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El rabino Ángel Kreiman, un referente del diálogo interreligioso que supo hacer oír sus críticas al poder, murió anteayer en Chile.
Fue el primer rabino graduado del Seminario Rabínico Latinoamericano hace 40 años. Era licenciado en derecho por la UBA y doctor en leyes por la Universidad Libre de Colombia. Recibió el doctorado en divinidad honoris causa del Seminario Teológico de América.
Entre 1970 y 1990, ejerció el cargo de gran rabino de Chile. Después, fue rabino de la Congregación Israelita de la República Argentina y asumió la dirección de desarrollo del seminario donde se había formado. Recibió premios internacionales por su acompañamiento a la Iglesia Católica chilena en su trabajo por la dignidad humana.
Además, fue vicepresidente internacional del Consejo Mundial de Sinagogas y asesoró al gobierno estadounidense en asuntos de libertad religiosa en América latina. En 1998, visitó Jordania, donde el rey Hussein lo recibió como huésped de honor. El viaje sirvió para dar comienzo al diálogo judeo-islámico en América latina.
En febrero del año pasado, a los 67 años, Kreiman, descendiente de las primeras familias de "gauchos judíos", alzó su voz desde Israel, donde residía desde hacía casi un año, para criticar duramente el acuerdo del gobierno argentino con Irán. "La Presidenta y [el canciller] Timerman están asociándose con el enemigo", dijo, entonces, a LA NACION. Y agregó: "Le puedo decir que la actitud de la presidenta argentina no me merece ningún tipo de respeto. Vemos cómo, por razones políticas, de conveniencia política, se han involucrado en una causa equivocada. Esta señora nos ha engañado. Y el canciller argentino le está dando la espalda a su origen. Estoy muy decepcionado. Para mí, fue muy duro el asesinato de mi mujer".
Su esposa, Susy Wolinsky, con quien tuvo tres hijas, dirigía la Bolsa de Trabajo de la AMIA, que había creado con Norma Leu. Susy murió en el atentado del 18 de julio de 1994.
Aunque había nacido en Buenos Aires, en 1945, vivió gran parte de su vida en Chile, donde fue reconocido como una de las personalidades más relevantes de la comunidad judía local. En 1990, una serie de diferencias con la dirigencia de la comunidad judía trasandina lo forzó a mudarse con su familia a Buenos Aires. Cinco años después, y con el dolor de la muerte de su esposa, regresó a Concepción, Chile. En 2011, se radicó en Jerusalén, donde vive una de sus hijas. La muerte lo encontró el Hospital de Rancagua,en Chile, tras sentirse mal en las Termas de Cauquenes.
La DAIA expresó el pesar por su fallecimiento. Lo destacó como "un referente del diálogo interconfesional" que "desarrolló una importante labor en el esclarecimiento del atentado contra la sede de la AMIA