viernes, 8 de noviembre de 2013

Los guardias noruegos conmocionaron a las SS por su brutalidad

Prisioneros serbios trabajando en el norte de Noruega en 1942 – Museo de Helgeland Los guardias noruegos que trabajaban en los campos de prisioneros nazis en el norte de Noruega eran tan brutales con los detenidos, que sorprendieron incluso a los soldados de las SS alemanas que los supervisaban, revela un nuevo libro sobre la organización Hird de Noruega. Según “Noruegos no olvidados - Hird 1933-1945" publicado en Noruega esta semana, los oficiales alemanes estaban tan enervados que emitieron advertencias disciplinarias a los guardias noruegos, confiscaron sus bayonetas y encarcelaron brevemente a algunos de ellos. Después de sólo 10 meses, las autoridades alemanas decidieron retirar a los guardias noruegos del servicio activo. Alrededor de 400 jóvenes noruegos fueron contratados a partir de junio de 1942 para vigilar a los prisioneros serbios llevados a los campos en el norte del país, donde fueron utilizados como mano de obra esclava para construir carreteras y ferrocarriles. "Algunos de ellos comenzaron a comportarse brutalmente, dando lugar en muy poco tiempo a una gran cantidad de asesinatos, torturas y violencia en los campos", contó Eirik Veum, autor del libro, a The Local. "Los oficiales de las SS dijeron: 'Hey chicos, cálmense, son demasiado violentos, demasiado brutales' y les quitaron sus bayonetas. Después de 10 meses fueron relevados, porque murieron muchos prisioneros”. Sorprendentemente, los yugoslavos que sobrevivieron a los campos dijeron que sus vidas mejoraron una vez que los guardias alemanes se hicieron cargo. "Dijeron que una vez que los noruegos fueron retirados, las cosas empezaron a ponerse un poco más normales. Recibieron más medicamentos y comenzaron a ser tratados como seres humanos, no como no animales", dijo Veum. "Es interesante que los guardias de las SS alemanas fueran más humanos que algunos de los guardias noruegos durante el período que les tocó vigilarlos”. Los guardias fueron seleccionados de Hird, una organización paramilitar creada por el Nasjonal Samling, el movimiento nazi de Noruega, en 1933. Una vez que los alemanes tomaron el control de Noruega en abril de 1940, se basaron en la membresía de Hird y los emplearon para hacer redadas de ciudadanos judíos de Oslo, para lo cual a los miembros de Hird se les pagaron 20 coronas noruegas por noche. Veum ha tomado la mayor parte de su información de los registros públicos que se remontan a los juicios de los colaboradores, que tuvieron lugar después que Noruega fuera liberada en 1945. Dice que si bien la información no era secreta, no obstante ha causado controversia en Noruega. "En Noruega, esto es muy emocional, porque en nuestra historia de la guerra en Noruega, nos hemos centrado en el movimiento de resistencia. Hemos estado hablando durante 65 años acerca de lo valiente que fueron los noruegos en la lucha contra los alemanes, pero nunca hemos hablado sobre los noruegos que estuvieron luchando del lado de los nazis”. Según Veum, los jóvenes guardias de Hird, algunos de los cuales tenían sólo 15 años de edad, torturaban a los prisioneros serbios y les disparaban por capricho. "También hubo torturas, que fueron muy crueles. Tomaban ratas y las ataban al prisionero con una cuerda. Y cuando la rata tenía demasiada hambre,comenzaba a comer al prisionero para liberarse, a través del cuerpo ", dijo Veum. Uno de los guardias Hird más notorios, un hombre llamado Louis Tidemann Johansen, fue reprendido por los alemanes por emborracharse y luego disparar a los prisioneros casi como un deporte. Veum dijo que el libro ha llegado como una sorpresa para muchos en Noruega. "Todo este tipo de cosas no ha sido parte de la historia de guerra de Noruega. No ha sido un secreto, no se ha ocultado. Algunos de los historiadores saben de esto, y algunos de los lugareños que vivían cerca de los campos sabían al respecto." La mayor polémica ha venido por su decisión de identificar a los miembros de Hird y detallar los crímenes que cometieron. "La mayor parte de la crítica proviene de los historiadores, a los que no les gusta este tipo de identificación, porque no es como lo hacemos en Noruega", dijo. "Tuvimos a Johansen que disparaba a los presos cuando estaba borracho. Me parece interesante que estemos discutiendo mi decisión de identificar más de lo que realmente ocurrió, de que los noruegos también desempeñaron un papel en los crímenes de guerra cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, y a mayor escala de lo que nos habíamos dado cuenta”.