martes, 5 de marzo de 2013

CULTURA

**Despidiendo A Mi Hermano** Fue una mañana de un jueves, temprano, a la hora del primer rezo, que bajaste los brazos después de dos años de lucha contra una malvada enfermedad que no sabe de perdón y que a todos asusta… Tomaste tu bote, con el viento en la espalda, las velas hinchadas y la ilusión de tu fe, que durante tantos años practicaste en el templo a la que tantas horas de tu vida entregaste… Sólo pido a Di-s que tu travesía sea calma y encuentres la tierra que en los libros sagrados leías, buscando los misterios, que al morir se te revelaría… Quiero recordarte; como en los últimos meses de tu vida, que con gallarda valentía y mostrando sangre fría, nos fuimos despidiendo en conversaciones que por medio del teléfono, teníamos… Ya estarás lejos de esta costa, no alcanzo a verte por la niebla que cubre mis ojos, pero me imagino que aferrado al timón y creyendo en el Señor para ti será todo una aventura, que como costumbre, lo comentarás en tu travesía… Estoy contento de tu partida, porque cambiaste el dolor de tu cuerpo por la aventura de tus sueños de fe, de tus días de rezos… No te olvidaré; durante diez años te acuné en mis brazos y en el resto de mi vida te llevaré en mi corazón… ¡Buen viaje hermano y que tus sueños se cumplan! Noviembre 1948-Noviembre 2012 Mario Beer-Sheva