lunes, 8 de diciembre de 2014

La razón más común por la que la gente se convierte al judaísmo hoy es porque se quieren casar con alguien de la colectividad judía

Este tipo de conversiones señala la gran aceptación que el judaísmo tiene, por ejemplo, en Estados Unidos. Comparado al arduo estigma que pesó sobre el judaísmo durante la mayor parte de la historia occidental. Un cristiano que se casaba con una judía en la Europa medieval se enfrentaba a la estigmatización, el aislamiento, quizá hasta a la violencia, como en muchas partes del mundo musulmán hoy. Para nosotros es simplemente una elección personal, incluso una demostración loable de fidelidad conyugal. Fue sorprendente saber que según el Talmud, convertirse por amor en realidad está prohibido. “Tanto un hombre que se convierte por una mujer como una mujer que se convierte por un hombre,” leemos en Yevamot 24b, “no son conversos”.
Además, en la lógica del Talmud parece que la conversión no debe ser autorizada si sirve al propósito de una ventaja personal o gratificación sino estrictamente en caso de creencia en la verdad del judaísmo. Lo mismo es cierto para aquellos que se convierten para escapar al castigo.
Un gentil, no puede casarse con un judío en ninguna circunstancia. Sin embargo, de hecho, la Guemara dice que hay un modo en que una mujer gentil se convierta en adecuada para matrimonio: Todo lo que tiene que hacer es convertirse al judaísmo“. Cuando ella se convierte, es un cuerpo diferente,” dicen: La conversión crea una nueva persona legal, que no existía antes. Es sólo esta nueva persona que es apta para el matrimonio, no la versión gentil anterior de ella que ya no existe. Así cuando un hombre judío tiene hijos con una mujer gentil, estos no son considerados sus hijos, sino sólo de su madre: “Tu hijo de una mujer judía es considerado tu hijo, pero si tu hijo es de una mujer gentil no se lo llamará hijo tuyo, sino de ella”.
Esto no es así si lo sexos se revierten. El Shuljan Aruj, un código posterior y autorizado de la ley judía, dice: El hijo de un padre gentil y una madre judía es judío. Aquí podemos ver que el judaísmo es heredado por vía materna, es decir que es la religión de la madre la que cuenta.
Pero aquí no se termina la discusión. Sería fácil imaginarse un caso en que un hombre judío se enamora de una mujer gentil y entonces ella se convierte para casarse con él; o cuando un hombre se enamora de una esclava Canaanita y la libera para que así puedan estar juntos. Pero en el tratado Yevamot 24b, la mishná decide que tales uniones son inválidas: si se sospecha que un hombre ha mantenido una relación sexual ilícita con tal mujer; no se puede casar con ella después, porque un enlace así confirmaría retroactivamente la sospecha que él ha pecado. Pero la ley no es tan dura porque “si él se casó con ella, los jueces de la corte no se la quitan”. Este es uno de los varios lugares en Yevamot donde los rabis diferencian entre casamientos que están permitidos legalmente y casamientos que de hecho son tolerados

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