domingo, 25 de enero de 2009
Aguas Calmas
Como en sus películas anteriores, en "Todo comienza en el mar", Eitan Green intenta evaluar la realidad israelí a través de héroes, débiles y confundidos. El resultado es un film emotivo cuya fuerza radica en sus finos detalles.
En sus películas, de las que "Todo comienza en el mar", es la sexta, Eitan Green transforma la máxima emotividad en una perspectiva que facilita la mirada sobre la realidad israelí. A diferencia de los que ocurre en general, en donde los héroes nunca son hombres débiles, confundidos, sensibles o heridos en su emotividad. "Caen las lágrimas por sí solas" (1997), no es sólo el nombre de uno sus hermosos films, sino la imagen central necesaria para comprender la filmografía de Green.
Por un lado, un sentimiento que estalla , a pesar de los esfuerzos por evitarlo y, por otro, una listado extraída de un poema para niños, bien israelí.
El título "Todo comienza en el mar", es relevante en éste encuadre: el mar como base significativa y mitológica de la cultura sionista e israelí; el mar desde el que llegaron los pioneros de las primeras olas migratorias , del que surgió la imagen del trabar (el natural de Israel), que brindó resplandor a la cultura hegemónica ashkenazí, recreando Europa en el Medio Oriente.
El mar representa una imagen central en la cinematografia israeli. En Green, adquiere una connotación de muerte, no sólo porque su héroe casi se ahoga entre las olas en el primer episodio, sino porque en su film anterior, "Hasta el fin de la noche", de 1985, uno de los personajes se suicida, en él.
"Todo comienza en el mar", presenta tres capítulos en la historia de una familia israelí de Ashkelon. En el primero, el niño Udi, va con sus padres a la costa y se hunde en el torbellino. En el segundo Udi, ahora un joven, sale de paseo con sus compañeros de colegio al Parque de Ashkelon, se cae de un árbol y se rompe la cabeza. En el tercero, su madre da a luz, en el sanatorio, entre la vida y la muerte.
Los cuadros son acompañados por otros dos personajes masculinos representativos. Uno es el bañero de la costa. El segundo es el amenazante vecino de la familia, que resulta ser el hermano del mismo bañero y del que, bajo su imagen tan machista, se esconde un marido y padre blando de corazón.
En todas las películas de Green, se identifica la búsqueda de redención, los motivos de la muerte y el renacimiento, en el marco del contexto familiar. El mar en su actual film, es, en ese sentido, el lugar en el que todo comienza. De él, de la vivencia de muerte que de él se desprende y el nacimiento simbólico que la acompaña.
El mar, en su película, es un mito. La masculinidad israelí es un mito. La muerte es un mito e incluso Itzhak Rabin, asesinado, es introducido para ser juzgado. La película presenta cosas simples y directas.
Es destacable la fotografía que muestra una Israel que recuerda los dibujos de Nahum Gutman.
Resumiendo; "Todo comienza en el mar", es una película de finos detalles, un cine sensible que no conduce a una sensiblería, un cine que nos transmite su mirada sobre lo doloroso y blando, desde allá.Fuente Cidipal
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.