martes, 19 de noviembre de 2013

ES ROUHANI EL NUEVO GORBACHEV?

ES ROUHANI EL NUEVO GORBACHEV? Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba por Natan Sharansky Nov. 17, 2013 Donde he visto antes esta obra? Las tramas de lo que esta sucediendo con Iran hoy son conocidas para mi y deben serlo para otros. Ellas van asi: Gracias a medidas firmes y resueltas por parte de democracias occidentales, una dictadura feroz y agresiva ha sido llevada al borde de la bancarrota y el colapso. Repentinamente surge un nuevo lider. El parece diferente de sus predecesores: mas calido, mas humano. El habla y actua en forma diferente. Y, por supuesto, el provoca calidez en las capitales occidentales, especialmente Washington. No debemos renunciar a esta oportunidad, declaran politicos y expertos. Debemos ayudar a este lider prometedor para lograr para su pais—y por el bien de la paz mundial—la dificil transicion de la confrontacion a la cooperacion. El camino que el recorre es peligroso; el esta rodeado en casa por figuras que quieren que fracase. Si el no parece preparado para cumplir nuestras demandas hoy, debemos encontrarlo a mas de la mitad de camino para que el pueda cumplirlas mañana. No debemos permitir que la promesa de este momento se nos deslice entre los dedos. Tales son las voces que estan dando el beneficio de la duda a Hasan Rouhani, el nuevo presidente de Iran, y nombrando a aquellos menos confiados en las intenciones del regimen como enemigos miopes de la paz. Ellos me recuerdan las voces que yo escuche—que todos nosotros escuchamos—en los primeros años del mandato de Mikhail Gorbachev en la decada de 1980 como el nuevo lider de la Union Sovietica en crisis. Como con Iran hoy, la crisis economica y politica en la Union Sovietica fue real; asi lo fue la presion ejercida sobre el sistema tanto desde adentro como desde afuera. Enfrentado con la frustracion turbulenta de su pueblo, Moscu estaba tratando desesperadamente de mantener su status como una gran potencia en el exterior. El Sr. Gorbachev, quien comprendia las circunstancias lamentables en las cuales estaba su pais, aflojo algunas restricciones sobre el discurso y otras formas de expresion. El libero a una cantidad de prisioneros politicos e hizo vagas promesas de permitir la emigracion libre. Por supuesto, estas medidas—instituidas no para reformar al sistema comunista, sino para rescatarlo del colapso—fueron recibidas con aplausos casi extasiados por parte de expertos y politicos occidentales, seguidas por pedidos de medidas reciprocas de "creacion de confianza": muy prominentemente, la cancelacion de las sanciones economicas y un alto inmediato a los programas de defensa misilistica como la Iniciativa de Defensa Estrategica. Cualquiera instando a una politica contraria era llamado belicista. Afortunadamente, uno de esos presuntos belicistas era Ronald Reagan, quien junto con senadores conocedores y tenaces como Henry Jackson (quien fallecio en 1983), habia entendido hacia mucho tiempo que aflojar las sanciones sin ninguna prueba concreta de la reforma sovietica era precisamente el camino equivocado a seguir. Bajo la politica conocida como vinculacion, famosamente encarnada en la llamada Enmienda Jackson de 1974, el gobierno americano vinculo las sanciones economicas a reformas verdaderas y verificables. Hubo otros supuestos belicistas. En 1987, yo y otros en el movimiento por la juderia sovietica estabamos planificando una manifestacion masiva en Washington sincronizada para que coincidiera con la primera visita del Sr. Gorbachev a este pais. Se nos advirtio de no seguir adelante. El Sr. Gorbachev se habia vuelto popular en los Estados Unidos—no menos admirado por haber liberado al fisico Nobel, Andrei Sakharov, del exilio y a algunos "Prisioneros de Sion", yo mismo incluido, del encarcelamiento. Montar una enorme manifestacion contra el hubiese sido seguramente estimado de mal gusto por parte de los americanos y recibido por el Sr. Gorbachev y su pueblo como un insulto. Pero lejos de considerar a la manifestacion un elemento irritante, los que le daban la bienvenida incluian al presidente americano, quien dos meses antes me habia asegurado su aprobacion tacita, y el Vicepresidente George H.W. Bush, un orador destacado en el propio evento. Dio al Presidente Reagan una apertura: Usted ve, pudo el explicar al Sr. Gorbachev, mi pueblo no me permitira pedir nada menos de usted que abrir las puertas de hierro. Tampoco muchos sovieticos percibieron la concentracion como un insulto. Al contrario, dio aliento a decenas de millones. Mientras las elites occidentales veian al Sr. Gorbachev como un reformista, muchos en su pais sabian que el estaba ya trabajando para retardar o revertir las reformas que el mismo habia iniciado. Los genuinos reformistas sovieticos temian que la "emigracion libre" significaria solo la liberacion simbolica de algunos cientos de individuos famosos, bajo la cobertura de la cual el Partido Comunista retendria su monopolio politico y su estrangulamiento sobre las inquietas republicas nacionales de la URSS. Hasta el final de su vida, Sakharov mismo lucho con el Sr. Gorbachev por la preservacion del sistema comunista de un partido. En sus conversaciones conmigo, Sakharov explicaba como solo la continua presion occidental podria, con el tiempo, "ayudar" al lider sovietico y al sistema sovietico a reformarse por necesidad. Los Estados Unidos, para su eterno credito, se mantuvieron firmes. Los americanos no estaban preparados para aceptar un mal acuerdo de misiles balisticos como el propuesto por el Sr. Gorbachev en Reykjavik. Ellos no estaban preparados para cancelar las sanciones. Y siguieron apoyando la presion publica. Cuatro años mas tarde, el malvado imperio sovietico colapso sin que haya sido disparado un tiro. Pero aqui estamos nuevamente. Hoy, la economia irani esta al borde de la bancarrota. Hoy los disidentes iranies estan pudriendose en prision por cientos de miles, mientras una poblacion inquieta continua retorciendose bajo el yugo tirano de un regimen que no ha abandonado ninguno de sus objetivos agresivos, ninguna de sus maquinaciones terroristas, ninguna de sus intenciones genocidas. Esta el Mundo Libre, liderado por Washington, tan fijado en un acuerdo a corto plazo con el ultimo dictador exaltado por los medios de comunicacion como para perder del todo la verdadera oportunidad tendida por el momento presente? Puede Rouhani ser el nuevo Gorbachev? Dificilmente. Pero si sucede, puede solo suceder si lo ayudamos como ayudamos al Sr. Gorbachev—si, por medio de la fidelidad a nuestros principios y a traves del estadismo determinado, lo ayudamos a eliminarse a si mismo, a su regimen, y al mal que ellos han visitado sobre su pueblo y soltaron en el mundo que los rodea. El Sr. Sharansky es presidente del ejecutivo de la Agencia Judia para Israel (SOJNUT) y el autor de "La Defensa de la Democracia: El Poder de la Libertad para Superar la Tirania el Terror" (PublicAffairs, 2006).