Fuente: The Jerusalem Report- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
por Bruce Maddy-Weitzman
10/3/14
En enero, Egipto y Tunez conmemoraron el tercer aniversario de sus respectivas revoluciones contra gobernantes autocratas de mucho tiempo adoptando nuevas constituciones y agendando elecciones presidenciales y parlamentarias para mas tarde en el año.
Mas del 92% de los representantes para la Asamblea Nacional Constituyente de Tunez votaron en favor del texto, mientras que el 98,1% de los 20 millones de votantes egipcios aprobaron su nueva constitucion en un referendo.
Sin embargo, cualquier similitud entre las trayectorias politicas de los dos paises es puramente coincidencia. La adopcion de la nueva constitucion en Tunez marco un importante e incluso historico paso hacia adelante a la vision de un sistema politico democratico, apuntalado por el acuerdo de fuerzas sociales en oposicion sobre reglas del juego politico en las cuales no habria ganador ni vencedores ni vencidos.
Por el contrario, la eleccion egipcia, el tercero de tales referendos en tres años de agitacion politica, fue la ultima medida en los esfuerzos concertados del ejercito para aplastar a la Hermandad Musulmana, cuyo lider, Mohamed Morsi, fue electo presidente de Egipto en la primavera del 2012, solo para ser depuesto un año mas tarde por un golpe militar respaldado por manifestaciones callejeras masivas.
La verdad es que la cubierta estaba apilada contra Egipto desde el inicio, mientras Tunez era el unico pais arabe que tenia una posibilidad razonable de traducir los levantamientos de la Primavera Arabe en un orden politico viable y legitimo. Aunque Egipto y Tunez tienen el grado mas alto de "estatismo" en el mundo arabe -- medido a traves de territorios bien definidos, recuerdos y experiencias historicos comunes, gobiernos centralizados y altos grados de homogeneidad cultural, lingüistica y religiosa -- la escala de los problemas socioeconomicos y polarizacion politica de Egipto empequeñecio a la de Tunez, colocando obstaculos irremontables para la creacion exitosa de instituciones de gobierno legitimas.
El recientemente promovido Mariscal de Campo y Ministro de Defensa Abdel Fatah al-Sisi esta en el pinaculo de la vida egipcia. Ironicamente, fue Morsi quien nombro a Sisi para el puesto en el verano del 2012, como parte de un intento por remover a la vieja guardia del ejercito y consolidar su poder sobre la institucion mas poderosa del pais. Pero Egipto no es Turquia, y Sisi tenia ideas diferentes. Montando una amplia ola de descontento con el fracaso de Morsi en poner a Egipto en el camino correcto, y el claro intento de la Hermandad por monopolizar el poder segun su vision islamista, Sisi reafirmo la primacia del ejercito, y se alio a las elites economica y administrativa -- el "estado profundo" de Egipto.
La historia nunca se repite exactamente, pero la actual represion evoca los primeros años despues de la revolucion egipcia de 1952, cuando la junta militar gobernante, liderada por el joven popular Abdel Nasser, encarcelo, torturo e incluso ejecuto finalmente a algunas de las figuras lideres de la Hermandad.
Montando una ola de nostalgia por Nasser, Sisi ha sido promovido como el heredero de Nasser, representando el orgullo, dignidad y auto-afirmacion egipcios tanto contra radicales islamistas como potencias occidentales entrometidas, especialmente Estados Unidos. Hay tambien un sentimiento ciclico para los hechos egipcios. Dos años atras, fue Hosni Mubarak y sus hijos y su cohorte quienes estuvieron en la jaula de los acusados en un tribunal egipcio; ahora es el turno de Morsi y sus asociados.
La actual situacion de Egipto es en cierta forma reminiscente de lo que sucedio en Argelia en la decada de 1990. Alli, luego de una apertura democratica mal preparada y pobremente diseñada, y exitos electorales resultantes para los islamistas de la oposicion, intervino el liderazgo militar. Mientras miles de islamistas fueron encarcelados, otros tomaron las armas, resultando en años de lucha sangrienta y un estimado de 150000 victimas fatales. En Egipto, algunos islamistas han sacado las mismas conclusiones.
Ademas, asi como los jovenes argelinos retornaron de la jihad anti-sovietica en Afganistan con entrenamiento militar y voluntad de combatir a su propio regimen "infiel", asi tambien los egipcios estan retornando del nuevo frente de batalla de la jihad, Siria, con el tipo de habilidad que promete mas derramamiento de sangre en el futuro. El Sinai ha sido una comoda zona de operaciones para estos jihadistas durante algun tiempo, pero ahora ellos estan expandiendo aparentemente su alcance dentro del corazon del Nilo tambien, atacando a altos funcionarios y personal de seguridad.
Sin dudas, Sisi actualmente posee el tipo de legitimidad popular y apoyo unificado dentro de la elite gobernante que nunca tuvo la junta argelina. Hasta ahora, el terrorismo jihadista en Egipto solo ha reforzado su postura, permitiendo a los medios de comunicacion estatales poner a la Hermandad la etiqueta de "terrorista." Parece casi seguro que el se presente en las elecciones presidenciales en abril, y su victoria esta asegurada. Es probable que el luego emule a sus predecesores en hacer de la presidencia, respaldada por el ejercito, la institucion dominante en la vida politica egipcia.
La ayuda generosa de los monarcas sunitas del Golfo seguramente le dara algun espacio para respirar. Pero aun esta por verse si Sisi es o no capaz de comenzar a crear un modelo de gobierno mas basado en el consenso, en la forma en que estan tratando de hacer los tunecinos.
El autor es un miembro investigador principal en el Centro Moshe Dayan para Estudios Meso-orientales y Africanos, Universidad de Tel Aviv.