By BEREL WEIN
Habia una vez una tribu, una nacion de malvados identificados como Amalek. Se definian a si mismos como la antitesis del pueblo judio, fisica, moral y socialmente. Se ofendia porque existia en el mundo una nacion que sentia una mision especial en que estaba comprometida con un codigo moral que emanaba de la revelacion divina. Se sentia amenazado por la simple existencia de tal pueblo, porque el mal no puede soportar la presencia del bien.
En 1941, los alemanes ocuparon el pueblo de Kelm en Lituania. El pueblo era famoso en la vida judia por la presencia alli de un famosa yeshiva que corporizaba el musar- etica sagrada judia y comportamiento moral hacia los hombres y Di-s. Los alemanes destruyeron todo el pueblo, ejecutaron a su poblacion judia y asesinaron a los estudiantes y profesores de la yeshiva, enterraron a muchos de ellos vivos. Fue alli, y en otros lugares parecidos, que el bien se encontro con el mal a la cabeza. En el corto plazo, parecio que Amalek triunfo.
Puede parecer siempre asi que el mal gana- observemos nuestro mundo de terror, genocidio, fraude e hipocresia malevolente. Pero en el largo plazo, es el bien que triunfa y sobrevive. La maldad lleva un muy pesado precio que consume a todos los asociados con ella. Las victorias de Amalek, feroces y abarcadoras como parecen, son solo temporarias. La Torah nos dice que el Señor combate a Amalek, para decirlo, "de generacion en generacion". Esto significa que en la medida de tiempo y generaciones, Amalek es siempre recordado como el perdedor final, el unico que es maldecido e injuriado en la historia humana y condenado en la corte eterna de la justicia moral.
La Torah nos empuja a destruir a Amalek. Aunque Amalek ya no esta mas identificado como una nacion o tribu o grupo etnico particular, asi obviando la necesidad literal de destruir a cualquiera, no obstante la primordial leccion de combatir a las fuerzas del mal en todos y cualquier forma que esten a nuestro alcance queda como verdadera hoy dia como lo fue en tiempos de Moshe. No se nos permite ser pasivos frente a Amalek. Este es el mensaje que Mordejai transmitio a Esther cuando confronto a Haman, el Amalek* de su tiempo: "Si tu estas en silencio ahora, la salvacion de todas formas llegara al pueblo judio, pero tu y tu familia (y su recuerdo) estaran condenados a la destruccion!" La pasividad de Esther frente a Haman y el rey solo llevaria a su propia caida posterior.
Ser actualmente politicamente correctos y halagadores ganaremos una cierta alabanza temporaria pero la eventual repulsion seguira seguramente. Amalek debe ser confrontado, no mimado y aceptado. Ese es el por que la Torah nos ordena recordar a Amalek, recordarlo como el eterno e inflexible enemigo que enfrentamos. La maldad nunca se rinde. Entonces nosotros debemos debemos ser intransigentes en nuestra oposicion al mal. El Señor nos empuja a recordar esta leccion siempre. Olvidarla o peor ignorarla puede resultar desastroso y fatal. La grandeza de Mordejai reside en el hecho que el marco a Haman por lo que el era desde el principio. Mientras que otros reverenciaban y tocaban a Haman esperando apaciguarlo a el y su malevolencia, Mordejai no se prosternaria ante el ni lo reverenciaria. Haman era el Amalek y Amalek no es para ser mostrado ni un poco.
Nosotros no podemos desear que Amalek no exista. Amalek es un constante recordatorio de cuan precaria la vida y la libertad es en este mundo. La Torah nos instruye a recordar que Amalek es solo debilitado- que es el verbo que la Torah usa para describir el triunfo de Joshua sobre Amalek en el desierto de Sinai- y entonces siempre revive en diferentes formas y tiempos. Muchos judios pensaron que el Holocausto y su espantosa y aguda leccion destruirian finalmente el antisemitismo europeo de una vez y para siempre. Cuan ingenua esa creencia fue se hace muy evidente en nuestra actual generacion y situacion.
Amalek es Durban I y II, es el piadoso postulado de las ONGs que llaman a la autodefensa crimenes de guerra; es las tendenciosas coberturas de medios de los eventos concernientes a Israel y los judios; y es Iran y sus apoderados comprometidos solo con la destruccion de Israel, el estado y el pueblo. Asi la Torah nos advierte que no seamos engañados o tengamos pausa por una falsa e injustificada complacencia. Recuerden a Amalek! Aunque deseemos que sea de otra manera, Amalek no desaparecera en el futuro previsible. Finalmente Amalek no solo sera debilitado sino destruido. Pero hasta que ese dia llegue, Shabbat Zajor - El Shabbath de recuerdo de Amalek- sera siempre parte del calendario y experiencia de vida judia.
El autor es un destacado estudioso, historiador, conferencista y educador.
Fuente: Jerusalem Post
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