martes, 27 de mayo de 2014

Un fracaso que no sorprendió a nadie


El Canciller de Argentina e Irán departen cordialmente en setiembre del año pasadoEl Canciller de Argentina e Irán departen cordialmente en setiembre del año pasado
Desde fines del año pasado, el Gobierno empezó a intuir que el controvertido acuerdo con Irán para profundizar la investigación en la causa AMIA naufragaría en la nada. Dos indicios claros percibió la Casa Rosada para arribar a tan mal pronóstico: los retaceos de información que llegaban desde Teherán y las señales pesimistas que tenía de los emisarios judiciales que velaban por lainconstitucionalidad o no del memorándum .
No fue casual que el 1° de marzo pasado Cristina Kirchner admitiera en el discurso inaugural de sesiones del Congreso que el acuerdo con Irán estaba "demorado" . Fue casi un prólogo disfrazado de la admisión de que todo intento de llevar al banquillo a los cinco iraníes acusados por la justicia argentina por el atentado contra la AMIA había fracasado.
¿Pensó la Presidenta realmente que Irán iba a entregar a sus ciudadanos para que los atosigara un juez argentino con preguntas molestas sobre un atentado terrorista ocurrido hace 20 años?
La Cancillería no responde ese tipo de preguntas porque en sus respuestas se evidenciarían desinteligencias graves a la hora de sentarse a negociar con Teherán. Por empezar: la Argentina acordó con un gobierno como el de Ahmadinejad cuatro meses antes de que dejara el poder y sin saber aún cuál iba a ser el resultado de las elecciones que encumbraron al conservador Hassan Rohani. Los iraníes del nuevo gobierno dieron desde un primer momento señales de que no les interesaba avanzar en el memorándum por la causa AMIA. Cortaron el diálogo con el canciller Timerman y sacaron como encargado de negocios en Buenos Aires a un dialoguista como fue Ali Pakdaman. Sobre todo, se abocaron a un tema de mayor relevancia para la geopolítica mundial, como fue la negociación con EE.UU. y Europa por el control de los programas nucleares.
Sólo un hecho irrefutable queda claro en todo este proceso: el memorándum que sellaron Buenos Aires y Teherán se rubricó el 27 de enero de 2013 en Etiopía y al finalizar el año las exportaciones argentinas a Irán habían crecido un 11% con respecto al año anterior, según muestra un informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), que dirige Marcelo Elizondo.
El Gobierno no se podrá quejar de los negocios en alza con Irán, pero al vislumbrar un horizonte oscuro para el acuerdo tardíamente la Casa Rosada empezó a dar un giro en su política exterior para buscar un acercamiento con Israel, que siempre fue crítico del memorándum. Ese cambio, sugestivo, incluyó el reciente viaje de Timerman a Tel Aviv, el intercambio de cooperación jurídica, la inminente compra de aviones militares por parte de la Argentina y el restablecimiento del diálogo diplomático

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