Los bancos de la Catedral porteña se completaron rapidamente y dejaron a muchos de a pie. Esta
vez no solo catolicos, sino judios y representantes de otras religiones se dieron cita para
homenajear a quien fuera el Rabino argentino que mas trabajo por el dialogo y la comprensión
judeo-catolica en el pais y el mundo: Leon Klenicki. El pasado 9 de febrero, el Arzobispo de Buenos
Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, promotor del homenaje, ocupo la primera hilera junto a los
familiares de Klenicki. En los bancos aledaños, obispos, sacerdotes se mezclaron con rabinos de
diferentes corrientes. Pero tambien se contaron pastores de iglesias evangelicas y representantes
de la comunidad islamica. Klenicki dedico cuatro decadas a tejer lazos con la Iglesia Catolica.
Nacido en Buenos Aires en 1930, en el seno de una familia de inmigrantes polacos, siempre aposto
al dialogo maduro, que incluyera el analisis de las falsas concepciones teologicas que pudieran
haber llevado a los catolicos a favorecer el antisemitismo.
En 1967 pronuncio un discurso en el que se remontaba hasta el Viejo Testamento para encontrar
el lazo de union entre los dos credos. Ya habia redactado en su juventud, una tesis doctoral sobre
los aspectos religiosos comunes de ambas confesiones. Fue director de la oficina de Asuntos
Interreligiosos de la Liga Anti Difamación y hasta llego a reunirse secretamente con el Arzobispo
Antonio Quarracino, otro pionero del acercamiento, cuando esos contactos no eran del todo bien
vistos. Klenicki murio el 25 de enero en New York, donde residia, tras haber sido condecorado en
2007 por el Papa Benedicto XVI con la Orden de San Gregorio Magno, la maxima distinción en
estos casos.
“Leon fue un hombre de transformaciones revolucionarias: transformo el dialogo en camino,
sublimo la politica de los pequeños pasos en profecias y supo hacer de la actitud de la mano
tendida la grandeza del corazon abierto”, dijo Bergoglio en el homenaje.
El arzobispo porteño y cardenal primado de la Argentina, tras afirmar “su vida nos hizo bien”,
señalo que “ ungio la historiade judios y cristianos con su mansedumbre”.
El homenaje concluyo con un calido saludo de la paz entre los presentes. La misma paz que
Klenicki pregono en su vida.
Fuente: Diario Clarín.
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