Los residuos del basurero de Abu-Dis, en Jerusalem, serán utilizados para producir gas metano, lo que significará una fuente alternativa de energía para miles de consumidores de electricidad de la ciudad.
El proceso tiene tres ventajas principales: menos contaminación ambiental, conservación de la electricidad y prevención de explosiones del gas.
La Municipalidad de Jerusalem llamará a concurso por la fábrica que se encargará de transformar la basura en energía, que producirá y venderá la electricidad a la Compañía Eléctrica de Israel. Las ganancias correspondientes se estiman en más de cinco millones de dólares.
Una investigación de la compañía municipal Afik demostró que se pueden sacar grandes cantidades de metano de la basura, suficientes para miles de consumidores.
El gas, fuertemente inflamable, se acumula durante los procesos de descomposición de la basura por varios años. Insertar tubos en los sitios donde permanecen los residuos permite que el gas pueda ser bombeado y convertido en energía.
Este proceso es mucho más “amigable” para el medio ambiente que el tradicional y además evita filtraciones que pueden terminar en explosiones desastrosas.
En Israel, ya surgieron iniciativas de este tipo. El basurero de Hiriya, por ejemplo, bombea gas y lo transfiere a una fábrica en el área industrial de Azur.
El proyecto fue promovido por el alcalde de Jerusalem, Uri Lupolianski, como parte de “Jerusalem limpia”, campaña de mejoramientos ambientales en la ciudad. La iniciativa abarca la construcción de nuevos espacios verdes, limpieza de basura y modernización de los equipos del personal para que no contaminen.
El proceso tiene tres ventajas principales: menos contaminación ambiental, conservación de la electricidad y prevención de explosiones del gas.
La Municipalidad de Jerusalem llamará a concurso por la fábrica que se encargará de transformar la basura en energía, que producirá y venderá la electricidad a la Compañía Eléctrica de Israel. Las ganancias correspondientes se estiman en más de cinco millones de dólares.
Una investigación de la compañía municipal Afik demostró que se pueden sacar grandes cantidades de metano de la basura, suficientes para miles de consumidores.
El gas, fuertemente inflamable, se acumula durante los procesos de descomposición de la basura por varios años. Insertar tubos en los sitios donde permanecen los residuos permite que el gas pueda ser bombeado y convertido en energía.
Este proceso es mucho más “amigable” para el medio ambiente que el tradicional y además evita filtraciones que pueden terminar en explosiones desastrosas.
En Israel, ya surgieron iniciativas de este tipo. El basurero de Hiriya, por ejemplo, bombea gas y lo transfiere a una fábrica en el área industrial de Azur.
El proyecto fue promovido por el alcalde de Jerusalem, Uri Lupolianski, como parte de “Jerusalem limpia”, campaña de mejoramientos ambientales en la ciudad. La iniciativa abarca la construcción de nuevos espacios verdes, limpieza de basura y modernización de los equipos del personal para que no contaminen.
Fuente: AJD
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