viernes, 2 de enero de 2009

El judaismo permite el juego?


Algunos han especulado que apostar en Januca recuerda un supuesto intento de los Jashmonaim por esconder su comportamiento rebelde de los intrusos griegos jugando con dados.
Pregunta El judaismo permite el juego?
Respuesta Un vistazo rapido a los websites de Jugadores Anonimos y organizaciones similares claramente resaltan el impacto del juego en nuestra sociedad. El judaismo ha reconocido largamente los males de tal comportamiento, y como podemos ver, Januka nos permite la oportunidad de contemplar como podemos terminar este martirio dentro de nuestra comunidad.
La Mishna descalifica a un jugador de dados de servir como testigo, agrupandolo dentro de un mas grande grupo de gente cuya codicia por el dinero anula su credibilidad. El Talmud da dos potenciales razones para descalificar a los jugadores de dados (Sanhedrin 24b-25a). Rami Bar Hama dice que jugar constituye robo, ya que la parte que pierde acepto las condiciones sin creer jamas que podria de hecho perder su dinero (asmachta). Rav Sheshet, por otra parte, afirma que solo un jugador de tiempo completo se vuelve descalificado como testigo desde que fracasa en comprometerse en el asentamiento de la palabra (P. 127).
Las autoridades medievales no llegaron a un acuerdo para una reglamentacion final en esta disputa. Maimonides parece decir que jugar es una forma leve de robo y mas aun, condena al ostracismo a los jugadores que no contribuyen constructivamente a la sociedad (Hilchot Gezeila Ve'aveida 6:10-11). Mientras su opinion continua siendo ambigua en otras fuentes (Hilchot Edut 10:4), el Rabino Yosef Karo rigurosamente estimo todas las formas de juego como robo (CM 207:13). Basados en esto, los decisores contemporaneos sefaradies debaten la propiedad de adquirir un billete de loteria. Mientras Rabbi Ovadia Yosef prohibe tales adquisiciones (Yabia Omer CM 7:6), diciendo que esta es una forma de apuesta, Rabbi Ovadia Hedaya es mas indulgente porque el cree que apostar se convierte en ilicito solo cuando uno directamente toma dinero de un amigo (Yaskil Avdi YD 8:5). Este argumento podria similarmente permitir rifas para objetos pequeños especificos. Muchas autoridades Ashkenazis discuten esta reglamentacion, afirmando que la ley normativa sigue el enfoque mas liberal de Rav Sheshet. Algunas autoridades, like Rashi (1040-1105) y Rosh (1250-1328), explican que apostar no es un asmachta ya que los resultados de los dados son completamente al azar. Como todos reconocen que no pueden controlar los resultados, nadie erroneamente cree que sus fortalezas le daran una ventaja. Rabbenu Tam (Siglo XII, Francia) alternativamente razonaron que cualquier acuerdo bilateral permanece aceptable mientras uno tiene la oportunidad de beneficio futuro.
Rabbi Moshe Isserles afirma esta indulgente tradicion en sus glosas al Shuljan Aruj (CM 370:3). Como Rabbi Haim Jachter ha destacado, la tradicion Ashkenazi, no debe ser malinterpretada como un manto de indulgencia, desde que permite solo los juegos en que el ganador es determinado al azar. Los juegos armando fondos comunes para apuestas en deportes, por ejemplo, pueden ser problematicos bajo este esquema, ya que una persona cree que su conocimiento del deporte la guiara para evitar perdidas. Mas importante, muchas fuentes clasicas denuncian el juego de apuestas como corrupto moralmente o, mejor aun, como no conteniendo valor de redencion, y como tal, numerosos rabinos prominentes desalientan o aun prohiben las visitas asi sea una sola vez a los casinos. Muchos decisores, Ashkenazis y Sephardies por igual, permiten formas livianas de juego, sin embargo, cuando los procedimientos benefician a instituciones de caridad. En tal caso, la ley de asmachta puede no aplicarse ya que la persona se siente comoda donando sus perdidas a la causa caritativa. Asi, muchas escuelas y sinagogas de la Diaspora de mediados del siglo XX siguiendo a sus vecinos gentiles, llevaron a cabo "noches de bingo" como formas de recaudar fondos. Con creciente concientizacion del impacto de las adicciones al juego, estos eventos de recaudacion se han vuelto menos comunes mientras las comunidades reconocen la impropiedad de promover tal comportamiento dentro de las sinagogas. No queda duda que las comunidades religiosas tienen una obligacion de arrancar el tormento del juego que ocurre en nuestra prospera sociedad, particularmente entre los adolescentes. Este mensaje, sin embargo, se convierte particularmente dificil en Januca, con tradiciones de jugar dreidel y juegos de cartas que vienen desde fines del periodo medieval. Dados los sentimientos anti-ludicos vistos en las fuentes talmudicas, estas costumbres parecen representar una anomalia desde la practica judia con origenes sospechosos. Algunos han especulado que jugar en Januca recuerda un supuesto intento de los judios jashmonaim para esconder su comportamiento rebelde de los intrusos griegos jugando con dados.
Mas probablemente, sin embargo, estas costumbres arraiguen en un abuso nada sagrado de la alegria de Januca que cae en libertinaje. De hecho, como el Prof. Daniel Sperber ha destacado, los textos de fines del periodo medieval condenan las fiestas ilicitas de Januca que incluian juegos de cartas impropios y juegos. Dos de los mas prominentes decisores de Europa oriental de fines del siglo XIX, principios del Siglo XX, Rabbi Yisrael M. Kagan (Bi'ur Halacha 670) y Rabbi Yehiel M. Epstein (Aruch Hashulhan 670:9), denunciaron los juegos en Januca como finalmente incompatibles con las costumbres judias. Dados estos sentimientos, tenemos que pensar cuidadosamente acerca de como celebrar la fiesta para asegurar que esta alegre ocasion no aliente comportamientos no deseados.
El autor, editor de TraditionOnline.org, enseña en Yeshivat Hakotel y esta a punto de recibir un doctorado en Filosofia Judia en la Hebrew University.
Fuente: Jerusalem Post

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