domingo, 26 de enero de 2014

Tomando partido

Sobre ReVista Tomando partido por Marcelo Wio La agencia de noticias argentina Télam puede estar, o bien indecisa, o por el contrario, confundida. Titubeante respecto del estatus de los territorios de Cisjordania. O bien, confundida respecto a cuestiones de sinonimia. En un artículo del 22 de enero de 2014, la agencia titulaba de la siguiente manera: Israel expande sus colonias sobre tierras palestinas y choca con la UE E, inmediatamente debajo, en el destacado señalaba que: “Israel aprobó planes para construir 261 viviendas en tierras reclamadas por Palestina, una medida que amenaza las conversaciones de paz…”. ¿Habla en el título de las mismas tierras a las que se refiere en el destacado? “Tierras palestinas” y “tierras reclamadas por Palestina” no son términos sinónimos. El hecho de reclamar no otorga de antemano título de pertenencia alguno. Por otra parte, ¿qué es Palestina? ¿Es también Hamas y la Yihad Islámica Palestina? ¿Qué es, realmente, Palestina para Télam? ¿Cuáles son sus límites reconocidos? Pero no hay que desesperar. En cuanto comenzaba el texto de la crónica, se evaporaban todas las confusiones, y la agencia desplegaba el lenguaje utilizado por los líderes palestinos y sus portavoces: “La administración militar israelí publicó hoy en la página web del Ministerio del Interior los planos para edificar… en el norte del territorio palestino, informó la ONG israelí anticolonización Paz Ahora”. La fuente del anuncio de construcción: una ONG con motivaciones políticas. De las cuales, Télam, por supuesto, no advierte al lector. En el segundo párrafo, se repetía una vez más el dictum: “La organización precisó que se trata de la tercera medida de este tipo adoptada esta semana por Israel en territorio palestino ocupado…”. En el séptimo párrafo, otro de los lugares comunes: “Las colonias son ilegales para la ley internacional…”. ¿En serio? ¿Qué ley indica la ilegalidad de los barrios judíos en territorio en disputa? La Ministra de Exteriores de Australia, Julie Bishop, dijo (13/01/2014), durante su reciente visita a Israel que la comunidad internacional debe abstenerse de denominar ilegales a los asentamientos según el derecho internacional, sin esperar a que su situación sea determinada en un acuerdo con los palestinos. Y añadió, justamente: “Me gustaría ver qué ley internación los ha declarado ilegales”. Pero Télam, confeccionando una crónica-collage plagada de los lugares comunes del sesgo anti-israelí y de la mala labor periodística, descartaba toda declaración o visión israelí sobre el tema, como si este país no formara parte de la llamada “comunidad internacional”. Y, en esta elaboración parcial, la agencia terminaba a bombo y platillo ideológico: “Desde 2007, Israel mantiene un férreo bloqueo contra Gaza, impidiendo a los ciudadanos de esta región ejercer sus principales derechos, entre ellos al trabajo, a la salud, a la educación y a la libertad de circulación”. ¿Por qué existe un bloqueo sobre Hamas (no sobre la población civil)? El lector de Télam, no se enterará. La analista de CAMERA, Ricki Hollander, relataba en un artículo del 28 de noviembre de 2012 que: “El New York Times describió el contrabando, desde Irán a Gaza, de misiles de largo alcance, citando fuentes de seguridad israelí: cohetes iraníes de largo alcance Fajr-5 son enviados desde Irán a Sudán, conducidos a través de Egipto, desmontados y transportados a través de túneles entre el Sinaí y Gaza… y vueltos a ensamblados localmente con la ayuda de expertos técnicos iraníes. Ibrahim Menai, un palestino que posee varios túneles de contrabando entre el Sinaí y Gaza, fue entrevistado por CNN, ha confirmando que misiles Grad, misiles antiaéreos y avanzados misiles antitanque son contrabandeados directamente a través de estos túneles, mientras que los misiles Fajr-5– con un alcance de 75 km – son 'probablemente ocultos entre otras mercancías que se cargan en camiones que recorren los grandes túneles' de Egipto”. ¿Conoce Télam el llamado informe Palmer? El diario argentino La Nación publicó, el 2 de septiembre de 2011, que el informe de la ONU, llevado a cabo por el ex primer ministro de Nueva Zelanda Geoffrey Palmer, sobre el asalto militar israelí a una flotilla internacional que se dirigía a Gaza, no dudaba de la legalidad del bloqueo naval. : “... el bloqueo naval fue impuesto como medida de seguridad legítima para impedir la entrada de armas en Gaza por mar y su implementación respeta las exigencias del derecho internacional”. Por otro lado, en los pasos fronterizos terrestres no se trata de un bloqueo, sino de restricciones de ciertos productos y del paso de ciudadanos de Gaza a Israel por motivos de seguridad. Según informaba el diario Ha'artez el 17 de septiembre de 2013: “Se instalará una nueva tubería de agua en la franja de Gaza, duplicando la cantidad de agua que llega desde Israel de cinco a 10 millones de metros cúbicos anuales. Cemento, hierro y materiales de construcción serán permitidos en Gaza por primera vez en años para el mercado privado. Israel había restringido la entrada de estos materiales en Gaza por temor a que sirvieran para construir fortificaciones de Hamas”. Pero, ¿sólo en Israel se aplican restricciones laborales a los extranjeros? No. De hecho, la propia agencia informaba el 13 de julio de 2013 que: "Las autorizaciones de trabajo a extranjeros concedidas en España durante los dos primeros meses de 2013 cayeron 33,5% respecto a igual período del año anterior como consecuencia de la crisis económica que azota al país y la región. [..] Por nacionalidades, a los procedentes de Bolivia se les concedió 4.238 permisos (34,7% menos), a los de Marruecos 3.079 (38,2% menos), a los de China 1.224 (31% menos), a los de Colombia 998 (52,8% menos), a los de Senegal 913 (23% menos), a los de Brasil 843 (35,3% menos) y a los de Perú 605 (60,5% menos)". Pero, ¿cómo se les impide el derecho al trabajo a los ciudadanos de Gaza? ¿Cómo se les impide la salud y la educación? ¿Que la organización terrorista Hamas invierta en misiles en lugar de hacerlo en derechos básicos, es responsabilidad israelí? ¿Y qué hay de la corrupción de Hamas; ésta no afecta a la salud, educación y trabajo de los gazatíes? ¿Y la libertad de circulación? ¿No tiene Gaza frontera con Egipto? ¿O basta con lanzar una acusación sin más? ¿De eso se trata la práctica periodística para Télam?