Hace exactamente 110 años, Theodor Herzl fue recibido en el Vaticano para una audiencia con el Papa Pío X. Herzl había solicitado la reunión en un esfuerzo por obtener la bendición del Papa para su visión de establecer un estado para el pueblo judío en Sión. El apoyo del líder de los católicos del mundo a un hogar nacional judío en la tierra de Jesús, razonó Herzl, supondría recorrer un largo camino a la hora de hacer avanzar la aceptación internacional de su sueño.
De acuerdo con la entrada en su diario, el encuentro comenzó mal cuando él se negó a besar la mano tendida del Papa, y fue cuesta abajo desde allí.
El Papa le explicó a Herzl que "No podemos dar el visto bueno a este movimiento .. La tierra de Jerusalén, si no siempre ha sido santa, ha sido santificada por la vida de Jesucristo... Los judíos no han reconocido a nuestro Señor, por lo tanto no podemos reconocer al pueblo judío".
El lunes [hoy], el Papa Francisco depositará una ofrenda floral en la tumba de Herzl, la cual se encuentra en el cementerio nacional de Israel en Jerusalén y que lleva el nombre del fundador espiritual del Estado judío. Este gesto altamente simbólico es quizás la última aceptación simbólica por parte del Vaticano de Israel como el hogar del pueblo judío, la última cumbre de un proceso gradual que ha cobrado impulso en las últimas dos décadas.
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