domingo, 1 de noviembre de 2015

TERROR QUE NO BENEFICIA A NADIE

Dr. Víctor Zajdenberg

“Quien siembra vientos cosechará tempestades. Quien siembra verdad cosechará confianza.” (Refrán español)

Son “terroristas”, no “lobos solitarios”

Periodistas, intelectuales, profesores y presuntos analistas “políticamente correctos” tratan de inculcar en sus lectores, oyentes y alumnos términos erráticos subjetivos como el de “La Primavera Árabe” (la que ha resultado ser un cruel invierno), títulos distorsionadores como el de“Lobos solitarios” (los que evidentemente son desalmados terroristas) o denominaciones con intenciones despectivas como el de“Neoliberalismo” (que solo representa una doctrina económica-financiera), etc., queriendo difundir con ello cambios irreales de paradigmas objetivos, cuya finalidad es difícil determinar si son racionales, irracionales o incompetentes.
Pero más peligrosa aún es la deformación cuando alguien como el Sr. John Kerry, Secretario de Estado de los EE.UU, responsable de las políticas internacionales de la principal potencia económica y militar del mundo, acusa al Estado de Israel por el “uso excesivo de la fuerza” cada vez que este debe defenderse de los infinitos y permanentes ataques terroristas de los así llamados palestinos, ya sea en la forma de manadas o de supuestos “Lobos solitarios”.
¿Cómo surgen estos sembradores de terror, generalmente jóvenes de quince a diez y nueve años? ¿Dónde aprenden a valorar la muerte y a despreciar la vida de los otros y la propia? ¿Por qué derraman la sangre de seres humanos semejantes, cuyo color es similar a la de ellos?
No hay que ir muy lejos en la historia para tomar ejemplos comparativos de adoctrinamiento ideológico neuronal de toda una nación, la nación alemana, cuya enorme cultura, la que había trascendido a sus propias fronteras convirtiéndola en universal, fue transformada en la horripilante ideología nazi cuya transfiguración provocó el momento más criminal en los anales de la humanidad.
En este siglo, el nuestro, le ha tocado el turno a una ideología religiosa y nacionalista, la coránica yihadista,  de demostrar, una vez más, cómo es posible lavar el cerebro de millones de personas que en lugar de festejar la vida, la paz y la convivencia, festejan la muerte, el odio y el desprecio entre seres humanos.
En los alrededores del Estado de Israel, en Siria, en Irak, en Libia, en Afganistán, en Paquistán, en Yemen, manadas de lobos hambrientos están devorando a cristianos, yazidis, kurdos y a sus propios hermanos musulmanes, manifestando abiertamente la intencionalidad de aniquilar también a los judíos de Israel y del mundo.
Somos observadores asombrados y aterrorizados de cómo los lobos y sus manadas se comen entre ellos y desean a su vez devorar a todos aquellos que no comulguen con sus desvariadas e ideáticas obsesiones!!!
La prensa mundial ha demostrado su estupor ante la sorpresiva aparición en el Estado de Israel de lo que han decidido denominar “lobos solitarios palestinos” que atacan con armas blancas, bombas molotov, cascotes y armamento letal, sin reflexionar en los orígenes, fuentes y manipulaciones que los han impulsado a convertirse en representantes del mal absoluto.
Cabe destacar entonces lo dicho por el Primer Ministro Netanyahu en la inauguración del Congreso Sionista que se desarrolló hace pocos días en Jerusalém, recordando que el antiguo Gran Mufti de Jerusalém, Haj Amin al Husseini, en su viaje de 1941 a Berlín para entrevistarse con el entonces Canciller de la Alemania Nazi, Adolf Hitler, dialogó y coincidió con este último en la solución final de los judíos: “Fue uno de los arquitectos de la solución final de Hitler”.
Husseini era, en aquel entonces, el promotor de los pogroms de los árabes contra los judíos establecidos en distintas regiones de la Palestina gobernada por los británicos, según el Mandato otorgado por la Liga de Naciones. Así es como los vándalos, azuzados por este personaje macabro de la dirigencia árabe de aquellos años, vejaron, expulsaron y asesinaron a todos los judíos de Hebrón, recién vuelta a recuperar en la Guerra de los Seis Días (1967).
A partir de los violentos episodios mencionados no hubo respiro para los judíos asentados en Eretz Israel por las sangrientas guerras desatadas por los países árabes vecinos y las violentas guerrillas desencadenadas por los terroristas ahora llamados palestinos.
Han fracasado en destruir al Estado de Israel con las guerras formales e informales (1948/9, 1967, 1973, 1982, 2006, 2014), con los continuos atentados terroristas, con las intifadas (1987, 2000), con las mallas y cinturones explosivos, con los misiles de Saddam Hussein y con los proyectiles del Hamas y la Jihad Islámica desde Gaza.
Los líderes árabes y palestinos intentaron todo para aniquilar a los israelíes porque nunca decidieron comprometerse seriamente en establecer un verdadero Estado Árabe en Palestina que conviva en paz con el Estado de Israel, con fronteras seguras y reconocidas para ambos.
El fracaso perpetuo origina una perniciosa frustración existencial en una población y este patológico estado psíquico-social, creado por los mismos líderes criminales e ineptos, es aprovechado por ellos para transformar dichos fracasos en la transmisión de una enfermiza venganza permanente que les impide concientizar la necesidad de una sana curación.
Así es como, desde que nacen, se los educa a los niños y jóvenes palestinos a matar judíos y morir como yahidis (mártires suicidas) y ahora, a acuchillar por la espalda a civiles y soldados israelíes con una táctica mediocre y cobarde en enfrentamientos con adversarios de cualquier naturaleza y categoría.
Estas inicuas enseñanzas son realizadas utilizando diversos métodos religiosos, educativos, culturales y medios de difusión.
El Sheik Al Mughrabi, Predicador y Maestro en la Mezquita de Al Aksa, acaba de pregonar a sus seguidores  que “Los judíos trabajan para el diablo y serán exterminados por los musulmanes”.
La Organización terrorista Hamas ordenó a sus miembros que realicen ataques suicidas contra los judíos de Israel difundiendo la falacia de que estos quieren ocupar la “Explanada de las Mezquitas” (llamada también “Monte del Templo” por los Judíos).
Todos los programas de enseñanza elaborados para Escuelas, Colegios y Universidades de Gaza y algunas de Cisjordania están plagados de exhortaciones contra los judíos en general e Israel en particular.
Ejemplo de un Programa de Matemáticas para 1er. Grado: “2 judíos muertos (+) 2 judíos muertos, ¿Cuántos judíos muertos da? Respuesta: 4 judíos muertos”.
En la materia Geografía los mapas indican solo el territorio de Palestina desde el Mediterráneo hasta el Mar Muerto; el Estado de Israel no existe.
Del mismo modo, Historia es una asignatura donde el Pueblo Judío solo existió para negar y traicionar a Mahoma y para apoderarse y ocupar Palestina, borrando de un plumazo 5776 años de la narrativa bíblica, talmúdica, moderna y contemporánea judía.
En los campamentos de verano para niños, organizados por Hamás y solventados por diversos países de la cínica Europa (Suecia y Noruega entre otros), les enseñan juegos de guerra con armas y movidas cuasi militares.
Asimismo, en los campos de entrenamiento para jóvenes estudiantes, trabajadores y desocupados se les enseña a estos métodos de combate y tácticas de guerra con verdaderas armas letales para combatir al “enemigo sionista”.
Las Madrazas son Escuelas Coránicas para niños y jóvenes donde se enseña el Corán pero, de las diversas interpretaciones que se pueden obtener de su lectura, en muchas de ellas, los Imanes inculcan, con un fusil presente, las suras más violentas y menos pacíficas del Libro.
El discurso pronunciado por Mahmud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina ANP), en el recinto de las Naciones Unidas (ONU), fue un ejemplo clarísimo de incitación a la violencia que debería ser condenado por todas las naciones civilizadas; sin embargo estas callan y al callar otorgan.
Abbas no puede borrar de su currícula el pasado terrorista y de negador de la Shoá; tampoco puede contenerse con la permanente instigación a su cría, siendo el responsable principal de los ataques a civiles y soldados  israelíes por parte de estos “lobos solitarios” que no son más que otra forma de terrorismo descabellado e inútil.
Así ha respondido un habitante de Jerusalém a este nuevo modelo de terrorismo palestino: “No lograrán echarnos de aquí aunque quieran matarnos a todos. Esta es nuestra casa, nuestra ciudad, nuestra capital eterna y sagrada”.

¿A quienes benefician los ataques palestinos con cuchillos y vehículos?
Es evidente que no beneficia a los directamente implicados, o sea a los así llamados “lobos solitarios” palestinos, ya que el 99 % de ellos terminan muertos o encarcelados.
“Detrás de cada <mártir> existe una educación tenaz y alienante para que especialmente los jóvenes se arrojen a matar a ancianos, mujeres o niños” (Marcos Aguinis, “La glorificación de la muerte”, Diario La Nación).
Menos beneficia a los padres, novias y familiares de los jóvenes terroristas pues pierden a sus hijos, a los que deberían haber concebido para vivir y no para morir inútilmente.
“Los crímenes que fueron hechos por los jóvenes palestinos a civiles judíos en Jerusalem y los alrededores dejaron huérfanos de padres a más de diez niños mientras los árabes adultos que se encontraban en esos lugares miraban lo que ocurría sonriendo; todo está fotografiado y documentado” (e-mail de un amigo que vive en Israel).
Por supuesto que no benefician a las víctimas inocentes, civiles y soldados israelíes, hombres, mujeres y niños judíos que quieren vivir para progresar, construir y desarrollarse.
“Por ellos llora el corazón y no solo por ellos sino también por el olvido de aquellos que en los últimos 2000 años no solo han abandonado a todo un pueblo, el Pueblo Judío, sino que además lo han perseguido, degradado, humillado, asesinado, gaseado e incinerado en las cámaras de Auschwitz, Treblinka, Sobibor, etc.” (“Cuando llora el corazón”. Nota del autor).
Tampoco beneficia a la población israelí, que debe sobrellevar un nuevo período de vida con miedo y a la población palestina, que deberá convivir con el temor a las represalias israelíes.
“No lograrán echarnos de aquí aunque quieran matarnos a todos. Esto indica que tendremos que seguir con el dedo en el gatillo mucho tiempo más. Esta es nuestra casa, nuestra ciudad, nuestra capital eterna y sagrada” (reportaje realizado a un habitante de Jerusalém).
Mahmud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), creyó que mintiendo sobre el “Status” de la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo (para los Judíos) lograría cambiar las relaciones de fuerza con el Hamas en Cisjordania y Gaza, pero resulta que sigue incomunicado con su pueblo y sus fuerzas de seguridad ya que todas las encuestas, propias y ajenas (Pew Internacional), manifiestan que entre el 70% y el 90 % de la población palestina apoya a la organización terrorista Hamas y no a él.
“Este terrorismo indiscriminado es fogoneado por líderes palestinos y la consciente o inconsciente complicidad de las agencias noticiosas”. “El Presidente Mahmoud Abbas es conciliador en inglés y guerrero feroz en árabe” (id. Marcos Aguinis, La Nación).
Las fuerzas de seguridad de Gaza están totalmente en manos del Hamás y las de Cisjordania siguen colaborando con las israelíes, a pesar de las manipulaciones de Abbas, pues saben que si permiten que en sus territorios existan zonas liberadas todos, gobierno, pueblo y fuerzas, caerían inmediatamente en las sangrientas garras del Hamás y de la teocrática Irán. 
La gran mayoría de los israelíes sienten que no tienen interlocutores válidos para dialogar acerca de la paz y el establecimiento de dos estados, uno judío y otro árabe, que puedan convivir con fronteras seguras y reconocidas.
“Esto que escribo aquí no pretende quitar importancia a los peligros que amenazan a Israel. Irán, AlQaeda, el EI, Hamás, Hezbolá, los cuchillos de la tercera intifada y el odio a Israel en los territorios árabes, así como la enorme fragilidad de Oriente Próximo, son reales y debemos tener los ojos bien abiertos ante ellos” (David Grossman, “Los ojos bien cerrados”, Diario El País de España).
David Grossman, un escritor israelí reconocido internacionalmente, es un acérrimo crítico del Gobierno israelí y del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, y no obstante ello no puede dejar de reconocer los temibles peligros a los que Israel y los israelíes están sometidos diariamente, no solo en los diversos escenarios internos del país sino además por las sangrientas turbulencias guerreras que se producen en los alrededores transfronterizos que los rodean.
Puede afirmarse entonces que los ataques  y atentados terroristas que se están produciendo en Israel contra sus ciudadanos no beneficia a nadie y, por el contrario, perjudica a todos los actores de estos dramáticos y lamentables acontecimientos.

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