radicalizados) obtuvieron en 20% de los votos. Según se vayan sucediendo las próximas vueltas electoras, estas tendencias, seguramente, se irán profundizando, demostrando cómo se conformará –seguramente- el próximo Ejecutivo egipcio, el año próximo.

Las recientes elecciones legislativas en el país del Nilo confirmaron el pronóstico de no pocos analistas: los Hermanos Musulmanes obtuvieron una amplia mayoría.
Hace un año –fines del 2010, comienzos del 2011- el panorama político parecía predecir otro devenir. Una incesante serie de marchas estudiantiles movilizó a vastos sectores de la sociedad egipcia. La “Plaza de la Liberación ” cairota se convirtió en el epicentro de la protesta popular. Al clamor contra la miseria –el sueldo promedio en las empresas estatales no alcanza los cien dólares mensuales- se sumó la oposición al prolongado y autoritario sistema gubernamental. Desde 1977 –cuando las masas egipcias inundaron las calles reclamando su derecho a pan y techo- no se produjo en ese país un movimiento social y político de tal magnitud. Esta vez, la protesta no cedió hasta lograr el cambio de jefatura: los mandos militares que reemplazaron al presidente Mubarak y se hicieron cargo de la situación –por momentos las demostraciones callejeras parecían desbordar violentamente a sus promotores- prometieron organizar los comicios que –efectivamente- tuvieron lugar en los últimos días. Pero, si en enero de este año, el estudiantado y sectores laicos y liberales de las clases medias eran la voz cantante, ya en aquel momento los Hemanos Musulmanes se perfilaron como la única fuerza política poseedora de una estrategia concreta y de la logística necesaria para capitalizar el descontento popular.
Del escrutinio emergen no sólo los victoriosos Hermanos Musulmanes. A su derecha se ubica Al-Nur, el partido de islam salafí, todavía más radical que el grupo triunfante. Una coalición de la hermandad musulmana con el bloque salafí modificará, a largo plazo, la estructura identitaria de Egipto, poniendo fin al sistema nacional post-monárquico, ideado y modelado por la revolución nasserista. Un Egipto islamista, sin voces moderadas que equilibren su fervor religioso, puede producir fracturas en la ya frágil paz con Israel.

El islam integrista y salafí visualiza en el Estado de Israel una entidad extraña al entorno árabe-musulman. El nacimiento de la soberanía judía en 1948 es visto como un episodio catastrófico, similar a otras derrotas claves de su civilización: las Cruzadas medievales, el derrumbe del reino andaluz en 1492 y la invasión napoleónica luego de la Revolución Francesa. Esta lectura del devenir histórico preocupa al conjunto del circuito mediterráneo pero, en particular, a los vecinos más próximos a la frontera: para ellos –para nosotros- Egipto es algo tangible, cotidiano y concreto; la vida en la frontera, en tal sentido, depara horas de ansiedad y suspenso.Horizonte web

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