lunes, 11 de noviembre de 2013

Comité Central Israelita del Uruguay

Lic. Gabriel Cortizas, gentileza para CCIUConocí a un Israel en donde conviven lo bélico y lo político, pero también lo espiritual y lo emprendedo Israel tiene distintos significados, según quien lo descubra. Y para mí, una no judía y periodista enfocada a temas internacionales, también lo tuvo. ¿Por qué aclaro estas dos características personales? Primero, porque seguramente mis expectativas y relacionamiento con el país antes de viajar fueran muy diferentes a las de un judío. Sin embargo, mi área de trabajo me permite conocer otra arista del país, vinculado siempre con las relaciones internacionales. En el marco de la misión que organizó la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), una delegación de unas 40 personas –entre ellas el vicepresidente, Danilo Astori- viajaron a Israel entre el 25 de octubre y el 2 de noviembre para conocer de cerca a la “Startup Nation” y vincularse con el sector. La agenda completísima, que incluyó visitas al Technion -Instituto Tecnológico de Israel-, Mellanox, al Banco Hapoalim y Google, permitió a los participantes conocer de cerca un Israel que desde hace años ha tomado trascendencia en el mundo de las tecnologías de la información y que lo convirtió en el segundo Silicon Valley. Casi todos los expositores israelíes –algunos también uruguayos- hicieron hincapié en que el país es más que conflictos y guerra, que habitualmente lo pone en agenda. Sin embargo, también quedó claro que estas circunstancias son, en parte, las que convirtieron a Israel en una economía pujante y en un país que crece. Muchas de las nuevas empresas son gestadas en el ejército, cuando los jóvenes cumplen con el servicio militar. O es allí dónde conocer a sus futuros socios. Esto, acompañado de la “jutzpá” –insolencia, atrevimiento- hacen que Israel sea una cuna de nuevas empresas. Unas que florecen y otras que sirven para aprender del error. Durante la misión, los empresarios uruguayos y representantes del gobierno pudieron vincularse con sus pares israelíes, generando nuevos lazos y comenzando a pensar en proyectos en común. La visita sirvió, incluso, para potencias acuerdos binacionales que ya están en curso desde hace décadas. Por supuesto que el sector de tecnologías de la información en Uruguay es diferente al israelí. Pero es un sector pujante y con potencial. Por eso, una misión de este tipo sirve, al menos, para sacar ideas o comenzar a cerrar algún nuevo negocio. En lo personal, el viaje hizo foco en otro sentido. Un sentido diferente al que manejo a diario. Por supuesto que sabía que Israel es más que misiles. También estaba en conocimiento del espíritu emprendedor del país. Sin embargo, ver de cerca, convivir con otra realidad, siempre es mejor que leerlo. Así, conocí a un Israel en donde conviven lo bélico y lo político, pero también lo espiritual y lo emprendedor. Primero fue Tel Aviv. Una ciudad que poco tiene que envidiarle a las ciudades que hoy son potencia. Un lugar lleno de jóvenes, de actividad día y noche, de vida, de energía. Una ciudad hecha para vivirla, para no estar quieto. Tel Aviv es una ciudad que te obliga a estar en movimiento. Quizá por eso es cuna de muchos emprendimientos. Luego fue Jerusalén. Y, si bien ambas están dentro de un pequeño territorio, la diferencia es mucha y se sintió. La espiritualidad estaba a flor de piel. Para creyentes y no creyentes, el viaje a Jerusalén se apreció, aunque sea sintiendo la fe y espiritualidad ajena. Dos polos, no tan opuestos, que conviven y hacen a Israel. Lo que destaco para incorporar: la “jutzpá”. Esta característica, diría que propia de los israelíes, es fundamental a la hora de emprender y diría que hasta de vivir. Sería muy bueno empezar a incorporarla para perder los miedos que muchas veces paralizan a las personas. *Licenciada en Comunicación por la Universidad de Montevideo. Fue productora informativa en El Espectador, asesora de imagen y cultura organizacional en Fundación Amigos del Pereira Rossell y actualmente periodista de El País, Internacionales.