By JONATHAN ROSENBLUM
El primer libro que mi mama me compro para leer fue America y sus presidentes. Siendo un hijo obediente, tome la posta y pase mis primeras dos decadas aspirando a ser el primer presidente judio.
Ya alcance una edad lo suficientemente avanzada para decir con confianza que lo mas cercano que jamas llegare a la Casa Blanca es compartir mi fecha de cumpleaños con el Presidente Barack Obama (y Yasser Arafat, un visitante frecuente). La vida, sin embargo, ha dado sus compensaciones por los sueños no obtenidos, una de ellas tener la certeza que al menos nunca sere primer ministro de Israel- la negra kipa y el fracaso en obtener un apropiado acento hebreo me protegen de lo que debe estar seguramente rankeado como el peor trabajo en el mundo.
Los primeros ministros israelies estan condenados al fracaso aun antes de asumir el cargo. Los unicos dos en la memoria reciente que no abandonaron el cargo detestados completamente fueron Yitzhak Rabin, que cayo a manos de un asesino antes que Oslo estallara completamente en su cara, y Ariel Sharon, que cayo por un ataque cerebral antes que el desastre de la desconexion de Gaza fuera completamente evidente. Hay muchas razones para estos fracasos, pero seguramente una de las mas obvias es que el primer ministro tiene tan poco tiempo para enfocarse en los desafios significativos que enfrenta el pais. Aun antes que los votos sean contados, el o ella esta ocupado en negociaciones de coalicion, que ocupan casi todo su tiempo. Las elecciones hacen poco mas que recolocar las piezas en el tablero de ajedrez. Mas de dos semanas despues de las ultimas elecciones, seguimos sin tener idea de que forma tomara el proximo gobierno. Ni termina el juego con la formacion de un gobierno. El hacer y romper coaliciones continua. Los gobiernos raramente cumplen el termino de sus mandatos. Nuestra democracia llego a parecerse a una danza americana: dar vueltas a tu compañero una y otra vez y luego otra vez al lugar. Entonces vuelve a comenzar todo.
En los intervalos entre elecciones, el primer ministro no puede presentar una politica de gobierno unificada a la nacion o al resto del mundo. La mitad de su gabinete no le debe lealtad. Cada ministro tiene su propia politica exterior, la cual el esta solamente demasiado feliz de compartir en las noticias de la mañana. Si Amos Gilad hubiera sido un ministro mas que un sirviente civil, su dura critica al primer ministro Ehud Olmert en Ma'ariv hubiera sido pareja para el curso.
Las posiciones top del gabinete son detentadas por politicos rivales, si no encarnizados enemigos (aunque a veces del mismo partido del primer ministro). Ni tiene el gobierno el beneficio de los mejores talentos. Daniel Friedmann y Yaakov Ne'eman son los unicos dos ministros del gabinete en los ultimos 15 años seleccionados por su experiencia profesional, a menos que uno cuente la dudosa practica de nombrar a ex generales y jefes de gabinete como ministros de defensa.
Asi como el gobierno carece de la capacidad de concentrarse en las miles de amenazas que enfrenta el pais, lo mismo pasa con la ciudadania. Nuestros medios gastan la mayoria de su tiempo escribiendo acerca de los temas del dia, como si trabajaran para las paginas de deportes y de las columnas de chismes. Que cabeza de coalicion fue visto hablando con quien ayer a la noche? Nosotros escuchamos acerca de la crisis educativa solo cuando otro conjunto de resultados internacionales es publicado, o la crisis del agua solo cuando no podemos apretar el boton del toilet o regar el cesped.
El unico tema del cual se escribe extensivamente es el "proceso de paz", acerca del cual una nueva palabra no ha sido dicha en años.
Quien puede recordar leer, por ejemplo, acerca de los avances relativos del sistema de defensa laser Nautilus sobre el sistema anti-cohetes "cupula de hierro"? Y aun menos temas podian ser del mas grande presente de las vidas de millones de ciudadanos en el norte y sur. Aun asumiento igual eficiencia, si un sistema cuesta $2,000 por Kassam y el otro cuesta $80,000, esta claro que el ultimo permite a Hamas llevarnos a la bancarrota en cuestion de centavos.
Quizas haya un pais en algun lugar del mundo que puede permitirse tener su primer ministro involucrado casi a tiempo completo en intrigas politicas. Pero ese pais no es Israel. Ningun pais en el mundo enfrenta la multitud y magnitud de amenazas que nosotros enfrentamos. En ningun otro pais caerian misiles en norte y sur en un mismo dia y esto seria tratado como un evento de todos los dias, a duras penas haciendo una abolladura en nuestras conciencias.
En los proximos seis meses, el primer ministro tendra que tomar la mas desafortunada y dificil decision que haya enfrentado un primer ministro desde 1967. El tendra que decidir si el pais esta marchando a aprender a convivir con un Iran armado nuclear, cuya teologia gobernante hace imposible regular el empleo de armas nucleares contra nosotros sobre la base de la teoria del juego.
Contra un Iran nuclear el tendra que sopesar la posibilidad de un ataque israeli disparando un aluvion masivo de misiles desde el norte y el sur, y desde Iran mismo. Adicionalmente, el tendra que tomar en cuenta nuestra postura a corto y largo plazo en una ya hostil comunidad internacional. Un ataque sobre las instalaciones nucleares iranies causara que los precios del petroleo suban nuevamente en un tiempo en que toda la economia global ya esta tambaleandose en el borde de la depresion mundial. Y si Iran envia la señal de accion a las celulas dormidas terroristas en Europa y los EEUU, sera imposible argumentar que esas acciones terroristas no tienen nada que ver con las acciones israelies.
Mientras balancea todos estos factores conflictivos, el primer ministro tendra que sopesar la cuestion de si Israel aun tiene la capacidad para hacer retroceder significativamente el programa nuclear de Iran, especialmente si America se opone fuertemente a un ataque.
En tal situacion, el primer ministro necesita la gente mas talentosa y seria alrededor suyo, y la capacidad de concentrarse completamente en la decision a mano. Actualmente, esto parece como un sueño imposible.
Muchos de los argumentos en favor de la reforma gubernamental son tambien argumentos en favor de una unidad gubernamental en este aspecto, como el formado en las visperas de la Guerra de los Seis Dias. Cualquiera sea la decision tomada frente al reactor nuclear irani debe ser tomada por el gobierno lo mas amplio posible, ya que la vida de cada israeli esta en juego. Este no es manifiestamente el tiempo para que Tzipi Livni se pare en la oposicion como sugirio un columnista esta semana, esperando alegremente a ver si el gobierno de Binyamin Netanyahu caera en los proximos seis meses.
No hay desbordantes barreras ideologicas o politicas para tal gobierno. Si Livni tiene algunos puntos de vista sobre la economia o educacion, ella no tuvo tiempo de expresarlos mientras se encontraba en la campaña. Y a pesar que ella adopto el obamesco manto de esperanza en los ultimos dias de su campaña (como hizo Sharon antes de la desconexion de Gaza), ella sabe muy bien que no hay, ahora, un gobierno potencial palestino que ha preparado a su gente para una paz sostenible y pueda proveer a los israelies las garantias que requieren, o cumplan con esas garantias.
En resumen, es tiempo de tomarse en serio eso de manejar este pais. Nuestras vidas estan en juego.
Fuente: Jerusalem Post
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