viernes, 3 de enero de 2014
Percepciones de la Perashá
Percepciones de la Perashá
Rab Yaacob Hillel
Perashat Bó
Inicio milagroso
“Y Hashem le dijo a Moshé: “Ve con el faraón, pues Yo endurecí su corazón y los corazones de sus siervos para poner Mis milagrosos signos entre ellos y para que le digas a tu hijo y a tu nieto lo que hice en Egipto y sobre Mis milagrosos signos que puse en ellos y así sabrás que Yo soy Hashem” (Shemot 10:1-2).
La Torá nos dice explícitamente que el propósito de todos los milagros de Egipto fue mostrar al pueblo judío que sólo Hashem es el D-os Todopoderoso. Esta es la razón por la cual hubo milagros evidentes y espectaculares en cada aspecto del éxodo, más allá de los límites naturales.
Nuestros sabios nos dicen: “Diez milagros se les hicieron a nuestros antepasados en Egipto y diez en el mar. Diez plagas vinieron sobre los egipcios en Egipto y diez en el mar” (Abot 5:4). Los comentaristas explican que los diez milagros fueron las diez plagas. El comentarista Bartenura explica que hubo un milagro específico para nuestros antepasados en cada una de las plagas, en las que ellos no fueron afectados: sólo el agua de los egipcios se convirtió en sangre durante la primera plaga, los sapos sólo atacaban a los egipcios durante la segunda y así con cada una de ellas (véanse también los comentarios de Rambam y Rabenu Yoná). Al alterar de esta manera las leyes de la naturaleza, Hashem mostró a Su pueblo que sólo Él dirige el mundo y cada uno de sus eventos, tanto los naturales como los que no son naturales.
Los milagros no terminaron cuando salieron de Egipto. Hashem partió el Mar Rojo para Israel, con abundancia de milagros evidentes ante sus ojos. La estancia de Israel en el desierto también estuvo acompañada de milagros constantes: de día seis nubles de gloria los rodeaban por los cuatro lados, por arriba y por abajo, y con una séptima que viajaba delante de ellos en forma de pilar para guiar su camino.
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Shabat Shalom!!!
Rab Isaac Ruben Yaca