lunes, 19 de enero de 2009

La derecha israelí sale a hacer campaña y ataca al gobierno

Por: TEL AVIV. ESPECIAL PARA CLARIN
Tras un silencio proselitista que duró durante las tres semanas de la ofensiva militar israelí en Gaza, a pesar de lo cercano de las elecciones generales del 10 de febrero próximo, el anuncio del cese de fuego abrió las compuertas de las campañas electorales interrumpidas en un "impasse" de forzada "unidad nacional".

Ya desde unas horas antes de proclamarse el sábado el cese del fuego unilateral por parte de Israel, los partidos de la derecha israelí encabezados por el Likud volvieron a la carga con un ataque al gobierno acusándolo de haber desperdiciado la oportunidad, cesando el fuego sin haber logrado los objetivos mínimos que se habían planteado tres semanas antes: interrumpir el lanzamiento de misiles contra Israel y el contrabando de armas y explosivos a la Franja de Gaza.

Ayer, aprovechando la escenografía del hospital en la bombardeada ciudad de Beer Sheva, donde están internados varios soldados israelíes, el conservador Benjamin Netanyahu dijo: "Tenemos un ejército fuerte que logró golpear duramente a Hamas, pero la tarea no terminó. Hamas aún gobierna en Gaza y continúa contrabandeando por la frontera con Egipto, de donde recibe nuevos misiles para sus arsenales secretos".

Netanyahu, que lleva las de ganar en las elecciones generales del 10 de febrero, siguió: "Frente al terror de Hamas, respaldado por Irán, nos está prohibido mostrar debilidad. Es necesario una mano dura y mucha perseverancia para eliminar esta amenaza".

El Diputado Uri Ariel, del ultraderechista Unión Nacional, se refirió al cese del fuego como un craso error que pone en peligro la seguridad de Israel. "Un cese del fuego sin que retorne a casa el soldado secuestrado Guilad Shalit, sin dominar la vía de contrabando de armas en la frontera con Egipto y sin controlar a Hamas, es un crimen contra la seguridad del país y un craso error político", disparó.

Hasta la visita de los seis mandatarios europeos a Israel anoche fue atacada por la derecha como si su llegada hubiera sido un apoyo al partido gobernante, Kadima, que Ehud Olmert deja en manos de la candidata Tzipi Livni.

Según encuestas realizadas en los últimos días, la derecha salió ganando de la ofensiva en Gaza, a pesar de que el Partido Laborista de Ehud Barak subió de 10 a 14 escaños parlamentarios (de un total de 120) en la intención de voto. Según un sondeo de Canal 10, el Likud obtendría 29 bancas, Kadima 26; el laborismo 14, y igual que el ultraderechista Avigdor Lieberman. La izquierda perdería hasta 6 escaños y los partidos religiosos obtendrían 12 y los árabes 8.

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