lunes, 20 de mayo de 2013

Cuatro muertos en un banco de Israel cuyo autor se suicida

Cuatro personas murieron hoy y tres resultaron heridas mediante el disparo de un arma de fuego en una sucursal bancaria en la ciudad de Beersheva, en el sur del país, cuyo presunto autor se suicidó tras retener a una mujer y negociar con las fuerzas de seguridad durante hora y media, informó la Policía. La Policía de Israel, que apuntó inicialmente a un atraco, cree ahora que el sospechoso -un judío residente de la ciudad- "entró en la sucursal con la intención de perpetrar los disparos" y acabó por quitarse la vida al sentirse acorralado, declaró su jefe, Yohanán Danino. El motivo de su acción podría ser una disputa con la dirección de la sucursal sobre un crédito. El autor de los disparos, un ex guardia de fronteras, había tenido recientemente un enfrentamiento con el responsable de la sucursal porque no le quiso conceder un crédito, según el canal 2 de la televisión. Hoy descubrió, al introducir su tarjeta en un cajero, que su cuenta había sido bloqueada y regresó a su casa para tomar un arma e ir a la entidad bancaria. "Entró disparando a todo el mundo. Luego dijo: 'Silencio' y disparó a dos personas que estaban a mi lado. Yo sólo rezaba. Pedí que uno me ayudase, que pusiese su cuerpo encima del mío para que no me viera", declaró el testigo Remo Vaknin a las puertas del hospital Soroka de la ciudad, donde fue ingresado a causa de los golpes que le propinaron los agentes al creer que era el atacante. En el momento de los hechos, en el banco -perteneciente a la entidad Hapoalim, una de las principales del país- había una decena de personas: las cuatro que murieron tiroteadas (tres hombres y una mujer), las tres que resultaron heridas (una de ellas hospitalizada en estado grave) y al menos otras dos que se echaron al suelo y salvaron la vida escondidas. "Intenté que no me viera, dejé de respirar un minuto, silencié el móvil, incluso abrí todos los cajones del mueble que tenía al lado para que me taparan", declaró una empleada del banco. Tras el tiroteo, el sospechoso tomó una rehén y entraron dos policías en la sucursal para negociar su entrega. Durante hora y media, sólo estuvieron estas cuatro personas en la sucursal, en un intento de negociación que fracasó. La Policía rechazó llevar a cabo una operación de rescate, por las pocas posibilidades de prosperar. Finalmente, el autor de los disparos se suicidó, al entender que no saldría en libertad, según el canal 10. En una declaración grabada, el primer ministro, Biniamín Netanyahu, calificó lo sucedido de "atentado" y "acto muy grave" sin precedentes en los últimos años de la historia del país. EFE