viernes, 22 de noviembre de 2013

Vaieshev

Vaieshev Lectura de la Tora: Bereshit (Génesis) Cap. 37, vers.1 al Cap. 40, vers. 23. Lectura de la Haftará: Amos Cap. 2, vers. 6 al Cap. 3, vers.8. Correspondiente al sábado 23 de noviembre (24 de Kislev). Resumen de la Parashá Esta Parashá comienza diciendo que Iaakov regresó a la casa de su padre y se aprestaba a descansar cuando comenzaron los problemas con Iosef, que le ocacionaron grandes pesares. El hijo favorito de Iaakov era Iosef y le hizo confeccionar una túnica de seda especial como signo de distinción y señorío. Este hecho despertó los celos de los hermanos de Iosef al punto que llegaron a odiarlo. Iosef tuvo dos sueños: en el primero, los manojos de espigas de sus hermanos se inclinaban ante el suyo propio, que estaba en medio de ellos; y en el segundo, el sol, la luna y once estrellas (representando el resto de la familia de Iosef) se inclinaban ante él. Ante el obvio mensaje de los sueños, Iaakov lo reprendió y sus hermanos intensificaron su odio y complotaron para matarlo, pero Yehuda tuvo otra idea, la de venderlo como esclavo a una caravana de isamelitas, cosa que hicieron, pero a su padre le llevaron la túnica de seda manchada de sangre de cabra. Iaakov se convenció de que Iosef había sido devorado por una bestia salvaje, y al pensar que había muerto sufrió mucho y lo lloró por mucho tiempo. La Torá describe una situación particular de Yehuda, quien al casarse había tenido tres hijos varones, el mayor de los cuales se caso con Tamar, pero falleció al poco tiempo sin dejar descendencia. Por la ley del Levirato, Tamar debía casarse con un hermano de su esposo fallecido a fin de procrear en su nombre, cosa que ocurrió, pero este segundo hijo de Yehuda también falleció sin dejar descendencia, ante lo cual Yehuda, aduciendo que su tercer hijo eratodavía muy joven le solicitó a Tamar que esperara a que creciera para casarse con ella, la realidad es que Yehuda tenía miedo de que también falleciera y por eso busco la manera de evitar ese casamiento. Yehuda enviudó y Tamar se convenció de que su suegro no cumpliría con lo que le había prometido, así que se acercó a donde estaba, vestida como una prostituta y mantuvo relaciones con Yehuda, a quien le solicitó varios objetos hasta que le enviara el correspondiente pago. Cuando Yehuda envió el pago, Tamar había vuelto a su campamento llevándose los objetos y nadie conocía a la prostituta. Yehuda embarazó a Tamar, pero como no sabía que había sido él, consideró que no cumplió con las leyes vigentes y que le correspondía la muerte. Cuando los enviados de Yehuda fueron a cumplir la sentencia, Tamar no le dijo que quien la había embarazado, sino que les entregó los objetos que había retenido y les dijo que se los llevarán a Yehuda y le dijeran que el dueño de los mismo era quien la embarazó. Yehuda reconoció esos objetos y como antes de Matan Torá (La entrega de la Torá) la Ley del Levirato podía cumplirla también el padre del esposo fallecido, sólo dijo que Tamar era más justa que él. Los Jajamim (Sabios) interpretan está inclusión en medio del relato de lo que aconteció con Iosef como el reconocimiento por parte de Yehuda de que no había sido justo con su padre, al mentirle sobre lo que le ocurrió a su hermano Iosef. A continuación la Torá vuelve a relatarnos lo que le ocurrió a Iosef, quien había sido vendido y vuelto a vender varias veces. Los ismaelitas lo vendieron a comerciantes midianitas, y éstos finalmente a Potifar, un funcionario del faraón, en Egipto. Como el Creador protegía a Iosef, en cada cosa a la que se dedicaba tenía éxito y por eso Potivar lo nombro intendente de su casa. La esposa de Potifar trató en varias ocasiones de seducir a Iosef, pero él la rechazaba, por lo cual la esposa de Potifar se sintió ofendida y reaccionó acusándolo de que quería propasarse con ella. Ante este hecho Potifar envió a Iosef a prisión. En la prisión Iosef también se destacó, gracias al apoyo del Creador, y el guardián lo colocó como encargado de todos los prisioneros, entre los que se contaban dos ministro del Faraón que habían sido encarcelados por no haber cumplido cabalmente sus funciones: el ministro panadero y exministro copero (encargado de las bebidas). Una misma noche cada uno de ellos tuvo un sueño, que Iosef interpretó: que el panadero sería ejecutado y que el copero volvería a su lugar en la corte del Faraón. Al cumplirse la interpretación de los sueños, Iosef le solicitó al ministro copero que intercediera ante el Faraon para salir en libertad, pero el copero no lo hizo pues se “olvidó” el pedido tan pronto como fue liberado de la prisión. Resumen de la Haftará El Amos (siglo VII antes de la era común -a.e.c.) profetiza la destrucción de ambos reinos en que estaba dividido el pueblo de Israel, el reino de Iehudá y el reino de Israel, enseñando que no pueden dividirse la mitzvot entre las relacionadas con el Creador y las que rigen la relación del ser humano con su prógimo.