jueves, 21 de noviembre de 2013

Palabras del primer Ministro Netanyahu en Moscú

cidipal 21 de noviembre de 2013 Presidente Putin; Quiero agradecerle la cálida bienvenida, para mí y mi comitiva. Es la simple evidencia es que, bajo su conducción, las relaciones entre Israel y Rusia se volvieron más cercanas, más cálidas, más íntimas y también más productivas. Usted, recién detalló las últimas cosas que hicimos juntos en el área de tecnología, el espacio, la agricultura, la cultura, todo. Y tiene razón, a pesar que hacemos mucho en el comercio, podemos hacer aún más. Creo que existe una simpatía básica entre nuestros dos pueblos; ante todo, debido a que tenemos más de un millón de ruso-parlantes en Israel, que no solo conocen la lengua rusa y la cultura rusa. Llegaron desde aquí, desde Rusia y desde los países de la Unión. Mantienen una estrecha relación. Eso se expresa hoy cuando nuestro presidente de la Knesset habla ruso; el Canciller habla ruso, el vicecanciller pronto traducirá al ruso y muchos otros. Pero, no son solo ellos. Somos, también, nosotros, todos. Por eso mencioné antes los símbolos, los importantes símbolos. Promoví el monumento en Memoria de los Soldados del Ejército Rojo y usted promovió el Museo Judío aquí. Esa es la expresión cultural de algo muy profundo y eso es relación verdadera, no de la lengua para afuera, sino de valores y de desafíos comunes; no en todo, pero las cosas importantes, las compartimos. Eso quedó expresado hoy, en nuestra conversación sobre temas vinculados a la seguridad nacional de Israel, en cierta medida también de Rusia que influyen, por supuesto, en Medio Oriente y el mundo entero. Para nosotros, para Israel, la gran amenaza en nuestra contra y contra la seguridad del mundo, es el intento, por parte de Irán, de equiparse con armas nucleares. Nuestras dos naciones tienen un destino común: no queremos ver a Irán con armas nucleares. La tendencia de Israel consiste en que la comunidad internacional cumpla con sus posturas, expresadas en las resoluciones del Consejo de Seguridad es decir, interrumpir el enriquecimiento, sacar todo el material enriquecido, desmantelar las centrífugas y frenar la construcción de la planta en Arak. Quiero despejar dudas. Queremos una solución en paz, una solución diplomática. Todos prefieren eso a cualquier otra solución. Israel tiene mucho que perder por la falta de solución diplomática. Pero debe ser una solución verdadera. Hay mucho para aprender de lo que se lograra con la solución en Siria frente a las armas químicas. Allí, Rusia y otros, con razón, se obstinaron en el total desmantelamiento del arsenal químico sirio. Sr. Presidente; Quiero felicitarlo por el importante rol que cumpliera en el logro de ese acuerdo y, por supuesto, debe verificarse, ahora, que se concrete. Pero creo que la comunidad internacional no habría aceptado un trato según el cual, Siria ralease la totalidad de su material químico. La mayor parte, de hecho, quedó en el lugar y, también, la capacidad de producir ese arsenal. Esa capacidad quedó sin ningún cambio. Eso es, más o menos, lo que está sobre la mesa ahora en Ginebra. Creemos que es posible alcanzar un acuerdo mejor y eso requiere, por supuesto, constancia y obstinación. Pero, a nuestro entender, un acuerdo así llevará, de verdad, a un cierre diplomático por vías pacíficas, sobre la crisis de las armas de eliminación masiva, tal como se hiciera en Siria. Señor Presidente; Le agradezco por el tiempo que me dedica y a los problemas que nos preocupan. No revelo un secreto de Estado al decir que siempre disfruto de las conversaciones, de verdad lo disfruto. Valoro su sinceridad y amistad. Acordamos en muchos temas y a veces no en otros, pero siempre entre amigos sinceros. Espero continuar trabajando con usted a favor de nuestros objetivos compartidos. Por supuesto que lo haremos también en la cena y en muchas otras oportunidades. Le agradezco, una vez más, por su bienvenida. Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores