El pasado 1 de julio, miembros de la comunidad judía argentina se manifestaron en las puertas de la AMIA para repudiar el secuestro y posterior asesinato de tres adolescentes israelíes. Mientras se llevaba a cabo la marcha, un hombre, de 35 años, se molestó porque no pudo pasar con su bicicleta por el lugar y les gritó "Heil Hitler" a los manifestantes.
Uno de los participantes del acto escuchó la frase y discutió con el hombre. Pudo identificarlo y radicó una denuncia. Meses después, se llevó a cabo una mediación penal y el denunciado evitó ir a juicio cumpliendo con una visita al Museo del Holocausto. El abogado querellante Alejando Broitman explicó a la Agencia Judía de Noticias que la idea era que la persona que gritó el saludo nazi "entienda lo grave que es una expresión de esa naturaleza y cómo se siente en el alma y el sentir de un judío".
En la marcha en la que se produjo el incidente se pedía justicia por los estudiantes Eyal Yifrah (19 años), Gil-Ad Shaer y Naftali Fraenkel (ambos de 16). Los jóvenes fueron raptados por terroristas de Hamas mientras hacían dedo en las afueras de Hebron y estuvieron 18 días desaparecidos, hasta que sus cadáveres fueron encontrados bajo una pila de rocas en Halhul.
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