lunes, 5 de enero de 2009

Una vez una comunidad vibrante, los judios de Shanghai luchan por ser recordados


By Hilary Saunders
Dieciocho millones de personas viven en Shanghai, China, pero solo 2000 de ellos son judios.
Con tan pequeña poblacion, los judios de Shanghai tienen opciones limitadas desde donde ellos pueden rezar y ser recordados.
Solo dos de las siete sinagogas construidas por la comunidad durante el apogeo del siglo XX continuan resistiendo y ninguna tiene servicios regulares activos como lugares de culto. La Sinagoga Ohel Moshe que una vez albergo servicios regulares, casamientos, y Bar y Bat Mitzvot, se ha convertido en un museo para honrar y preservar la memoria de los 30000 judios que huyeron de Europa durante el Holocausto tanto como los pocos que siguen viviendo en el Gran Shanghai hoy dia.
El museo Refugiados Judios de Shanghai, situado en la calle Changyang en el distrito de Hongkou, atrae mas de 10000 personas cada año. Esta dividido en dos areas- la ex Sinagoga Ohel Moshe y las galerias que acompañan.
Ohel Moshe fue uno de los 7 templos judios en Shanghai en aquel tiempo. Hoy, solo el y Ohel Rachel continuan en pie y ninguno funciona normalmente como sitios religiosos activos.
El Museo Refugiados Judios de Shanghai trae visitantes de Europa, Argentina, Tailandia, EEUU, Australia, Brasil y unos pocos otros paises, dijo Wang Yao Hua, que fue guia del museo los ultimos 8 años.
"El museo es un recordatorio de la sinagoga ortodoxa original de 1928", dijo Wang.
En 2007, el Gobierno Popular del Distrito de Hongkou asigno el equivalente a $1 millon para la renovacion de Ohel Moshe. El cuerpo arquitectonico principal fue restaurado de acuerdo a los planos originales encontrados en los archivos de la ciudad. Construida por judios rusos, sirvio como el principal punto de reunion para los refugiados durante la II Guerra Mundial.
Hoy, la sinagoga se ve gris y sin uso. Seis bancas, en tres filas de dos, casi llenan todo el salon de oracion. Una beima de madera permanece solo a un paso encima del lugar. No hay arco, no hay Torah, y la llama eterna* se apago.
El area por encima del hall central, donde las mujeres solian rezar, se convirtio en un pequeño museo que alberga exhibiciones temporarias. Cuadros de ex primeros ministros israelies y otros dignatarios extranjeros que visitaron el museo cuelgan de las paredes. Una seccion de antigüedades muestra una maquina de coser Singer, una radio y un violin. Un escritorio es una esquina con una computadora permite a los visitantes que puedan buscar a traves de la base de datos de judios de Shanghai. En el centro del salon hay un trabajo inspirado por las dificultades del pueblo judio.
Una muestra llamada "Visas para la vida" rinde tributo al Dr. Feng Shan Ho, el ex Consul General Chino en Viena que emitio miles de visas de Shanghai a los judios desesperados por abandonar Austria luego de los pogroms de Kristallnacht en 1938. Cerca de 200000 judios intentaron abandonar Austria entonces, pero necesitaban algun tipo de visado para poder hacerlo. Treinta y dos paises en la Conferencia de Evian se negaron a asistirlos. El Dr. Ho, sin embargo, reconocio la crisis humanitaria e ignoro las ordenes de sus superiores, proveyendo visas a aquellos que luego reforzarian la comunidad judia de Shanghai. la historia es explicada en la muestra con testimonios de refugiados judios. El Museo tiene tambien un Certificado de Honor para Feng Shan Ho, dado por el Yad Vashem.
Tambien se detalla el escape de los judios de Europa. Muestra seis fases de su integracion a la vida china.
Mas de 100 fotos cuelgan de las paredes y el techo. Una muestra en el piso relata la historia de la II Guerra Mundial y entrevistas de video con sobrevivientes se ven en sistemas multimedia. Completan la muestra periodicos judios chinos.
Dror Cohen, un israeli que estuvo viviendo en Shanghai por 8 meses, dijo que mientras los numeros de la comunidad han bajado, los esfuerzos intentan proveer una vida activa para los judios del area. La ciudad tiene 4 rabinos israelies y un suministro de comida kasher, un area para rezar. El tambien dijo que los judios y los chinos han tenido una historia de coexistencia y amistad desde la existencia de la comunidad.
Hilary Saunders es estudiante de periodismo en la Universidad de Miami y paso un semestre en Shanghai.
Fuente: Haaretz
*En todos los lugares donde hay un Sefer Torah debe haber una llama encendida o una luz cuidandola. Esta luz nunca se apaga.

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