domingo, 10 de noviembre de 2013

Antisemitismo: Las brujas y su poción venenosa.

Antisemitismo: Las brujas y su poción venenosa. No me siento un paranoico. No soy de aquellos que ve en cada no judío alguien que me persigue. Mis padres que escaparon de esa Europa “culta y democrática” dejando atrás las historias de horror de los campos de concentración y los hornos crematorios no me inculcaron a desconfiar y apartarme de todos, pero sí a estar atento. No me paso la vida buscando ni respondiéndole a antisemitas, ni encuentro la afirmación de mi identidad Judía en la respuesta al antisemitismo. Me paseo como hombre libre y amante de mi identidad de manera manifiesta y orgullosa. Dicho lo anterior, no soy ingenuo y sé que el misterio del antisemitismo atraviesa mi condición judía y humana. También tengo claro que el antisemitismo es un “problema de los no judíos” que nos golpea terriblemente a los judíos. Ellos deben desarraigar su propio monstruo. Es - y sin querer mezclar aunque tengan elementos en común - como el flagelo del terrorismo integrista musulmán y tantos otros monstruos. Podemos combatirlo, pero eliminarlo es solo posible lo logren ellos desde dentro y eso si están realmente dispuestos. ¿Cabe la pregunta? ¿Cómo tratar de encontrar categorías racionales para comprender y confrontar lo irracionalidad y primitivo? Han pasado 5774 de la creación del hombre de acuerdo al calendario Hebreo y 2013 años del calendario gregoriano; en síntesis miles de años y la evolución del hombre en sus pulsiones primitivas parece ser nula. Sin duda el antisemitismo como otros cuantos flagelos primitivos están tan arraigados que parecen imposibles de erradicar del ADN de muchos “humanos”. Obviamente nada ni nadie podrá justificar la pulsión del psicópata violador y asesino, que debe ser extirpado de la tierra. La Torah, que es un manual de señales para toda la Eternidad, nos enseña claramente lo que debemos hacer con Amalek y sus descendientes. Si supiéramos leer claramente su mensaje veríamos cómo no hay nada nuevo bajo el sol. Para los judíos este sino viene desde el Sinai cuando D.s nos entregó un legado de valores éticos y nos convocó a ser testimonio de su presencia y existencia frente a una humanidad tantas veces salvaje cruel e inhumana. “Luz para las naciones, se nos dijo”. Hace poco un maestro me enseño que de la palabra Sinai ya en la época Talmúdica descubrieron se desprende la palabra Siná-Odio. Bien. En las últimas horas en la Argentina un encumbrado asesor de imagen política del Jefe de gobierno de la ciudad elogió a Adolf Hitler como un hombre espectacular y a Stalin como un hombre de gran sensibilidad poética. Un pelotudo en términos argentinos al que incluso el título de antisemita le queda grande. Ni para eso le da. La estupidez e irreflexión en sus declaraciones solo muestran su involucionada sensibilidad humana y que su capacidad analítica es de una pobreza extrema. Pobre Jefe de Gobierno sino se lo saca de inmediato y de manera contundente de su lado. Claro a este personaje Duran Barba se suma a tantos otros, que en algunos casos como el Senador Eugenio Tuma, coordinador de la campaña de Michelle Bachelet si tiene un ADN manifiestamente antisemita cuando acusa a mochileros Israelíes que salen a pasear después de sus sacrificados años en el ejercito de estar con sus sofisticadas mochilas y carpas conquistando la patagonia. Ahora por fin se descubre el hi-tech israelí. Miren el listado en estás regiones es tan largo que excede cualquier escrito. Da para libros. Están los Pichetto, los Pino Solanas, los Chavez, los Vargas Llosa, los D¨Ellia y un listado enorme de personajes de todos los niveles, posiciones y extractos. Están los miles que tienen menos exposición mediática y que leemos en los foros de medios con opiniones llenas de odio y prejuicio que no resisten ningún tipo de análisis objetivo de los hechos y realidades. Como ya dije, lo irracional nunca podrá ser confrontado con lo racional. Ese es parte de nuestro problema como judíos racionales y sensibles, no querer asumir una realidad que está fuera de nuestro control. No se trata de argumentar bien. Un loco no se recupera con argumentos. Hay que asumir que tiene una patología, medicarlo y aislarlo para que no enferme a otros. Claro que debemos tener presente la frase de Luther King. El problema no es el mal de los malos sino la indiferencia de los buenos. Ahí si tenemos que llamar y convocar a los que están sanos a apartar a los enfermos de sus filas. El relativismo moral nos ha llevado a tragedias de las cuales hay que sacar lecciones. Con el mal no se convive, así como con el cáncer, el mismo debe ser extirpado. Este escrito podría tener muchas segundas partes y de hecho las tiene. Hay infinitos sociólogos, psicólogos, filósofos que han abordado la judeofobia y como se instala e incluso afecta a los judíos en sus conductas internas. Eso da para otro escrito y les aseguro que se sorprenderán; ver cómo el odio externo se transforma en auto odio o en la búsqueda de producir victimas dentro de nosotros mismos ya que no sabemos como confrontar con la violencia externa. Otro extenso capítulo lo podremos dedicar a los cortesanos judíos del poder que, cuando tienen que asumir con dignidad su condición, muchas veces son cómplices del antisemita de turno llegando en algunos casos patéticos a recordarnos al nefasto Judenrat. Los que conservamos cierta cuota de lucidez, hace mucho nos dimos cuenta que el nuevo capitulo en el mismo odio ancestral es el trato absolutamente discriminatorio e inmoral que recibe el único estado judío del mundo que es acusado permanentemente como los judíos de una manera absolutamente irracional e inmoral de ser el gran problema de la humanidad. Los datos son tan claros y contundentes que solo la ceguera del antisemitismo, hoy rebautizado antisionismo, puede no ver el ejemplo que es ese pequeño estado para todas las naciones de este planeta. Señores como dice el dicho: no creo en las brujas, ni que todas los sean, pero que las hay las hay. Miguel Steuermann Director General Radio Jai, 96.3