domingo, 2 de febrero de 2014

cultura

*El Premio** La sala en silencio, la expectativa se movía entre los presentes, en el escenario el presentador abrió el sobre y con voz, clara y firme, a los atentos se dirigió dando el nombre del ganador del premio presente. Victoreo y aplausos recibí con la mayor modestia, mientras mis pasos se dirigían al proscenio en busca del galardón. El premio en mis manos, a pocos centímetros del micrófono, con algo de nervios: “Quiero dedicar este premio a la persona inspiradora de mi trabajo, que fue mi compañera en momentos difíciles. Hoy, ella no está en la sala, o puede ser que estuviera, pero, si está en mi corazón, vive en mi, es guardián de mi alma y almohada de mis desvelos. Este premio es para ella. Gracias mi eterno amor.” Con fuertes aplausos volví a mi butaca. El premio en mis manos junto a mi corazón; como acariciando recuerdos una sonrisa en mis labios se dibujó. Pasado el acto, el público fue abandonando la sala, algunos con un premio en las manos y sonrisas en sus labios, otros, en cambio, sus manos vacías y desilusión en sus rostros. Al quedarme solo, me acerqué al atril, deposité el premio esperando que ella lo venga a buscar. El premio no era mío. ¡ Mis manos lo escribieron, su alma me lo dictó ! Mario Beer-Sheva pensamientospoemas@gmail.com “Una biblioteca es un lugar donde usted puede perder la inocencia sin perder la virginidad” Germaine Greer.-