viernes, 12 de diciembre de 2014

Otro gobierno de Netanyahu no es un hecho

El Ex Ministro Moshe Kahlon puede ser el fiel de la balanza para un nuevo gobiernoEl Ex Ministro Moshe Kahlon puede ser el fiel de la balanza para un nuevo gobierno
Si cinco escaños en la Knesset se mueven desde el Likud a un partido que presente una verdadera alternativa de centro-derecha, será el fin del gobierno de Netanyahu. ¿Puede Moshe Kahlon tener éxito donde Livni, Lapid y Herzog siguen fracasando? En las últimas semanas, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu se ha ido desplazando hacia la derecha. Parece que funciona en las encuestas, que muestran que el bloque derecha-haredi está ganando fuerza
Hemos pasado por todo esto. Eso es exactamente lo que decían las encuestas antes de las últimas elecciones. Los resultados fueron ligeramente diferentes. El bloque derecha-haredi consiguió 61 escaños en la Knesset, pero el bloque de centro-izquierda ganó unos pocos votos más que los que tenía.
Las encuestas electorales reflejan principalmente un estado de ánimo. Después del conflicto del verano con Hamas, después de los signos iniciales de una intifada, después de las agresivas declaraciones del Presidente Palestino, Mahmoud Abbas, el bloque de izquierda parece algo ridículo. No porque el bloque de derecha esté dando soluciones, y no porque esté llevando a Israel a un futuro mejor. Lejos de eso. Pero el estado de ánimo no beneficia al bloque de centro-izquierda.
Eso no quiere decir que la mayoría de la gente votará por la derecha. Casi el 30% de los votantes del Likud apoyan soluciones que el campo centrista acepta. Votaron por un Netanyahu centrista, no por un Netanyahu vestido como Danny Danon. Así que estos votantes no están en el bolsillo de nadie. Son patriotas, pero no son nacionalistas. Examinan las cosas individualmente.
Ellos, y gente como ellos en el campo de centro-izquierda, son el sector más importante de los votantes, porque su voto no es automático. Evalúan cada tema individualmente.
El proyecto de ley de nacionalidad tiene el apoyo ruidoso de los círculos de derecha. Los círculos del centro, que son tan patrióticos, son mucho menos entusiastas sobre el proyecto. Saben que la única cosa que va a salir de esta iniciativa no es el fortalecimiento del carácter judío de Israel, sino socavar el carácter de Israel como un estado judío y democrático.
Kahlon y Netanyahu hace dos años. ‘Con el fin de cambiar el mapa político, no hay necesidad de ganar 20 mandatos’ (Foto: Motti Kimchi)
El problema es que el Likud toma en consideración a los miembros del partido en lugar de los votantes. La mayoría de los miembros del partido escuchan a los contratistas de votos. Esta brecha entre los votantes y los contratistas de votos está causando que el Likud se deteriore hacia la derecha.
Destacados miembros de la Knesset como Dan Meridor y Michael Eitan han sido expulsados del partido. Muchos de los miembros del Likud los querían, pero los contratistas de votos lograron expulsarlos, creando una situación en la que Netanyahu se ha convertido en el marcador izquierdo del Likud.
Si la mayoría de los miembros del Likud de la Knesset hubieran conocido las trascendentales concesiones que Netanyahu hizo durante las negociaciones con el Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el Likud habría tenido otro estallido. Pero Abbas dijo que no, y no hubo necesidad de que Netanyahu revelara sus concesiones. Es seguro asumir que no estaba interesado en las mismas. Fue arrastrado a ellas. Y el Likud permaneció unido.
El bloque de derecha se beneficia del hecho de que los partidos de centro-izquierda son más izquierdistas que centristas. Tzipi Livni es una sionista, una nacionalista y una patriota. Pero de vez en cuando, en los últimos meses, ha logrado posicionarse más en la izquierda que en el centro (diciendo, por ejemplo, que “el problema ISIS no puede resolverse sin un verdadero esfuerzo para resolver el problema palestino”). Es una pena, porque de este modo no va a ser una alternativa para Netanyahu. Será una alternativa para Zahava Gal-On, la Presidenta de Meretz.
El Partido Laborista y Yesh Atid muestran tendencias similares. Esta no es la manera de atraer a los votantes moderados del Likud.
Así que ¿Por qué es demasiado pronto para impresionarse por las urnas? Por que el nuevo partido del ex ministro Moshe Kahlon está entrando al ring, posicionándose en el importante lugar de centro-derecha. Este es el partido que podría desempatar. Para cambiar el mapa político, no hay necesidad de una victoria de 20 mandatos. Si cinco escaños en la Knesset se mueven desde el Likud a un partido que presenta una verdadera alternativa de centro-derecha, será el fin del gobierno de Netanyahu.
Es demasiado pronto para decir si Kahlon es capaz de proporcionar esta alternativa. Pero está claro que, a través de una conducta sensata, puede tener éxito donde Livni, Yair Lapid e Isaac Herzog siguen fracasando.
Por lo tanto, aún no es un hecho. El espectáculo está a punto de comenzar.

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4598704,00.html
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

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