martes, 12 de noviembre de 2013

Kadima: Homenaje a argentinos que integraron la Legión Judía durante la Primera Guerra Mundial

Itongadol.- En el Centro Comunitario Kadima se realizó un homenaje a los 52 voluntarios argentinos que durante la Primera Guerra Mundial integraron la Legión Judía, el primer ejército hebreo moderno, creado a fines de 1917, por iniciativa de Zeev Jabotinsky y Iosef Trumpeldor, para luchar, en el marco del ejército británico, contra las fuerzas del imperio turco en Medio Oriente. Los 5.000 hombres que la conformaban se sumaron a los batallones de Artilleros Reales 38º y 39º y portaban una insignia en su uniforme con una menorá y la palabra hebrea “Kadima” (adelante), precisamente el nombre de la entidad que los homenajeó. La Legión Judía inspiró a los grupos sionistas de autodefensa de entreguerras en Éretz Israel -la Haganá, el Irgún, el Leji y el Palmaj-, así como al futuro Tzahal, el Ejército de Defensa de Israel. El acto consistió en la plantación de 52 cipreses, que llevarán el nombre de cada uno de los legionarios y rodearán el club, y se realizó en la fecha en que llegó a Gran Bretaña el barco que los transportó. El evento comenzó con la lectura de un párrafo del libro “Legionarios de Argentina”, de Rafael Doron Buyanowsky, hijo de uno de ellos, que actualmente vive en Israel. “El plantar estos cipreses es honrar a cada uno de los jóvenes que, por idealismo absoluto, decidieron comprometerse y ser parte de algo que estaba vigente desde el año 70, cuando nos expulsaron a la Diáspora, en la cual muchos estamos: volver a Éretz Israel”, explicó Raúl Guindín, ideólogo de la iniciativa. “Ellos fueron parte de la Legión Judía, con la cual se sembró una semilla de la cual hoy somos testigos, y si bien sus miembros fueron 5.000, mi intención es honrar a la kvutzá (grupo) de Argentina, agregando un ciprés por el Estado de Israel, otro por la República Argentina y también uno por la institución, Kadima”, agregó. Arnoldo Szwarcberg, titular de Likud AMLAT y en ejercicio de la presidencia de Likud Argentina, plantó el primer ciprés y expresó su “orgullo por participar en este acto, en el cual se recuerda a la Legión Judía, que fue idea de Zeev Jabotinsky”. “Su proyección la vemos hoy en día, cuando seguimos teniendo voluntarios judíos de todo el mundo dispuestos a defender y luchar por lo nuestro, con un amor que no tiene límites y un compromiso amplio con el Estado de Israel”, subrayó. Liliana y Rafael Kurzrok, vicepresidentes de la Organización Sionista Argentina, hicieron lo propio, y este último destacó que en Kadima “hasta las calles tienen nombres de lugares de Israel, lo que marca que es una institución sionista”. “A Gabriel Gorenstein, el presidente entrante, lo encontré en Israel defendiendo la causa de los héroes pioneros, por lo cual considero que ella estará al frente de este club”, agregó. A continuación plantó un ciprés el presidente de la DAIA, Julio Schlosser (foto), quien anheló que “en este club se inicie una nueva etapa, con proyectos y uniendo a toda la familia de Kadima, porque los problemas y los enemigos están del otro lado de la verja”. “Realmente cuando hacemos algo que lleva in situ el espíritu de Israel, todos nos sentimos de alguna manera reconfortados y con la mirada puesta en esa tierra que tanta sangre nos lleva costando”, añadió quien además es socio de la institución. También plantaron árboles Guindín y su familia, y las Nimhauser y Salesky, que tienen tres generaciones de socios de Kadima. Finalmente lo hicieron el flamante presidente electo del club, Gabriel Gorenstein, y el titular saliente y vice 2º de la AMIA, Pablo Reisman. “Seguramente este va a ser un día muy difícil de olvidar porque hace minutos dejé de ser presidente de este club, al que amo, después de siete años”, aseguró este último. “Hace 34 años llegaba aquí con mi familia, a una quintita muy chiquita y hoy es lo que es; todos tenemos parte de responsabilidad de lo que esta institución creció en los últimos tiempos”, prosiguió. “Además, el ideario de esta plantación de árboles es sionista, al cual me siento plenamente adherido, y lo digo siempre: a veces el sionismo parece una mala palabra porque no se sabe de qué se trata, es el movimiento de liberación del pueblo judío”, proclamó Reisman. “Todos hablan de movimientos de liberación y se enojan cuando mencionamos la palabra ‘sionismo’, y estos árboles son un poco el símbolo de lo que tuve cuando ingresé a Kadima y hoy tengo a toda mi familia ‘plantada’ aquí dentro”, finalizó. Por su parte, Gorenstein les agradeció a los presentes y visitantes, y especialmente a su antecesor “por la confianza” de haberlo convocado “a trabajar en la Comisión Directiva, por su apoyo en todo este tiempo” y por hacer que los socios se sientan “cómodos con todo lo que pasa en la institución”. “Cuando Raúl Guindin me presentó su idea de hacer la plantación y cuál era el motivo, para mí fue una doble satisfacción: por un lado, provengo de un movimiento juvenil sionista que defendía las ideas y las posturas de Jabotinsky, Betar, y por otro, sentí una emoción muy grande por poder rendirle un homenaje en Kadima”, reconoció. “A partir de la idea de Raúl me puse en contacto con muchas personas que la apoyaban y ubicamos al autor del libro que cuenta la historia de los legionarios de la Argentina, una persona de unos cuantos años que vive en Israel y es hijo de uno de los voluntarios, con quien hablé hace unas semanas y me pidió que transmitamos su agradecimiento por llevar esto adelante porque está muy orgulloso de que en el Centro Comunitario Kadima rindamos un homenaje a la memoria de su padre y sus compañeros”, relató el flamante presidente electo. También participaron en el acto Claudio Apelbaum, prosecretario 1º de la OSA y secretario general de Unidad Comunitaria; Eduardo Chernizki, prosecretario 2º de la OSA y vicepresidente de Likud Argentina; y Gustavo Schteimberg, secretario de Educación de la AMIA y secretario general de Avodá, entre otros.